La posadeña Eliana Mestas Nuñez, que hace 16 años vive en Homestead, al sur de la Florida, dialogó con PRIMERA EDICIÓN, describiendo la caótica situación que están viviendo por la amenaza del huracán Irma. “En nuestra zona no es obligatorio evacuar pero decidimos hacerlo porque la situación es peligrosa. La gente está muy nerviosa. Los supermercados no dan a basto, las góndolas se vacían, especialmente enlatados, agua, panes (nosotros pudimos conseguir agua con ayuda de amigos). Las estaciones de servicios con colas larguísimas y muchas ya sin gasolina”, contó Mestas Nuñez afligida mientras se trasladaba en auto con su familia a Orlando, dejando su casa y sus cosas. La posadeña también destacó que “hay mucha incredulidad en la gente, a pesar de que muchos han vivido el huracán Andrew hace 25 años. Esperan hasta último momento para irse. No quieren dejar sus cosas, sus casas. No creen la información que se da. Creen que finalmente va a desaparecer. pero las autoridades están alertando. De verdad es preocupante”, manifestó la posadeña. Otro testimonioEl miércoles último, PRIMERA EDICIÓN dialogó con Agustina Mosca, posadeña que se encontraba en Miami, junto a su esposo y su hijo de dos años, quien contó que en el hotel se estaban yendo todos. “Hay gente que recién está llegando y ni enterados de que no pueden entrar al hotel. No los dejan entrar. Muchos tuvieron que alquilarse autos y viajar para Orlando, hacer otras reservas de hotel etc. Un caos”, manifestó Mosca. “Nosotros tenemos vuelo para esta noche (por el miércoles), por suerte, pero hay personas que se están queriendo volver a Argentina y no pueden porque los vuelos están costando entre cinco mil y siete mil dólares.“Si bien a las personas se las ve tranquilas, tienen miedo. Riesgo de vida hay para los que se queden. Acá se comenta que este huracán es más fuerte que el de años atrás que dejó 50 muertos más o menos”, finalizó Mosca.“Fue muy difícil volver a Argentina, la gente estaba desesperada”Eso manifestó Albertina F. de Alem, a este Diario, que en el día de ayer logró volver de República Dominicana y arribar, junto a su novio, a la ciudad de Encarnación mediante un vuelo que consiguió su familia a través de una empresa de viajes, después de 24 horas de búsqueda desesperada.“No conseguimos vuelos desde allá, mis padres por medio de una agencia de viajes consiguieron por medio del aeropuerto de Santo Domingo, porque el de Punta Cana era un desastre. Todo el mundo se quería ir y ya no había más vuelos, se habían cancelado. Directamente no había más pasajes, por vía internet”, narró Albertina. “Tuvimos mucho miedo. En ningún momento nos relajamos desde que llegamos allá, que fue el pasado sábado 2 de septiembre. Justo el día que llegamos nos enteramos que se venía el huracán, pero era de categoría 1, después fue subiendo, subiendo hasta 4 y ahí nos empezamos a preocupar más y nuestros familiares también. Preguntábamos a cada rato al hotel si tenían novedades, si tenían refugio, qué precauciones iban a tomar ante la llegada del huracán y demás, pero siempre muy tranquilos, te decían que no iba a llegar allí, que siempre todos los años pasa lo mismo: tienen las mismas alertas pero nunca llega, siempre se desvía”.“De verdad la pasamos muy mal”, manifestó la misionera que ahora se encuentra sana y salva con su familia.El jueves los vuelos desde Miami, y otros puntos de Florida fueron cancelados. Las personas en los aeropuertos son trasladadas a refugios en Orlando. Una familia de Alem no pudo volver aún.
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