“No queremos que nuestros hijos estén condenados a ser peones rurales”, aseguran los vecinos de Puerto Argentino 2, un paraje donde, a pesar de estar a unos pocos kilómetros del pueblo, el tiempo parece haberse detenido, junto a los magníficos paisajes que encierra la tierra colorada, en el siglo pasado y donde al indagar se descubre una realidad que va mucho más allá del pedido de habilitación de un aula satélite, para el que sólo resta efectivizar la donación del espacio en que ya se construyó y que <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/234213/los-pobladores-de-puerto-argentino-volverian-a-cortar-la-ruta-14-par.html">motivó varios cortes de ruta</a>.Roxana vive “hace doce o trece años” a escasos 6 mil metros de la ruta, en una pequeña chacra en la que junto a su esposo pudo lograr un buen yerbal, además de cultivar maíz, entre otras plantas anuales, y criar cerdos y gallinas. Sostener a la familia implica hacer “los mandados” a diario, principalmente para abastecerse de carne y leche, porque no tienen luz.Sin embargo, con cierto grado de resignación, entiende que es la suerte que le tocó y que se puede sobrevivir sin electricidad, pero no renuncia a la lucha para que sus cuatro hijos, dos nenas y dos varones, tengan un mejor acceso a la educación, que ya no deban caminar seis kilómetros, en la oscuridad de las madrugadas de invierno, para asistir a clases, finalizar a las 11.30 y emprender nuevamente el largo camino a casa, bajo el sol “rajante” de verano y arribar alrededor de las 13, exhaustos, con dolor de cabeza y malestar.Y la suya no es la única: son aproximadamente cien las familias que conforman este paraje, que se hizo, en su mayoría, a partir de la adquisición de la mejora de la tierra, en algunos casos hace más de dos décadas, con la promesa de lograr la regularización de la documentación.“Boyero” tiene su propiedad “un poco más al fondo”, a unos ocho kilómetros de la ruta y sólo a cincuenta metros de donde, esperan, el año que viene funcione el aula satélite. También tiene cuatro hijos. La mayor tiene catorce años y las posibilidades de continuar estudiando para ella son nulas, porque el secundario está en el pueblo. Los otros tres, de los cinco días de la semana, con suerte van uno o dos a la escuela.“Estamos en Argentina, donde las universidades son gratis, pero tenemos gurisada que no tiene la posibilidad de salir adelante porque no le dan la oportunidad, cuando realmente hay una problemática nadie se pone las pilas, hace tres años peleamos por la escuela para estos chicos que nacieron acá”, dijo Martín Dellien, a quien los vecinos nombraron presidente de la Comisión de Tierras.Añadió que cuando “terminan la primaria, ayudan a los padres, ni siquiera pueden trabajar en un comercio, porque no saben leer ni escribir como corresponde; acá no hay alternativas, se es peón de chacra o peón de chacra. Pedimos por una educación igualitaria, tenemos el mismo derecho al vivir acá que al estar en el pueblo, no estamos jodiendo porque se nos da la gana, queremos un futuro para los chicos”.“Hoy por hoy sin un título se está condenado al trabajo en negro o a optar forzadamente por un plan; y lamentablemente no hay esperanzas de decir ‘tengo que vivir así porque mis hijos van a tener un futuro’”, sostuvo.¿Y la salud?Los vecinos de Puerto Argentino no cuentan con un Centro de Atención Primaria de la Salud (Caps), para el que también un vecino cedió un espacio de su chacra, estratégica también, puesto que se ubica prácticamente en el medio de la colonia. Por eso, hasta hace un par de años recurrían al centro de Puerto Argentino 1, que lamentablemente cerró, incluso está en un completo estado de abandono (la foto habla por sí misma).Según comentó Roxana, esta fue una decisión del Intendente, ya que por un acuerdo en 2012 el Municipio pasó a hacerse cargo de este puesto, al igual que los de Santa Rosa, Piñalito, Santa Cruz del Monte, Paraje Piñeiro, Kilómetro 45, Siete Estrellas, San Juan, Yaboty, San Lorenzo, Fortaleza, Portón Viejo y Esmeralda, tanto de las actividades relacionadas al mantenimiento como al fortalecimiento de la atención primaria, con el acompañamiento de la zona de salud.Desde entonces sólo les queda recurrir al hospital de área de San Pedro, para la mayoría, a varios kilómetros de distancia.Promesas y sueños incumplidosAdemás de yerba, muchos vecinos se dedicaron a la plantación de tabaco, maíz y poroto, entre otras plantas anuales, cuya producción pueden comercializar en el pueblo para subsistir, principalmente porque los tiempos hasta levantar una primera cosecha son muy largos y por las trabas que encuentran a la hora de ubicar el producto.Es que para vender el oro verde deben cumplir una serie de trámites burocráticos con el Instituto de la Yerba Mate, entre ellos, presentar el título de propiedad, lo que los obliga al comercio en negro y que deriva en una importante pérdida, ya que “si el precio oficial es 5,20 pesos, tenemos dos alternativas: vender a 3 pesos por kilo y cobrar en dos o tres días o bien a 3,80 y recibir el pago en 180 días, por 0,80 te hacen esperar tres meses”, explicó Dellien.Sin embargo, en la historia de Puerto Argentino 2 hubo muchos otros proyectos que llenaron de expectativas a los productores y quedaron truncos, como el “Centro de Desarrollo Industrial de la Mandioca Misionera”, que implicó una inversión de alrededor de 10 millones de pesos, entre el Estado provincial y el sector privado, en un predio de veinte hectáreas donado por el Municipio.Allá por 2010, se esperaba que lo que sería la planta más grande del país en su tipo produzca, en un primer momento, 200 toneladas diarias, para luego llegar a las 400, lo que en palabras del exintendente Orlando Wolfart, convertiría a San Pedro en la principal productora de mandioca de Argentina.Obviamente, todos cedieron algunas hectáreas a este cultivo. El ejemplo de Roxana es sólo uno de muchos: “Planté cuatro hectáreas, fueron tres o cuatro años de trabajo, porque pedían mandioca vieja, cuando llegó el momento de entregarla no valía nada, así que se usó para consumo y animales, fue mucho trabajo tirado por la borda”.Martín Dellien tampoco pudo vender ni un kilo: “El espacio se usa para acopiar para un revendedor que paga 1,20 peso por kilo y la vende en Montecarlo a 1,80 y 2,50, un intermediario, que no carpe, no espera tres años y gana más que nosotros, para eso sirvió la almidonera. No es más que un galpón grande, se robaron millones, todo quedó en un tinglado”, dijo el productor.E hizo hincapié en que “hace cuatro años, se hablaba de 1 peso por kilo, hoy, con 200% de inflación, 1,20 puesto allá, o sea, 1.200 por tonelada, haciendo frente no sólo al cuidado sino también al transporte, es una burla, es reírse del colono”.Regularización de tierras, ¿otro imposible?El Presidente de la Comisión de Tierras estimó que actualmente son unas cien familias las que hacen a Puerto Argentino 2, dispersas e
n 600 hectáreas, muchas con más de dos décadas viviendo allí, tras comprar la mejora de las tierras.Y puso como ejemplo su caso: antes de cerrar el negocio por su chacra con un vecino de San Pedro, Dellien se dirigió a la Municipalidad, donde le dijeron que “compre tranquilo”.Tras cinco años de búsqueda, recientemente se percataron de que la propiedad, de 1.600 hectáreas, pertenece a una empresa que, al decir de Dellien, no registró actividad hasta hace muy poco, cuando además “puso al día treinta años de impuestos municipales para conseguir la autorización para sacar madera”.“Todo esto es muy raro, en la Municipalidad no había dueño, ahora aparece, pero queremos comprar la tierra, todos compramos la mejora, nadie vino a usurpar. Durante treinta años no apareció nadie, incluso ahora nadie nos molesta, aunque la realidad es que tienen todas las herramientas legales para sacarnos o hacer el intento, pero hay yerbales en cosecha, eucalipto, pino y necesitamos la regularidad”, confió.Asimismo, se refirió a la poca voluntad que perciben para solucionar esta problemática. El delegado de la Pastoral Social de Iguazú en San Pedro, Ángel “Pocho” Agüero, apuntó: “Cuando estuvimos cortando la ruta nos dijo ‘vamos a abrir una carpeta de Puerto Argentino’; qué quiere decir, que nunca hubo intención de solucionar, porque hubieran abierto una carpeta antes, con número de legajo y como corresponde”.Hálito de esperanza<a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/236550/por-una-escuela-para-colonia-puerto-argentino.html">Hace un par de fines de semana</a>, las instalaciones del ansiado aula satélite sirvieron para alojar un encuentro en el que estuvo presente la ministra de Agricultura Familiar, Marta Ferreira, quien se comprometió a trabajar en conjunto para mejorar las condiciones de vida en la colonia.Además, a la reunión se sumó Joselo Schuap y prometió nombrar la “escuelita de Puerto Argentino” en el Festival de Cosquín, en enero próximo, e iniciar un reclamo en conjunto.Visitas que de alguna forma echaron una luz de esperanza para los vecinos que hace años tienen la sensación de tener promesas de todos lados, pero comprobar que nadie hace nada, por lo que ya se veían el 7 de marzo próximo, con el inicio de clases, en la ruta nuevamente.Fotos: Gentileza G.Spaciuk
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