Silencio oficial. Ésa es la estrategia que eligió el presidente Mauricio Macri y todo su entorno para enfrentar el escándalo en el que quedó envuelto el titular de Inteligencia, Gustavo Arribas, íntimo amigo del jefe de Estado.Desde el Gobierno no hubo explicaciones públicas, pero funcionarios consultados por el diario La Nación intentaron relativizar la gravedad del hecho, aclarando que en 2013 Arribas no era funcionario, sino un representante de jugadores de fútbol."Parece inverosímil que Arribas haya sido gestor del gobierno nacional de entonces para acelerar la puesta en marcha de una obra nacional, como insinúa la nota", explicaron en un despacho oficial, consigna el matutino. Y añade que otro funcionario calificó de "coincidencia" que la fecha de los giros a Arribas fueran justo después de la reactivación de las obras en el Sarmiento, en las que también participa la firma Iecsa.Sobre la presentación a la Justicia que realizó este miércoles Elisa Carrió, que pidió que investigue los pagos del operador de la constructora brasileña Leonardo Meirelles al hoy titular de la AFI, un funcionario lanzó: "Si fuera la primera vez, vaya y pase. Pero Carrió denunció hasta a dos funcionarios de su amigo (Juan José) Aranguren; no nos sorprende nada".No obstante, el presidente del interbloque Cambiemos en Diputados, Mario Negri, se sumó a las críticas de la líder de la CC y pidió que Arribas se presente a la Justicia para dar explicaciones.Macri, mientras tanto, hizo oídos sordos al tema y hasta decidió mostrarseeste miércoles por la noche inaugurando una obra a cargo de Odebrecht, que confesó ante la Justicia de Estados Unidos que pagó sobornos por 600 millones de dólares en 12 países, de los cuales 35 millones de dólares fueron en Argentina.Denuncia de CarrióLa líder de la Coalición Cívica-ARI, Elisa Carrió, pidió este miércoles a la Justicia que investigue al director de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas, por haber recibido una presunta transferencia de 600 mil dólares de parte de un operador de la constructora brasileña Odebrecht.La diputada nacional y cofundadora de Cambiemos presentó un escrito en los Tribunales Federales de Comodoro Py para que se inicie una causa ante la información aportada en Brasil por el operador y cambista paulista Leonardo Meirelles, quien entregó en el vecino país documentación sobre transferencias que hizo para Odebrecht y otras empresas.Uno de los receptores de dinero fue el jefe de los espías que, según los datos que posee la Justicia del vecino país, habría recibido 594.518 dólares en una cuenta en Suiza."Es necesario que sea aclarado en ese ámbito", aseguró Carrió en declaraciones citada por el diario La Nación.La ideóloga del frente oficialista había criticado la designación de Arribas al frente de la AFI por su inexperiencia en el rubro, ya que proviene del mundo del fútbol por su pasado como representante de jugadores.InvestigaciónEl Lava Jato ya es considerado como el mayor caso de corrupción de América Latina y el capítulo argentino no se queda atrás: los ecos de una red internacional de sobornos comandada por las principales constructoras de Brasil alcanza tanto al kirchnerismo y a los principales funcionarios de Néstor y Cristina Kirchner, como a la familia del presidente Mauricio Macri, y ahora amenaza con extenderse a una red de cien empresas de la construcción en el país.El fiscal Sergio Rodríguez, a cargo de la Procuraduría de Investigaciones Administrativas, está al mando de un expediente que busca determinar si el esquema del Lava Jato se replicó en la Argentina, y que comienza a transformarse en la mayor investigación sobre la obra pública en la última década. Además, pone la mira en la relación entre los grupos económicos más importantes de Brasil y del país con el poder político, de ayer y hoy. No sólo se están investigando contratos de la era K. También licitaciones de las constructoras brasileñas con el actual gobierno.El Lava Jato originó en el último año varios expedientes aislados, pero Rodríguez concentra la investigación central sobre el supuesto pago de coimas de las cinco constructoras involucradas en el caso de Brasil que operaron en Argentina: Odebrecht, Camargo Correa, Andrade Gutiérrez y las filiales brasileñas de dos argentinas: Contreras Hermanos y Techint.Las empresas protagonistas del Lava Jato se asociaron con al menos 19 empresas, según los registros de Uniones Transitorias de Empresas (UTEs). Diez de esas socias –la mayoría de ellas locales– figuran en la lista de las 36 empresas más beneficiadas por el kirchnerismo en la obra pública: desde Iecsa –de Calcaterra, el primo de Mauricio Macri– y Roggio hasta CPC de Cristóbal López y el grupo Austral. Desde Techint y Rovella Carranza hasta Esuco y Electroingeniería.Entre 2006 y 2014, esos consorcios empresarios ganaron licitaciones de obra pública para construir gasoductos, obras de transporte, rutas y acueductos, entre otros proyectos. Techint es la firma más beneficiada con la obra pública en ese período. Odebrecht ocupa el 6º lugar en la lista. Contreras Hermanos, el puesto 21º.Fuente: medios digitales
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