El primer ministro francés, Manuel Valls, apoyó los vetos en varias localidades del país contra el uso de la malla conocida como "burkini" y, aunque descartó una legislación nacional, consideró -amparado en su laicismo- a esta prenda musulmana para la playa como “la traducción de un proyecto político fundado en la esclavitud de la mujer”. Las palabras de Valls al diario francés La Provence surgieron tras los vetos municipales de ciudades de la conservadora Costa Azul que prohibieron el uso de este traje de baño que cubre todo el cuerpo excepto la cara, las manos y los pies, con el objetivo de respetar las normas que el Islam impone a sus fieles. Luego de un fin de semana de violentos enfrentamientos que revelaron la islamofobia en territorio francés, se desató en las últimas horas un debate entre los defensores de la libertad de expresión y los partidarios del laicismo en espacios públicos. Valls, en apoyo concreto al reciente veto en Cannes y Villeneuve-Loubet en la Costa Azul y la isla de Córcega, sostuvo que el burkini “no es una nueva gama de trajes de baño, una moda. Es la traducción de un proyecto político, de contra sociedad, fundado principalmente sobre la esclavitud de la mujer”.“No acepto esa visión arcaica. Está la idea que, por naturaleza, las mujeres serían impúdicas, impuras, que deberían por lo tanto estar totalmente cubiertas. Esto no es compatible con los valores de Francia y de la República”, dijo apelando al laicismo galo. Desde 2011, el burka -el traje que cubre todo el rostro- y el niqab -que sólo deja ver los ojos- están vetados en las calles francesas, mientras que el velo y otros signos religiosos considerados llamativos están prohibidos en centros educativos de primaria y secundaria para los funcionarios de la Administración desde 2004.Aunque esta vez Valls descartó una legislación nacional al decir que “la reglamentación general de prescripciones vestimentarias no puede ser una solución”.Menos moderado, el primer ministro fue directo a lo que, para él, es el hueso de la cuestión detrás de esta vestimenta. Por un lado, sostuvo que los musulmanes de Francia “son rehenes” de esos grupos que abogan por el uso de esta prenda y, por otro, animó a rechazar esa “visión mortal del Islam”.El verano europeo fue el nuevo contexto para reeditar un debate que comenzó a principios de mes cuando se canceló para evitar “problemas de orden público” una jornada en un parque acuático de Marsella organizada por una asociación de mujeres musulmanas. Las prohibiciones de esa prenda en tres localidades de la Costa Azul ya llevó a las autoridades a aplicar cuatro multas y seis “advertencias”. Ahora se sumó al veto Daniel Fasquelle, alcalde conservador de la ciudad de Le Touquet, un destino turístico en las costas francesas del Canal de la Mancha, que adelantó que va a prohibir la prensa con carácter preventivo. “Hay que luchar contra todos los comportamientos extremistas, hace falta un verdadero debate nacional al respecto”, dijo Fasquelle, del partido conservador Los Republicanos, que, además, quiere llevar la cuestión al Parlamento. Otro conservador que salió a hablar fue el primer edil de Cannes, David Lisnar, quien dijo hace pocos días al diario local Nice Matin que “no prohibimos el velo, ni la kipá (el casquete judío), ni las cruces. Simplemente prohíbo un uniforme que es el símbolo del extremismo islamista”. Por su parte, el director general de servicios de ese ayuntamiento, Thierry Migoule, calificó a la prenda de “señal de adhesión al yihadismo”, en declaraciones a la web de Francetv info.Valls, por su parte, admitió que entiende a los alcaldes “que, en este momento de tensión, tienen el reflejo de buscar soluciones, de evitar problemas de orden público”.El debate sobre el uso de esta prenda curiosamente se da luego que una fotografía de dos jugadoras de vóley de playa en los Juegos Olímpicos -una alemana en bikini y una egipcia en una suerte de burkini- diera la vuelta al mundo, zanjando la mirada prejuiciosa de los otros y apelando a una suerte de interculturalidad religiosa. Pero no. Nuevamente la discusión se centra en el territorio del cuerpo femenino como espacio del debate europeo, en un momento que coincide con un rebrote de islamofobia tras los últimos atentados en Francia perpetrados por los extremistas del Estado Islámico.Ya en marzo pasado, hubo un pico de polémica cuando la marca multinacional M&S lanzó una nueva línea de burkinis al mercado que para algunos fue un signo de diversidad y para otros era tratar el cuerpo como algo vergonzante. En las últimas horas, esta antinomia fue superada por una oleada de violencia islamófoba como la del sábado pasado cuando en Sisco, localidad a diez kilómetros de la capital corsa Bastia, unas 500 personas se manifestaron al grito de “a las armas, vamos a demostrarles que estamos en nuestra casa”, en el barrio donde viven familias de origen magrebí. Hubo cinco heridos y cinco detenidos.Ahora el tema se trasladó a Italia. Allí, el ministro de Interior, Angelino Alfano, se mostró en contra de la prohibición de llevar el burkini porque podría ser considerada “una provocación capaz de causar atentados”, apelando al temor que desata esa palabra. En una entrevista publicada en el diario Corriere della Sera, dijo que él “tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad y de elegir el nivel de dureza de sus acciones, pero evitar también que se conviertan en provocaciones potencialmente capaces de causar atentados”. Y remarcó: “El modelo francés no ha funcionado”.Pero otro hombre, esta vez el líder de extrema derecha Liga Norte, el italiano Matteo Salvini aplaudió el veto de algunas alcaldías francesas e invitó a los municipios italianos a vetarlo porque son “un símbolo de arrogancia y de atropello y violencia sobre las mujeres”. En Bélgica, una mujer salió a debatir la cuestión burkini sí, burkini no. La diputada belga de origen marroquí Nadia Sminate, miembro del partido separatista Nueva Alianza Flamenca (N-VA), pidió la prohibición del traje de baño musulmán en todo el territorio de Bélgica.“Es absolutamente necesario evitar que las mujeres se paseen en burkini por Flandes. Ni en las piscinas ni en las playas y, de hecho, no creo que quieran, en nombre de la fe, caminar con semejante horror en la playa”, dijo la diputada y miembro de la Comisión sobre radicalismo del parlamento flamenco.Para ella, hija de un marroquí y una flamenca, si se permite la utilización de la vestimenta, “se margina a las mujeres de la sociedad”.Los democristianos flamencos (CD&V) sostuvieron, en cambio, que no se puede solucionar todo con una prohibición, “pues nos convertiríamos en un Estado policial”, concluyó el diputado federal belga Franky Demon.BatallaCinco personas fueron detenidas ayer en la isla francesa de Córcega por un enfrentamiento del pasado sábado entre norafricanos y corsos atribui
da supuestamente a una discusión sobre unas mujeres musulmanas que usaban burkini en una playa de Sisco.Según indicó el fiscal de Bastia, Nicolas Bessone, a France Info los cinco detenidos, tres son hombres de unos 30 años de origen magrebí y residentes en Córcega, mientras que los otros dos, de unos 20 y 50 años, son del pueblo de Sisco, en una de cuyas playas se produjo la pelea. De acuerdo a la agencia de noticias EFE, los tres magrebíes son sospechosos de haber ejercido violencia con armas y los dos de Sisco de ejercer violencia en reunión, aunque aún hay versiones contradictorias.Entre las dudas, resta confirmar si efectivamente había mujeres vestidas con burkini -el traje de baño que cubre completamente el cuerpo- en Sisco donde se inició el enfrentamiento, cuando aparentemente unos jóvenes del pueblo sacaron fotos con sus celulares.Ese fue el puntapié para una batalla con insultos y violencia física que concluyó con varios heridos y coches quemados, después de que los jóvenes de Sisco fueran a buscar refuerzos al pueblo.Tras ese incidente, el lunes pasado el alcalde de la localidad, Pierre-Ange Vivoni, indicó que el consejo municipal había decidido por unanimidad vetar el uso del burkini en las playas.“No estoy contra la religión musulmana (…) lo que quiero es tranquilizar a nuestra población y también a la población musulmana de nuestro municipio”, dijo Vivoni en declaraciones a la emisora France Info.Fuente: Télam
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