El primero de Mayo el gobernador dijo ante la Legislatura que “la cosa no estaba fácil”. Termina el año. ¿Cambió algo desde entonces? Termina un año difícil. Como dijo el gobernador, la cosa sigue no estando fácil. La economía argentina vivió un proceso de estanflación, que es una de las peores cosas que nos pueden pasar. La estanflación es inflación acompañada con la caída de la actividad económica. Al Estado le pasa lo que le pasó a las empresas o a las familias: los ingresos no acompañaron al aumento en los costos. La realidad es que tuvimos una inflación cercana al 40% con ingresos que aumentaron el 25%.Nos quedó un agujero del 15%…Claro, justamente porque la actividad económica vino en caída. Esto nos dejó un año complejo, naturalmente producto del cambio de rumbo de la política económica con un Gobierno nacional que le ha dado otra impronta a la gestión. Tienen tres ejes que buscaron cambiar: el endeudamiento,que era algo que no pasó en los últimos doce años en la Argentina y que no siempre es sano; buscar que los mercados funcionen sin tantas regulaciones del Estado en la economía, el dejar hacer; y finalmente abrirse al mundo y tener mayor presencia internacional justamente como corolario de esta filosofía del libre comercio, lo que no es sencillo porque no todos los países son tan abiertos. De hecho, el presidente de los Estados Unidos está planteando políticas proteccionistas de su economía, de sus fábricas, de sus puestos de trabajo. El acompañamiento al Gobierno nacional ¿sirvió de algo hasta ahora?Nunca se planteó la cuestión en los términos de acompañar a cambio de. Por supuesto esperábamos respuestas a los pedidos y creo que las hemos tenido en la medida de la realidad: ninguna provincia tuvo todo lo que pidió porque hubo un ajuste a nivel nacional. Lo que hubo y hay con la Nación es un acompañamiento institucional. Claramente el ingeniero Rovira como conductor de nuestro espacio político, y el gobernador Passalacqua como gobernador, entendieron que había que darle garantías y gobernabilidad al Gobierno nacional más allá de que estamos en diferentes espacios y que no coincidimos ideológicamente en algunas cosas.¿Se normalizó la remisión de los fondos para obras públicas, especialmente viviendas?Hasta septiembre hubo pagos más o menos regulares, pero desde octubre para acá se ha complicado el tema y estamos viendo qué pasó. Pero es algo que ocurrió con todas las provincias, no es una cuestión de privilegios sino de achique general. ¿Y cómo queda el panorama para las empresas y los obreros de la construcción? Las empresas constructoras siempre cortan actividad a fin de año y retoman en febrero… Lo que preocupa en el caso de la construcción de viviendas es que las empresas necesitan tener alguna liquidez para la liquidación final del personal y para cumplir compromisos con proveedores. Estamos viendo de qué manera sostener esta demanda con fondos propios del Iprodha, en caso de que no se concreten desembolsos de Nación de acá a fin de año. ¿Misiones se va a acomodar a las tres variables del modelo nacional? ¿Va a endeudarse? Misiones no va en esa línea, el Gobierno provincial no ha tomado endeudamiento ni lo tiene previsto, a pesar de que podíamos y teníamos incentivos para hacerlo. Se eligió no tomar deuda y creo que ha sido la acción más sensata de la provincia, incluso por lo que va a ocurrir el año que viene. La Nación va a tener muchos vencimientos de deuda y va a tener que reformularlos, reprogramarlos. Si Misiones hubiera entrado en esta vorágine, también tendríamos estos problemas. Seguimos en la senda de financiar la obra pública con recursos propios o con recursos federales. Salvo que surja alguna obra pública muy interesante con un verdadero impacto social y económico y que merezca la pena evaluarse, Misiones no va hacer lo que hicieron una decena de provincias que salieron al mercado externo a colocar seis mil millones de dólares en bonos para financiar gastos corrientes. En comparación con períodos anteriores en los que Misiones tuvo que emitir cuasimonedas, ¿cree que puede existir el peligro cierto de que se repita el escenario de 2001? El proceso de las cuasimonedas del año 2001 ocurrió después de cuatro años de recesión continua. Hoy estamos lejos de eso, pero hay luces amarillas que el Gobierno nacional tiene que tener presente. Claramente no podemos seguir en situación de caída económica porque si se mantiene en el tiempo puede derivar en cuestiones más profundas. Creo que el Gobierno nacional lo está entendiendo. De noviembre a esta parte se nota un cambio en algunas políticas económicas, como por ejemplo la baja de interés en el banco central, que va a ayudar a reactivar la economía porque apalanca el crédito para consumo y producción. ¿Es suficiente para reactivar las economías regionales la baja en las tasas de interés? No, pero es una parte. Se está observando una posición del Gobierno de dejar deslizar el tipo de cambio, que ha dejado que el dólar suba a 16 pesos. Entendemos que esto va a seguir ocurriendo y que va a aportar competitividad a la economía. Con este reacomodamiento, el producto que no se podía exportar ahora sí se va a poder mandar afuera, y el producto importado que es mucho más barato hoy, va a dejar de serlo, lo que va a favorecer a la industria nacional. Con un dólar a 17,50 o a 18 ya volvemos a tener mucha competitividad.Usted hizo la analogía con la economía familiar. Si hubo reducción de fondos coparticipables, ¿cómo hizo para administrar? Estimamos que vamos a terminar el año con un aumento interanual del 27% en la coparticipación, incluida la devolución del 3% de recupero, pero con una inflación del 40. Con la comisión de contención del gasto fuimos muy claros con los ministerios respecto de que no podían exceder el 25%. ¿Pero qué ocurrió? Cualquier ministro de cualquier área se encuentra hoy con que no le alcanzan los recursos porque los precios de suministros y de proveedores subieron un 40%. Producto de la situación económica, las demandas en salud, en desarrollo social, aumentaron significativamente. Si la inflación se mantiene entre el 17 y el 20%, según las pautas del Gobierno nacional, el año que viene los gastos y la recaudación pueden aumentar en esa cuantía y se podría dar respuestas y corregir el desfasaje. Respecto de la recaudación provincial, ¿también se redujo en comparación con la inflación? La recaudación de Rentas ha venido creciendo hasta octubre uno o dos puntos por encima de la coparticipación, y no creció más por el tema de las asimetrías que hacen que no se venda tanto como se vendía y los consumidores misioneros gasten en Paraguay. El Gobierno nacional preguntó con qué medidas acompañará Misiones a los reclamos par
a amortiguar las asimetrías, como el ITC. ¿Van a bajar la presión fiscal? Cuando estuvimos reunidos con los ministros de la producción hubo un planteo respecto de qué hacía la provincia para acompañar las medidas contra las asimetrías y fui muy claro en este punto, y me apoyaron expresamente los referentes del comercio y la industria. Expliqué que si bajo un punto de Ingresos Brutos, a la provincia le significan 70 u 80 millones menos por mes, pero al comerciante de la zona de frontera no le ayuda para nada porque los productos del otro lado son un 40% más baratos. Expusimos que la provincia iba a acompañar con otras medidas que efectivamente se aplicaron, como el subsidio a las tarifas eléctricas (que fuimos la única provincia en disponerlo), o el ahora Misiones, que significó un esfuerzo compartido entre el comercio, los bancos y el Gobierno. Estas herramientas que no significan baja de impuestos, sin embargo representan aportes concretos al sector productivo. El Gobierno nacional lo entendió. Usted decía que la economía para 2017 no va a estar mal si se confirman las previsiones del Gobierno nacional respecto de la inflación. ¿Vamos por ese camino? Hay algunas variables que marcan cierto optimismo, por ejemplo, con la nueva gestión del presidente Trump en Estados Unidos se va a producir una apreciación del dólar, lo que puede darle competitividad a la economía argentina. Esto puede llegar a ocurrir y sería muy bueno para la Argentina y sobre todo para Misiones, porque un dólar más alto genera un cambio favorable respecto de los países vecinos. El otro indicador favorable es la baja de tasas del Banco Central que ya comentamos, y que va a motorizar el crédito para el consumo y la inversión. De noviembre a esta parte el Gobierno nacional está prestando más atención a las variables de la economía real. Durante todo el año estuvo muy enfrascado en el valor de la moneda y la inflación y descuidó la producción, las fuentes de trabajo, el consumo. Se nota un cambio en esta dirección, el lanzamiento del ahora 18 se circunscribe en esta línea y la baja en las tasas también. La respuesta favorable al ITC diferenciado también tiene que ver con ésto. Hace seis meses había una negativa y ahora la postura cambió. Son señales favorables de que la economía puede tener un respiro y una leve tendencia ascendente en los próximos meses.
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