Para Jonathan Castellano todo iba sobre ruedas. El viernes festejó su cumpleaños número 21 y recientemente cumplió su sueño de tener un auto propio. Además, está esperando con ansias el mayor anhelo y orgullo de su vida, ya que dentro de diez días será padre. A Jonathan nada le preocupaba en cuanto al porvenir de su familia, teniendo en cuenta que se desempeña como soldado voluntario y se preparaba para ingresar a Gendarmería Nacional. Incluso contaba con una licencia especial para poder terminar quinto año en un colegio secundario nocturno y regresar al Ejército. Todo iba sobre ruedas hasta el lunes a la noche, donde el presente del joven comenzó a convertirse en una verdadera pesadilla. Locura y sangre en el aula<a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/257061/fue-a-la-escuela-y-sufrio-la-amputacion-de-un-dedo-y-la-fractura-de-.html">Jonathan dio su versión de la noticia que conmovió a gran parte de la sociedad de San Vicente. </a>“Llegué al colegio (Comercio 15) como lo hago habitualmente, minutos después de las 19. Fui al baño y entré al curso. Una profesora estaba dando clases. Me senté y abrí mis carpetas para mostrárselas a uno de mis compañeros de grupo. Fue entonces que el agresor- al cual Jonathan identificó y por cuestiones de la investigación no se lo menciona, corrió mi mesa y comenzó a pegarme con golpes de puño en el rostro. Fueron unas ocho trompadas, una detrás de otra. Yo no me defendí porque eso me perjudicaba en mi trabajo. Cuando logro zafar le arrojé una silla y corrí. Entonces intervino el hermano del agresor y comenzó a correrme. En eso es que le cerré la puerta del curso, de madera terciada, y corrí hasta la preceptoría. Es allí donde me percaté que no tenía uno de mis dedos”. Tras explicar el terrible y doloroso momento, Jonathan aclaró que debido a los golpes que recibió por parte del agresor, no recuerda con claridad si fue con la puerta que se produjo la amputación de uno de sus dedos o en el momento en que fue agredido salvajemente. “Dicen algunos de mis compañeros de curso y hasta el policía que me tomó la denuncia que es ilógico que una puerta de terciado, y que yo mismo cerré me ocasione tan grave herida. Yo cerré la puerta porque me corría el hermano del agresor. Esa puerta no es tan fuerte como para reventarme los dedos, también supongo que pudo ser dentro del curso, cuando me pegaba. No me queda claro porque me percato después, estaba confundido por los golpes en el rostro, que además me afectaron la vista”, relató. Amenazas y un “emoji”La víctima del cruel ataque anunció que en breve ampliará la denuncia ante la Fiscalía. “Me contaron amigos de confianza que viven en el barrio del agresor (actualmente detenido en averiguación del hecho), que la familia no solo me amenazan a mí, también a mis hermanitos”, refiere. Acerca de las causas por las que cree fue agredido, Jonathan contó que todos los años en la Comercio 15 de San Vicente los alumnos arman un grupo, que representa con un stand a una empresa, y deben realizar en la práctica todas las actividades mercantiles, contables y empresarias propias del negocio elegido, incluida la venta de productos. Esto los prepara para salidas laborales. “Quien me agredió integra mi equipo para esa expocontable; el jueves en el grupo de WhatsApp, me acusó de no tener las carpetas al día. Yo le contesté que se quede tranquilo, que cumplí con mi parte. Luego se metió con cuestiones íntimas mías y le contó a otros compañeros que tiempo atrás yo sufría convulsiones. Fue entonces que por privado, el viernes, le dije que no se meta en mi vida. Me desconecté porque viajé a San Pedro y el lunes, al encender mi celular, encontré insultos y amenazas de agredirme físicamente. Simplemente le contesté con un emoji (imagen digital de una mano con el pulgar arriba). Finalmente Jonathan aclaró que ese episodio de amenazas no fue el primero. “Desde hace un tiempo el agresor quería un ‘mano a mano’ conmigo, pero yo no puedo meterme en problemas. Por eso y mucho más estoy evaluando ir a la Justicia a pedir una prohibición de acercamiento contra ambos hermanos, porque temo que me suceda algo a mí o a mi familia”, finalizó.
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