La prueba de ADN realizada para confirmar si “Diablo” es el padre biológico de tres menores, hijos de sus dos hijastras, dio positivo. El informe que recibió el Juzgado de Instrucción 1 de Puerto Rico avala la cruel hipótesis sobre el horror al que sometió a las dos hijas de su pareja: las golpeó, amenazó y violó durante más de cinco años. Y producto de esos abusos las víctimas dieron a luz tres criaturas.La historia del sospechoso detenido en agosto en San Gotardo, en el municipio de Capioví, eriza la piel. Un hombre con más de 20 causas penales en la Justicia provincial e incluso investigado también por narcotráfico.“Diablo”, de 33 años, no solo sembró el terror puertas afuera de su vivienda, hizo lo mismo con su familia. Hasta que un familiar de las víctimas finalmente se animó a denunciarlo.Con el resultado de la pericia genética, fuentes judiciales indicaron que la causa del imputado por el delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado” se encuentra a un paso de la elevación a juicio. Privadas de la libertadEl calvario al que era sometida la familia trascendió el martes 8 de agosto y de inmediato la Justicia ordenó un allanamiento en la casa de “Diablo”. Fue así que cerca de las 22.30 los uniformados rodearon el domicilio del acusado, quien al ver a los efectivos de la Unidad Regional IV de Puerto Rico, intentó escapar pero rápidamente fue reducido y trasladado a una celda.En el lugar, las víctimas -dos jóvenes que actualmente tienen 18 y 26 años- contaron lo que soportaron por años. La primera en relatar aquel martirio fue la mayor, quien contó que todo comenzó en el 2011, cuando se mudaron a Capioví y tenía 21 años. En ese lugar, “Diablo” comenzó a maltratarla: la golpeaba, amenazaba y le prohibía salir, incluso para ir a la escuela.La muchacha, entre llantos, relató que tenía buenas notas e incluso ganó una beca. Sin embargo, su padrastro no le permitió seguir sus estudios bajo el pretexto de que gastarían mucho dinero en su educación y no quedaría efectivo para la comida de sus hermanos.Esa víctima explicó además que fue sometida sexualmente en reiteradas oportunidades y nunca dijo nada por miedo. Durante el escalofriante relato, manifestó que solo quería recuperar su libertad para estudiar y trabajar, sueños que se vieron frutados por años.Relató que su madre era la más golpeada y “castigada”. La mujer era humillada y obligada a limpiar las ropas aunque estuviesen limpias, explicó.La joven dijo que a consecuencia de los abusos tuvo dos criaturas, una de las cuales hoy tiene cinco años y asiste al Jardín de Infantes.Indicó que su agresor solo le permitía llevar al menor hasta ese lugar y regresar. No podía demorarse, porque si ocurría era castigada. El siguiente testimonio fue el de la menor de las muchachas, de 18, y tal vez el más aberrante. Dijo que cuando tenía once años su padrastro -al que llamaba “papi”- la llevó a un comercio donde compraron alimentos. A la salida, el hombre la obligó a ingresar a un descampado y tras manosearla, la sometió sexualmente. Los abusos se repitieron a diario y cuando cumplió trece quedó embarazada.Actualmente su hijo tiene cinco años, la misma edad que el hijo mayor de su hermana, también hijo -y a la vez, nieto- de “Diablo”. Las jovencitas recordaron que los abusos ocurría con frecuencia en un descampado de la chacra donde residían. Allí las llevaba a la fuerza y lastimaba con golpes de puños y patadas, todo bajo la amenaza de hacer lo mismo con su madre, matarlas a ellas e incluso a sus propios hijos si rompían el silencio.La menor dio a entender que con el tiempo se resignó a soportar cada castigo, en silencio y con lágrimas. Aseguró tener miedo de denunciar al hombre, más que nada por su hijo. Es que en varias oportunidades el acusado le aseguró que si lo detenían, él regresaría y la buscaría para matarla. Así las cosas, “Diablo” fue detenido y las pruebas lo han cercado aún más.
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