Tras la sentencia a perpetua que se conoció ayer, la defensa de los tres condenados en la causa Knack anunció que apelará el fallo del Tribunal Penal 1 ante el Superior Tribunal de Justicia (STJ) y, de ser necesario, ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Al respecto, la abogada María Cristina Salguero dijo a este Diario: Tenemos la seguridad de que los tres son inocentes y pelearemos ante la Corte. Intentamos probar que el ADN y las huellas de dos de los imputados fueron plantadas en la escena. Hubiera sido bueno que interviniera Gendarmería e hiciera una contraprueba, pero el Tribunal nos negó esa posibilidad. Lamento que se llegue a esta instancia, porque habían muchas dudas en el expediente; lo más triste es que los que hicieron esto están sueltos y van a volver a matar. Seamos realistas, tres años y medio después qué pruebas van a conseguir. La fiscalía primero dijo que eran cinco los autores y luego desechó esa hipótesis. Desecharon todas las otras líneas investigativas y a esta altura podrían haber sido dos o diez los autores, no lo sabemos.
Van a inventar los argumentos
Por su parte, el letrado Eduardo Paredes, afirmó que los jueces se van a tomar todo enero para inventar un argumento. Este tribunal no estaba en condiciones de mostrar lo que se hizo en el juicio, se montó una prueba que no es, una prueba que violó los parámetros (en referencia a los levantamientos de huellas digitales y evidencias genéticas en la escena).
Violaron lo que establece la Constitución Americana, el Tribunal sabía que cualquier revisión hace desaparecer la prueba. Los celulares fueron ubicados por las antenas donde los acusados dijeron que estuvieron el día del hecho. La causa por el cuádruple homicidio quedará impune por más que la anulemos ante la Corte. El Tribunal sabe que no son los autores. La familia Knack fue objeto de un engaño que empezó con la Policía presionada por la política, y el Poder Judicial legitimó y actuó como encubridor, señaló.
La sentencia
Imperturbables. Los rostros del exprefecturiano Pablo Julio Paz, el chapista Marcial Alegre y Juan Ramón Godoy no se conmovieron una vez que el magistrado Francisco Aguirre leyó el veredicto.
Prisión perpetua, se escuchó este lunes, cerca de las 10.15, en el Salón de Usos Múltiples de la Unidad Regional II. Hubo lágrimas entre ambas partes: la familia Knack, de un parcial alivio, entre tanta desgracia. Los allegados a los condenados, de tristeza e indignación. El primer punto final para el caso más grave en la historia policial de Misiones llegó con la sentencia a 35 años de prisión para el trío.
Trece jornadas -sin contar las cuatro audiencias que fueron anuladas por el grave accidente que sufrió un camarista- necesitó el alto cuerpo para escuchar más de medio centenar de testimonios y llegar a una conclusión.
Tensión y silencio
La audiencia final se abrió alrededor de las 9.15 en el mismo lugar donde se llevó adelante el resto del debate. Los jueces Francisco Aguirre,?Lilia Avendaño y Erasmo Villalba ocuparon su lugar ante unas sesenta personas que ocuparon los bancos especialmente dispuestos. Había casi un policía por persona, ante el temor de que familiares de uno y otro lado pudieran enfrentarse.
Aguirre, presidente del tribunal, dio por cerrada la etapa de plenario y anunció que los tres jueces se retirarían a deliberar. La tensión se apoderó entonces de la escena: Paz,?Alegre y Godoy se mantuvieron en sus lugares y el operativo de seguridad no permitió que sus familiares se acercaran.
Si bien algunos especulaban con que la sentencia se conocería recién al mediodía, Aguirre, Avendaño y Villalba regresaron al salón de la avenida Sarmiento apenas sesenta minutos después. En ese mismo momento, una quincena de uniformados de la Policía provincial montó una muralla con sus escudos para separar el recinto del público.
Aguirre tomó, entonces, la palabra. Invitó a poner de pie a los acusados y, después, estrechó en sus manos el papel con la resolución. Se resuelve condenar a Pablo Julio Paz, Marcial Venicio Alegre y Juan Ramón Godoy como coautores penalmente responsables de los delitos de robo calificado por haber sido cometido con armas, en poblado y en banda; cuádruple homicidio calificado por ensañamiento y para procurar la impunidad, todo en concurso real, a la pena de prisión perpetua, leyó el magistrado.
Si bien se preveía un ambiente álgido -el propio operativo de seguridad así lo indicaba- tras la sentencia solo hubo silencio. Enseguida, Aguirre ordenó, primero, que se investigue al testigo Machado y también que se prosiga con la investigación sobre los otros dos presuntos autores, en virtud de que para los fiscales Myriam Silke y Elías Bys, los homicidas eran cinco.
Paz, Godoy y Alegre firmaron el acta del debate y, de a uno, fueron esposados y retirados bajo una fuerte custodia por efectivos del?Servicio Penitenciario Provincial. Por primera vez, el móvil ingresó al predio de la UR-II para retirar a los ya condenados. Paz fue trasladado a la UP-I de Loreto, Godoy a la UP-II de Oberá y Alegre a la UP-VI de Posadas.
Los tres posibles ejes de la condena
Si bien los fundamentos del Tribunal para dictar sentencia condenatoria serán dados a conocer el 8 de febrero del año que viene, por lo observado durante el debate, todo indica que el tribunal se apoyó en los cotejos genéticos -rechazados por la defensa, que incluso pidió la nulidad de los mismos- y por las huellas dactilares levantadas en la escena.
También habría resultado fundamental la denuncia que le recepcionaron en su lecho de muerte a Cristian Knack (25), quien aportó datos considerados valiosos para los magistrados: el joven dijo que vio a un agresor sin capucha y que se trataba de un exprefecturiano que frecuentaba el aserradero de su familia, y que los autores huyeron en un VW Bora, similar al de Godoy.
Horror
Aquel domingo 25 de mayo de 2014 cinco encapuchados armados irrumpieron en la vivienda de los Knack en el kilómetro 7 de la ruta provincial 5, cerca de Panambí. Fue alrededor de las 19.30, cinco minutos después de que Cristian (25) arribara de Corrientes, tras cobrar poco más de 400 mil pesos de una venta de machimbre.
Los malvivientes sorprendieron a la familia en la sala, mientras miraba televisión y comía torta. Ese día era el cumpleaños de Cristian. Los intrusos maniataron al joven, a su hermana, Bianca (12), y a los padres de ambos, Oscar Knack (43) y Graciela Mojfiuk (42), quienes fueron torturados, rociados con alcohol y prendidos fuego vivos. Todos murieron a causa de las severas lesiones que sufrieron.
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