Los vecinos aseguran que los arrebatos en las paradas de colectivo y a cualquier hora les hacen imposible vivir tranquilos. Las familias cortaron el tránsito con gomas encendidas. “No nos gusta cortar la calle pero imagínese cómo estamos. Los asaltantes siempre tienen cuchillos, no distinguen entre chicos y grandes y los atracos para robar carteras, celulares y billeteras son a cualquier hora”, insistieron. “Los delincuentes son menores y están drogados, y la policía realmente no nos cuida”, expresaron algunos de los habitantes de la chacra 138 de la capital, que culpan a la fuerza de seguridad provincial por “hacer la vista gorda” y “pasar de largo” cuando ven hechos delictivos.
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