Combatir la narcocriminalidad en la región se convirtió en premisa de debate y coincidencia hacia ágiles y efectivas estructuras de articulación. Fue una de las visiones que se resaltaron en la apertura de la “IV Jornada de Cooperación Internacional entre el Ministerio de Seguridad y el Ministerio Público” que incluye a los actores judiciales y de las respectivas fuerzas de seguridad, de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Chile.Representantes del Ministerio Fiscal argentino y autoridades políticas misioneras iniciaron las disertaciones que finalizarán este miércoles en un hotel céntrico posadeño.Como anfitrión y luego de describir la labor provincial, el ministro de Gobierno, Marcelo Pérez amplió a PRIMERA EDICIÓN: “En la lucha contra el narcotráfico en Misiones queda mucho por hacer, por articular y perfeccionar, pero vamos hacia un norte correcto, estamos conformes”.Remarcó que “el 91 por ciento de la frontera de Misiones es internacional, es una cuña en la región, permeable, que requiere de un contralor mayor por su idiosincrasia y también por su cultura y su gente”.“Cambió el paradigma”Jaime Ansieta, policía chileno que encabeza la Oficina Regional de Interpol, sostuvo a este diario que, en la lucha contra el crimen organizado, al analizar la función de esta fuerza “se mezclan los conceptos. Ya que Interpol no es un control de migraciones, es una organización de las policías criminales para compartir información respecto de los delincuentes”.“Hoy en día para cometer un delito ni siquiera hay que viajar, tal el caso de las transferencias de riqueza y lavado de dinero. Son delitos muy difíciles de controlar. Cambió el paradigma de cómo se comete el crimen. Las organizaciones se prestan servicio internacional y tienen movilidad de delincuentes de un país a otro”. “Latinoamérica, con una población inferior al diez por ciento de la población mundial, se estima que tiene el 50 por ciento de los delitos violentos del mundo. Es fácil de establecer que es una región muy violenta. Si no trabajamos en forma coordinada como sociedad es imposible combatir el crimen organizado en la región”.“Empecemos a trabajar y cambiemos la forma y que los países compartan la información, sin las ataduras legales de hoy, los recursos después se debaten. Todos los países tienen la mismas trabas legales y no evolucionan”. “Cae uno, esperan diez”En el mismo carril, opinó el fiscal federal, titular de la Procuraduría Especializada en Narcocriminalidad, Diego Iglesias: “Tenemos que superar las barreras propias de la burocracia del Estado. El narcotráfico o el crimen organizado no tienen ningún tipo de impedimento, persiguen un fin económico y no respetan frontera para ello. Por eso, dentro de los límites legales, tenemos que superar las trabas de la burocracia.“Los narcotraficantes cambian todos los días, hoy no se ven cargamentos de dos o tres toneladas, se trasladaron a generar más envíos de menor cantidad de droga. Obtuvieron más versatilidad, mayor dinamismo y hoy pierden menos droga cada vez que se los detiene.“La prevención es la base, pero nuestra tarea es determinar con la investigación de quién es el camión, de quién la droga, determinar las responsabilidades de la organización. Si nos quedamos con el simple camionero, no estamos avanzando, son fungibles, cae uno y aparecen diez que esperan. Tenemos que ascender en la cadena de responsabilidad y entender que el problema es federal. Tenemos que investigar los patrimonios, tenemos que ir por los bienes del narcotráfico en particular y del crimen organizado en general”.Ir por el patrimonio de las bandas criminales representa un desafío próximo: “En el país hay pequeñas estructuras narcocriminales organizadas sobre un factor familia que va creciendo. En un principio los bienes los tienen ellos bajo sus nombres, y ni siquiera hay que buscar mucho para encontrarlos. Pero se van perfeccionando en estructuras con testaferros o prestanombres y resulta indispensable ir a buscarlos a otros países”.FlagranciaIglesias también rescató como positiva la implementación del sistema de juicio por flagrancia en el fuero federal: “Estoy a favor de un sistema acusatorio y desformalizado. Hoy tenemos un Código Procesal obsoleto. Por ello el sistema de flagrancia no solo le da mayor dinamismo a la investigación del hecho y el juzgamiento. A partir del juicio de flagrancia podemos ascender en la investigación y nos descomprime la situación del detenido. Es muy difícil avanzar en una investigación con una persona detenida sin sentencia. Porque implica tiempo que respetar e información que no podemos ampliar y llegar a los eslabones superiores de estas organizaciones”.
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