La confusión, el dolor extremo y el pánico persisten aún en los ojos de Elisa de Souza (47). Desde hace 16 días se encuentra en una cama de hospital después de ser baleada en plena vía pública. Por el hecho se busca a Manuel Rivero (52), quien escapó de la comisaría Octava el último lunes. Cuatro policías la custodian.
Tiene el brazo izquierdo y la rodilla del mismo lado inmovilizados. Una venda le protege el abdomen: uno de los disparos le provocó daños en el hígado.Fueron treinta años de maltratos extremos. Y de silencio. Hasta que se animó a romper esa barrera de miedo. Después de tantas denuncias, logró una restricción de acercamiento.
“Él nunca cumplió y seguía viniendo y amenazándome. Me dijo que si yo no era de él, no sería de nadie”, contó Elisa con la voz entrecortada ante PRIMERA EDICIÓN, en una entrevista exclusiva, mientras se recupera del brutal ataque a balazos.El testimonio de Elisa pone al descubierto una historia de sufrimiento y miedo continuo.
“Cuando me enteré que se escapó de la seccional Octava me desesperé y tuvieron que tranquilizarme. Él va a regresar y eso me atemoriza”, contó.
En diálogo exclusivo con PRIMERA EDICIÓN, la mujer relató el escalofriante ataque ocurrido el miércoles 14 en una parada de colectivos del barrio San Marcos, todo lo que vivió y vive desde ese día y los temores que enfrenta de cara al futuro.
¿Por cuánto tiempo fue víctima de violencia?
Lo soporté por treinta años, porque él siempre me amenazó. Me decía que me iba a matar porque si yo no era de él, no era de nadie. Lo soporté por treinta años. Y cuando dije “basta” él reaccionó como lo hizo ese miércoles 14.
¿La golpeaba?
Me pegaba en los brazos y en el cuerpo, pero no en la cara. Siempre nos separábamos y volvíamos, porque decía que iba a cambiar, pero nada que ver. La ultima vez le dije “basta, se terminó” y apareció en mi casa con un arma. Yo hice denuncias. Manuel tenía una restricción de hogar que no respetaba, iba y venía de la casa.
¿Qué recuerda del ataque?
Ese día yo estaba sola. Él me dijo que vayan los chicos a la casa de él a pasar el día y se fueron, porque son sus hijos. Yo quedé sola, tomando mate en la casa. De repente lo veo con un arma en la mano. Me asusté, lo empujé y cerré la puerta. Salí por la puerta de atrás, salí a la calle y lo vi al muchacho de la verdulería, lo abracé (N. de R: se trata del verdulero al que este diario entrevistó el día del hecho). Al ver lo que pasaba, el chico intentó protegerme, pero Manuel le apuntó a la cabeza y yo dije adentro mío “acá se terminó todo”. Dio un tiro y le pegó en la mano de este chico, que se asustó y me largó. Entonces Manuel comenzó a dispararme: me tiró en la rodilla, en el brazo y en el hígado. Después de eso no recuerdo nada más. Desperté en el Hospital.
¿En ese momento pensó en algo?
Sí, en mis hijos. Sólo en mis hijos, nada más. Porque él siempre me amenazaba. “Si tengo que hacerte daño va ser a vos, a los chicos no los voy a tocar. Te voy hacer a vos”, me decía. También me dijo que si me mataba se iba a escapar por los Esteros del Iberá. “En Corrientes nadie me va a encontrar”, me decía. También me amenazó con robar a uno de mis hijos, al más chico. Siempre me amenazaba, tengo muchas denuncias hechas.Él había sido detenido días antes, pero ya se había escapado… Sí, en noviembre lo detuvieron en la Decimoctava porque tenía una escopeta y él se escapó. Estuvo cinco días prófugo. Por eso no entiendo por qué no lo vigilaron mejor, si él ya tiene antecedentes de fuga.
¿Usted cree que va a regresar? ¿Cree que la va a matar?
Sí, va desaparecer por un tiempo y va a volver porque él me dijo “lo que empiezo lo termino”. Y creo que esa es su intención. Esta vez falló, pero va a regresar.
¿Qué pensó al enterarse de que se había fugado nuevamente?
Fue desagradable saberlo, me descompensé, me pusieron oxígeno y después me calme. Ahora estoy tranquila porque tengo custodia policial, pero no duermo por las noches. Él sabe cómo escabullirse y eso me atemoriza.Ante las distintas versiones que circulan y el hallazgo de un bolso del sospechoso con pelucas y bigotes postizos
¿Cree que es capaz de disfrazarse para despistar a la Policía?
Sí, y de cualquier cosa con tal de escapar, de mujer o de mendigo, de lo que sea, porque sabe cómo hacerlo.
¿Es cierto que él tiene antecedentes delictivos?
Sí, muchos antecedentes por robo. Incluso, en una oportunidad estuvo preso durante veinte días porque me quiso asfixiar, intentó ahorcarme. Fue hace dos años y la madre le pagó un abogado y salió.
¿Recuerda cómo logró salvarse de ese ataque?
Sí, yo corrí afuera y pedí ayuda. Y mis hijos están muy afectados por todo eso. Sólo quieren que mejore (N. de R: Elisa hace una pausa y llora. Después toma aire y sigue). Tengo diez hijos, todos son de él.
¿Cómo va a vivir ahora?
No sé, es lo que pienso todo el tiempo ¿cómo voy a vivir? Escondida. Cómo voy a vivir tranquila si él va a volver en cualquier momento. Sinceramente no sé cómo se sigue si él está suelto.
¿Qué le pide a la Justicia?
Le pido que lo busquen, que lo agarren y lo llevan directamente a la cárcel de Loreto. No entiendo que lo hayan dejado en la Octava, siendo que él ya se escapó una vez. Es una persona con habilidad para escabullirse y sabe sobrevivir en las peores condiciones. Para darse una idea, come hasta carne cruda.
¿Usted no va estar tranquila hasta verlo encerrado?
No. No voy a estar tranquila nunca mientras él esté suelto. Durante treinta años fui víctima de golpes y maltratos. En marzo le hice la última exclusión de hogar. Él después de eso me dijo que no iba hacer nada porque quería ver a los chicos y que nos llevemos bien. Yo le permitía que los vea, porque es el padre, pero no en mi casa, afuera o en su vivienda. Nunca le negué que los vea, pero ni así tuvo piedad de mí.
Los héroes de Elisa
La primera frase que pronuncia Elisa De Souza es “gracias”. Y lo repite más de una vez. Es que para ella, más allá de la tragedia y el dolor, después de ese miércoles 14 existen héroes que le salvaron la vida.
“Quiero agradecerle al muchacho que intentó protegerme cuando Manuel nos disparaba. Fue muy valiente, intentó protegerme y por él las cosas no fueron peores. Gracias”, dijo sobre el verdulero entrevistado por este diario.
Después de los disparos la mujer cayó al suelo en medio de un charco de sangre, a pasos de su casa. “El móvil policial tardó segundos y la decisión del Oficial Ayudante Emilio Sánchez me salvó la vida, porque él estaba a cargo de la patrulla de la seccional Octava y del personal. Cuando me vio, me levantó, acomodó la cabeza entre sus brazos y así llegamos al Madariaga. Los médicos dijeron que si tardaban más podía haber muerto desangrada. Gracias a ellos estoy viva”, sintetizó la mujer.
Sobre la atención en ese centro asistencial, la víctima reconoció que “hicieron un gran trabajo y les agradezco por la atención que tuvieron conmigo y con mi familia”.
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