El círculo que habían trazado los investigadores desde un comienzo terminó de cerrarse en sede judicial, donde el joven que permaneció prófugo más de un mes por el crimen del taxista Carlos Alberto Amarilla (61) finalmente rompió el silencio y confesó ser el autor del crimen que conmovió a la capital provincial.Se trata del detenido el último lunes en el barrio?Los Potrillos de Garupá, quien en las últimas horas fue llamado a indagatoria y, ante la Justicia, no hizo más que contar lo que sucedió aquella noche del viernes 31 de marzo, según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN mediante sus fuentes.Frente al magistrado Fernando Verón, titular del Juzgado de Instrucción 3 de la Primera Circunscripción Judicial, el joven de 19 años relató que aquella noche abordó el remís que conducía Amarilla en dirección al barrio Giovinazzo. Fue en el camino que junto al adolescente de 17 años -aún demorado- pergeñaron un asalto al trabajador del volante.No obstante, en la declaración que virtió ayer por la mañana, aseguró que encañonó al taxista y que, éste, en un intento desesperado por defenderse, se trabó en lucha y lo tomó del brazo del que sostenía el arma. Fue en esa pelea que, siempre al decir del declarante, se le escapó el disparo que acabó con la vida del conductor.De esta manera, el homicida confeso quedó frente a una acusación por el delito de “homicidio simple”, que prevé penas de 8 a 25 años en base al artículo 79 del Código Penal Argentino. Resta saber qué resolución adoptará la Justicia en relación al adolescente, si es que le cabe o no algún tipo de partipación en la autoría del crimen. Por lo pronto, la investigación a cargo de Verón continúa a los fines de establecer otros detalles aún no claros del episodio.Amarilla fue hallado sin vida de un disparo en la nuca alrededor de las 22.30 del viernes 31 de marzo, en el interior del Fiat Uno que conducía, donde la avenida Cocomarola finaliza y da lugar al inicio de la avenida 210, en el sur posadeño.La pesquisa de los hombres de la Unidad Regional X y Homicidios señaló rápidamente al adolescente y a un joven de 24 años, quienes fueron detenidos al día siguiente en Giovinazzo. El transcurrir del proceso determinó que ese muchacho mayor de edad no tenía relación con el episodio, por lo que fue liberado.Lo contrario sucedió en el caso del adolescente. Incluso, los policías iniciaron la búsqueda de un segundo joven, el ahora asesino confeso, quien logró permanecer prófugo durante 38 días. Alrededor de las 11 del último lunes finalmente fue capturado cerca de La Saladita de Garupá, en un monte de la zona, donde creen que se refugió. No se equivocaron: el muchacho resolvió romper el silencio, admitir sus culpas y confirmar las sospechas.
Discussion about this post