A ocho meses de asumir y tras el cimbronazo que significó para este Poder del Estado el escándalo de Sergio César Santiago, quien renunció tras conocerse que cobraba 45 mil pesos mensuales en la EBY paralelamente a su sueldo como ministro, la eficiencia y la transparencia parecen metas difíciles de lograr. El presidente del STJ cree que son posibles y explica cómo piensa ponerlas en práctica. Usted asumió la presidencia del STJ en un momento complejo, ya que a poco renunció el exministro Cesar Santiago tras un escándalo. ¿Cómo se supera ese tema?Iniciamos la gestión de manera un poco tormentosa pero logramos avanzar. No fue la situación ideal porque hubo proyectos que tuvimos que ir ralentizando para adaptarnos al contexto. También la situación económica afecta a todos y nos obligó a reducir algunos gastos y a administrar austeramente. Las limitaciones de la Ley de contabilidad complican la posibilidad de avanzar con la construcción de edificios propios. Pese a ello las nuevas dependencias se fueron poniendo en funcionamiento recurriendo a los alquileres, lo que va haciendo que los avances se den un poco más lentos de lo que hubiéramos querido. Pero hay avances, que es lo importante. ¿Cuál es la impronta del Poder Judicial que busca su gestión?Tenemos una idea de trabajo en la que nuestros funcionarios, magistrados y empleados tengan una mirada cercana a la gente. Más allá de que tienen la obligación de resolver conforme a Derecho, no deben perder de vista a la persona, al ciudadano. Nadie recurre al poder judicial porque quiere, viene porque tiene un problema. Nuestra función no es sumarle nuevos problemas sino solucionar el que tiene. Eso implica trabajar muchísimo en atención al ciudadano y profundizar las políticas de gestión para que podamos resolver de una manera más eficiente las causas judiciales. ¿Cuáles son esas políticas de gestión?Estamos trabajando en establecer procesos estandarizados más allá de la impronta personal del juez y del personal de una dependencia, y eso no significa ingresar en la esfera de decisión del magistrado. El abogado y el justiciable tienen que saber de antemano cómo funciona. No puede ser que cada juez aplique su librito de cómo se hacen las cosas, cuando en realidad en el “cómo se hacen” las cosas no hay mucho margen. Donde sí el juez tiene absoluto imperio es en “cómo se resuelven” las cosas, y ninguno de nosotros puede entrometerse. Para lograr esta meta también es importante la digitalización, porque estandarizamos procesos y agilizamos respuestas. En estos últimos años crecieron las dependencias y hubo muchos ingresos porque la demanda así lo requería. Ahora tenemos que poner la mirada en la optimización y exigir resultados. Este es nuestro objetivo como política institucional. En estos últimos meses la mirada de la gente estuvo encima del Poder Judicial, no sólo en Misiones sino en el país…Evidentemente la sociedad nos está reclamando un rol más activo, un trabajo más preponderante y de mayor responsabilidad. Institucionalmente desde el STJ tenemos la obligación de darles las mejores condiciones a nuestros jueces y funcionarios para que presten el servicio adecuadamente. Como contrapartida, nuestros jueces, funcionarios y empleados deben brindar ese servicio lo mejor posible y dentro del marco de la Ley. Si no entendemos que la sociedad nos está pidiendo respuestas, que seamos más eficientes y que tengamos más compromiso, seguramente la misma sociedad nos va a dar un mensaje desde otro lugar.Las superintendencias sobre el funcionamientos de los distintos juzgados requieren un trabajo constante de control y de contralor. Vamos a hacerlas más eficientes. Estamos modificando algunos criterios estadísticos para tener información más clara que nos permita tomar decisiones. Trabajar en el poder judicial es un privilegio, como dijo la doctora Venchiarutti al momento de su juramento. Desde el ordenanza del más alejado juzgado de paz de la provincia hasta el presidente del STJ tenemos que ser ejemplos para la sociedad. Las inconductas de los jueces y cuestiones no ajustadas a derecho ¿van a ser sancionadas?Nos comprometemos a investigar con la mayor responsabilidad cada una de las denuncias que se planteen, y a tomar las medidas que correspondan. Pero la meta es ajustar los controles para evitar situaciones complicadas hacia adelante. Antes de que el organismo se enferme, prevenir. Esperamos no encontrarnos en adelante con situaciones graves, por eso hablo tanto del compromiso, porque este es el sentido en el que vamos. ¿Este ajuste de clavijas incluye al propio STJ? Porque siempre se cuestionó la mora en la resolución de los expedientes. Estamos convencidos de que el STJ tiene que funcionar adecuadamente, y no digo que no lo esté haciendo. Somos un Tribunal con nueve miembros y esto hace que los procesos tengan sus distintas etapas. Estamos trabajando en una serie de propuestas que en algunos casos ya se aplican, por ejemplo en materia penal, en los recursos de casación. Por ahí los resultados no se van a ver en lo inmediato, pero para al final del año se van a empezar a notar. A partir de ahí vamos a ir revisando el resto de los procesos. Parece una tontería lo que voy a decir, pero los términos en los que estamos resolviendo son semejantes a los que tienen casi todos los Superiores Tribunales de casi todo el país, no estamos por debajo. Lo que no implica que estemos comprometidos en superarnos.El Foro Federal de Consejos de la Magistratura debate sobre la posibilidad de que los jueces se sometan a exámenes psicológicos. ¿Cuánto se avanzó al respecto?En el Foro que tengo el honor de presidir surgió como necesidad analizar la conveniencia o no de los exámenes psicológicos a los magistrados, en qué oportunidad se debieran dar y de qué tipo. Es un debate arduo que no se agota en un par de encuentros. El 7 y 8 de septiembre se van a desarrollar las Jornadas de Foro Federal en Iguazú y vamos a seguir debatiendo en torno del perfil psicológico del juez y cómo determinar tal situación en los procesos de selección. Tenemos que buscar el perfil psicológico más adecuado para el cargo que vamos a concursar, es la gran misión y la más difícil tarea porque técnicamente podemos tener a una persona excelentemente formada y de gran capacidad, pero que sometida a una presión específica o a una situación particular puede llegar a colapsar, o que por sus propias experiencias personales pueda tener problemas en el ejercicio de la magistratura en un fuero, y no en otro. También estamos trabajando para apoyar puntualmente a nuestros funcionarios desde lo profesional y laboral, en particular a quienes están sometidos a un nivel de estrés superior, como los jueces de familia o de instrucción. Hay reclamos de más juzgados en puntos no atendidos. ¿Se van a abrir más dependencias?Hay cosas que se resuelven con más juzgados y otras que no. Lo ideal es tener la mayor cantidad de juzgados posibles y es una política de Estado que desde el STJ compartimos. Eso hace que tengas un lugar donde canalizar los reclamos y que esté
cerca. Claramente necesitamos eso, pero la habilitación de un juzgado no va a achicar la conflictividad ni va a bajar los índices delictivos, porque eso tiene que ver con cuestiones de política criminal más profundas. Lo que sí necesitamos es que cada juzgado funcione lo mejor posible. Por eso insistimos en la optimización. ¿Qué siente cuando la gente que sufre una pérdida hace reclamos de justicia, y estos reclamos no son atendidos?Hay algo que alguna vez escuché y que me marcó mucho porque nos condiciona a nosotros como poder judicial, y aceptamos el desafío. Cuando la gente va al médico no reclama salud, sino que le dice al médico lo que le duele. Lo mismo pasa o debiera pasar con el Poder Judicial. A nosotros la gente nos plantea un conflicto determinado y vamos a dar o trataremos de darle una resolución adecuada y oportuna a ese conflicto, que seguramente se va a parecer mucho a la justicia, pero que no siempre deja a todos conformes. Claramente no tenemos cómo compensar una pérdida irreparable. Entonces hay un desfasaje entre lo que la gente va a buscar del Poder Judicial y lo que efectivamente podemos brindarle. Nuestro objetivo es que podamos resolver de la manera mejor y más rápida posible para que esta persona sienta que recibió una respuesta, que por ahí no va a ser la más satisfactoria o la que esperaba, pero que puede hacerle recuperar la tranquilidad de espíritu. Lo peor que puede pasar es que la gente sienta que no actuamos. Se envió el presupuesto para el año 2017 a la Cámara. ¿Cree que será suficiente para el STJ? Hicimos un presupuesto muy austero, que tiene un aumento del 26% respecto del de este año. Dentro de esta austeridad vamos a avanzar en varias de las cuestiones previstas. Seguimos dando pasos en la digitalización con las compras de los insumos informáticos necesarios. Vamos a trabajar mucho en capacitación, optimización y compromiso, y creo que para estas metas el presupuesto es el adecuado. También vamos a enfrentar grandes desafíos como el que asumimos a partir de una reunión con el Ministerio de Justicia de la Nación para un plan piloto en busca de certificar calidad. Una vez establecidos los ámbitos, el fuero donde se va a aplicar, y con el aporte de técnicos de la dependencia nacional, desde octubre o noviembre se iniciarán las capacitaciones para tratar de lograr la certificación de calidad Iso. Será un gran desafío, porque implica satisfacción del usuario, pero también del personal.Después del golpe que habrá significado para el STJ el alejamiento del exministro, ¿qué desafíos le acarrea la nueva integración? En lo personal, a los dos nuevos ministros (Rosanna Pía Venchiarutti y Marcelo Benítez) los conozco desde hace mucho y son excelentes personas, lo que me trae una gran alegría al tenerlos como compañeros. En lo institucional y funcional claramente es mucho más fácil la gestión cuando hay un cuerpo estable para tomar decisiones y establecer criterios, tanto judiciales como administrativos. Una vez que se toman esas decisiones, se tornan más sencillos los procedimientos. Por el perfil de ambos colegas se que van a trabajar mucho y a aportar innovaciones al Poder judicial, lo que para nosotros es claramente bienvenido.
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