Resulta difícil describir con palabras y aún mucho más difícil imaginar el terror que sintieron los familiares de Daniel Wu al escuchar del otro lado del teléfono que el joven había sido secuestrado y que los delincuentes exigían un rescate para no quitarle la vida.En ese sentido, cuesta ponerse en lugar de Li Hong (47), madre de la víctima, quien en diálogo con PRIMERA EDICIÓN intentó explicar las horas de angustia que vivió el último miércoles mientras Daniel permanecía en manos de sus captores.“Tuvimos mucho miedo, vivimos momentos de pánico. Es la primera vez que nos pasa algo así. Afortunadamente él no sufrió lesiones de gravedad”, resaltó la mujer a este Diario desde uno de los dos supermercados que la familia tiene en Posadas.Hong contó que desembarcó en la Argentina hace cinco años atrás. La primera escala fue en Buenos Aires, pero al poco tiempo decidieron abandonar esa ciudad debido a la inseguridad. No obstante, después de todo lo que pasó, Li confiesa que “pensamos que acá era más tranquilo”.Sobre los motivos del secuestro, la mujer aseguró que “no hay explicación, porque nosotros no tenemos mucha plata.Trabajamos mucho, todos los días, casi no tenemos franco”, pero aseguró que, pese a ello, habían juntado algunos fondos para tratar de liberar a Daniel. “Pensamos en pagar, para qué trabajar tanto si no puedo tener a mi hijo”, lanzó aún conmovida la madre de Wu.Tras asegurar el jueves cerca del mediodía que no prueba un bocado de comida desde la madrugada del miércoles por todo lo que pasó, y tras beber uno de sus primeros sorbos de agua de las últimas 48 horas, Li Hong se mostró aliviada por poder recuperar a su hijo.“El pánico se acabó cuando nos enteramos que estaba libre, sin dudas que a partir de ahora vamos a tener más cuidado”, cerró la comerciante antes de seguir con sus labores diarias.
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