La segunda jornada de juicio oral por el crimen de Guido Kachuk ratificó que el debate no sólo será resaltado por polémicos cruces de acusaciones e hipótesis, también quedará acorralado por el dolor de una familia que no encuentra consuelo hace cinco años y diez meses.El primero en reflejar esto fue Jorge Enrique Kachuk, padre del adolescente que falleció en el hospital Madariaga luego de ser herido de bala en la esquina de Lavalle y Chacabuco víctima de un intento de asalto. Abrió el primer día de presentación de testigos ante el Tribunal Penal 1, para relatar las acciones de socorro que emprendió para intentar salvar a su hijo. “El lunes 21 de febrero (de 2011) Guido estaba muy contento porque había tumbado todas las materias. A las 15 yo lo llevé a jugar al fútbol con un amigo. Cuando volvió a casa le cantaba a la madre ‘soy feliz, soy feliz’ y le decía que el 26 quería festejar su cumpleaños. Él era así, muy alegre, nos contagiaba a todos”.“Me pidió ir a ver a la novia que estaba estudiando para rendir, le dije que no vuelva muy tarde. Después de las 11 se fue. A los pocos minutos mi otro hijo me despertó: ‘Papá papá, a Guido lo golpearon y está tirado en la calle’. Salgo corriendo, lo toco, trato de reanimarlo, estaba contraído, no reaccionaba. Lo levanto al auto y me voy urgente al hospital, pasé todos los semáforos en rojo, en cuatro minutos habré llegado”.A partir de este instante, entra en juego al debate la responsabilidad del médico acusado de “homicidio culposo”, Manuel Ignacio Ibarra, ya que según Jorge Kachuk dentro de la guardia de Emergencias del hospital y “veinte minutos después” de dejar a su hijo en una camilla “vino el doctor y me hizo pasar para hablar en privado me manifestó que Guido estaba sacado, alcoholizado o drogado. Le dije que eso no podía ser, que Guido salió de casa quince o veinte minutos antes que esto sucediera, no era posible que esté intoxicado porque él estaba bien y aparte no podía hacer eso porque era asmático (…) El médico me miraba con prepotencia y no me escuchaba. De repente se da vuelta y se va, y nos sacan al pasillo de la guardia”.“Ahí estuvimos esperando y rezando. Más de media hora después me vuelve a llamar y a decir que mi hijo estaba mal, alcoholizado, falopeado que podía haber tomado la ‘jarra loca’, hasta la dibujó en un pizarrón y dijo que le ponían vino y medicamentos y ahora ‘hasta paco hay’”. “Se dio vuelta de nuevo y se fue, mientras tanto, Guido gritaba, lo escuchábamos que decía ‘papá, mamá, me duele’. Le pedí al doctor que me deje entrar, me dijo ‘no, está sacado, no te va a responder’”.Kachuk agregó: “Media hora o cuarenta minutos después nuevamente sale al pasillo y me dice que Guido había orinado sangre y si le podía cortar la remera y que tenían que hacerle una tomografía. Le digo ‘doctor corte todo por favor, pero sálvele la vida’. Pasaron 20 minutos más y vemos por la puerta abierta que sale una camilla y era Guido tapado, lo reconocemos por la media, pero no nos dejaron entrar. Volvió el médico de la tomografía y me dijo que Guido tenía una bala”.“Pasó mucho tiempo y a eso de las 4.30 apareció de nuevo el médico con un cirujano y con un papel en mano se sienta en un escritorio y le dice: ‘Vos, explicale lo que pasó’. El otro doctor manifiesta: ‘Guido no aguantó, se murió’. Mi mujer se cayó al piso, yo me descompuse y los dos doctores se fueron rápido, ninguno hizo nada por ayudar a mi señora”.“Yo desesperado pido ver a mi hijo, me llevaron a una sala donde estaba adentro de una bolsa con cierre. Tenía un orificio de bala en la espalda todo negro alrededor (…) Allí el médico (Ibarra) me comunica que ‘ya está todo arreglado, viene la funeraria a llevarlo’. Le pregunto ‘doctor esto es un asesinato, ¿no tiene que venir la policía?’, ‘no, no, ya está todo arreglado me responde, Caramuto ya viene a retirar el cuerpo’”.“A las 8.30 estábamos velando a Guido y aparece el comisario Brítez (seccional Tercera) y me dice que iban a tener que llevar a mi hijo para la autopsia, que tenía una herida de bala y que había mala praxis porque no le habían sacado el proyectil del cuerpo”. Kachuk fue interrogado luego por la fiscal Liliana Picazo y los respectivos defensores de los tres acusados, Maximiliano Acevedo y Ricardo Ríos por “homicidio y robo en grado de tentativa”, y el médico Ibarra. Entre estas consultas, destacó Kachuk: “A Guido yo lo agarré y levanté solo al auto, era menudito, flaquito, no era una persona grande, se lo podía manejar, era un chico de 17 años (…) No se necesitaba que lo aten para revisarlo”.El comisario Walter Brítez declaró luego y confirmó que asistió al velatorio por orden del juez de Instrucción 2, César Yaya, para verificar el cadáver y retirarlo para la autopsia, pero también afirmó que “nunca, en 24 años de carrera, vi que un cuerpo herido de bala se entregue a la familia sin autopsia previa”. Sobre este punto, también declaró Roberto Sarjanovich, médico de la Policía provincial, y quien revisó a la víctima en el salón funerario. “No me costó encontrar la herida de bala”, dijo señalándose la zona lumbar izquierda.Para despejar dudas en cuanto a si Guido Kachuk o habría consumido alcohol o drogas, Carlos González, bioquímico del Cuerpo Médico Forense aseguró que en las muestras biológicas analizadas no había rastros de estupefacientes ni vestigios de bebidas alcohólicas.
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