Hoy, miércoles 30 de noviembre, si viviera Andrés Guacurarí estaría cumpliendo 238 años de edad. Si bien es cierto que en estos últimos años su figura ha trascendido mucho, especialmente en Misiones, pero no fue lo suficiente para trascender a nivel nacional y, mucho menos, en la ciudad capital de todos los argentinos. Allí, desde 1986, por iniciativa del diputado nacional, el recordado amigo Cleto Rauber, de la Unión Cívica Radical (UCR), logró la sanción de la ley que manda levantar el monumento que se merece desde hace tanto tiempo en la Plazoleta “Misiones” de la avenida 9 de Julio a pocos metros de la avenida de Mayo. Es decir, en el lugar más trascendente de la Capital Federal. Sin embargo, desde su tierra natal, a casi treinta años de bregar para que se cumpliera esa iniciativa, nuestros gobernantes sólo decidieron levantar un monumento de hierro en la costanera de esta ciudad que, de ninguna manera iba a suplir y mucho menos superar si esa fortuna se hubiera invertido en la Ciudad de Buenos Aires. Donde con gran orgullo se iba a exhibir a nuestro héroe máximo a millones de argentinos como también extranjeros que visitan nuestro país. Poco tiempo después el entonces gobernador Maurice Closs inauguró en ese lugar una pequeña réplica del monumento de hierro de la costanera posadeña junto a una imitación de nuestras Cataratas que, entre las dos obras, jamás van a compararse si se hubiera concretado la ilusión de Cleto Rauber y de todo el pueblo misionero. A esa lamentable realidad se suma que, no obstante la cantidad de reclamos que vengo sosteniendo para que de una vez por todas se saque del olvido a esta Histórica Provincia, tampoco se toman decisiones para que trascienda a todo el país lo que “la Nación Argentina le debe a Misiones” como que, de no haber sido expulsados los Jesuitas, esta bendita tierra colorada ya sería una potencia mundial. Recordando que desde 1641 con la batalla de Mbororé se nos dio nuestra condición de argentinidad y que 175 años después, en lucha desigual contra las pretensiones expansionistas de los luso-brasileños y paraguayos, como también los designios antipatrióticos y monárquicos del centralismo porteño, Andrés Guacurarí consolidó para siempre nuestra Soberanía Nacional. Justamente –y hay que decirlo sin jactancia alguna- por ser extraordinariamente cultos, trabajadores solidarios sin reclamar remuneración alguna y valientes defensores del sistema republicano y federalista de gobierno, fuimos perseguidos y hasta saqueados y usurpados de nuestro patrimonio territorial e histórico. Sin importar, y menos reconocer, que esa arbitraria como inhumana discriminación casi logró la extinción de la patriótica raza guaraní-misionera que, gracias a Dios, más de cien aldeas sobreviven en los milenarios montes de “Ybí-marabe-í”, la tierra sin mal de los misioneros.El último despojoPara el 29 junio del 2.014 (ya pasaron más de dos años), la Agencia oficial Télam difundió a todo el país un extenso trabajo respecto a los homenajes que la provincia de Corrientes tributó a Andrés Guacurarí, luego de que en abril de ese mismo año, la ex-presidente Cristina Kirchner lo había ascendido a general post mortem. En su homenaje se levantaron enormes monumentos: uno en Santo Tomé y el otro en la céntrica costanera de la capital correntina, “…para reivindicar al joven combatiente guaraní, que llegó a la gobernación de Corrientes en 1818” y que el monumento en la capital, con una altura de 18 metros, está rodeado por Matías Abucú, Vicente Tiraparé, su compañera Melchora Caburú, el almirante Pedro Campbell y el cura José Acevedo, y que se trata “del primer monumento en el país al héroe guaraní” y que esa obra es “para recordar al único gobernador indígena que tuvo la Argentina”. Se sostiene además que “este héroe de la Independencia luchó por la defensa de los territorios correntinos ante las invasiones portuguesas y el colonialismo español”.Como puede apreciarse en esta síntesis estas afirmaciones no se ajustan a la verdad histórica que son consecuencia de esa otra mentira cuando Cristina Kirchner sostiene que Andrés Guacurarí fue “nativo de Santo Tomé (Corrientes)”, cuando la mayoría de los historiadores afirman que fue en San Borja.Lo llamativo de esta suerte de maniobra para apoderarse de otro héroe misionero, es que nuestras autoridades al parecer no hicieron nada para que en el país se supiera la verdad, informando que tanto esos pueblos como Yapeyú y ese enorme territorio que perdimos desde Ituzaingó, bordeando el Iberá y hasta el arroyo Miriñay, al sudeste de la hoy provincia de Corrientes, pertenecían a la Histórica Provincia de Misiones. Al menos hasta 1881 cuando sin representación alguna en el Congreso se creó el Territorio Nacional, retornando a nuestra jerarquía de provincia en 1953 donde, desde esa fecha, con el voto de nuestro pueblo elegimos a nuestros gobernantes, nuestros legítimos representantes en el Congreso Nacional como en la legislatura provincial, los intendentes y los concejales, para preguntarse ante tamaña falencia el por qué de este desinterés, si es por sumisión, resignación o falta de coraje para proceder como lo hubiera hecho Andrés Guacurarí, con total convicción en defensa de sus ideales federalista para derrotar el olvido y la usurpación geográfica, cultural e histórica de su querida Provincia de Misiones.Para que se sepa la verdad: el primer y único monumento a Andrés Guacurarí fue el que ilustra esta nota y que se estima fue levantado como obra de excelencia que aún perdura, allá por los años 40, donde seguramente tuvieron que ver, entre otros, don Aníbal Cambas, Antonio Monzón, Casiano Carvallo, Julio César Sánchez Ratti y don Aníbal Lesner. La Entidad Binacional Yacyretá (EBY) lo sacó del acceso a Garupá comprometiéndose a resarcir ese daño con la construcción de un pequeño anfiteatro aprovechando el desnivel de la zona. Luego de varios años lo trajo donde está ahora, sólo y extrañando los masivos festivales que se hacían allí todos los 30 de noviembre en su homenaje.Para concretar mi iniciativa de <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/234733/volver-a-misionerizar-misiones.html">“Volver a misionerizar Misiones”</a>, yo vengo proponiendo que ese histórico monumento se traslade hasta un costado del enorme puente donde la EBY construyó varios accesos donde estaba la Garita del Km. 10 y donde se unen los municipios de Posadas y Garupá.Aprovechando la altura de ese “cerro” y con un pedestal adecuado se podrá exhibir a Andrés Guacurarí a una altura superior a los 15 metros, desde donde su inolvidable figura podrá apreciarse por la mayoría del pueblo misionero y los miles de turistas que visitan Misiones. Por lo menos así volveremos a rescatar a Andrés Guacurarí como verdadero Héroe
Nacional y como nativo de la Histórica Provincia de Misiones y evitar así que nos roben otro héroe de “Ybí-marabe-í”, la Tierra sin mal de los misioneros.Escribe: Alberto Monaca – [email protected]
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