La mujer tiene 41 años y terminó detenida junto al adolescente y dos vecinos. El trío está acusado de abrir un agujero en la pared de un comercio para llevarse mercadería.
Tan insólito como repudiable resulta el accionar de una mujer de 41 años, quien fue detenida este sábado en Oberá acusada de liderar una organización volcada al delito. Sería un caso más entre otros tantos si no fuera porque la sospechosa enviaba a cometer los ilícitos a su hijo, de 16 años, y a los amigos del adolescente, también menores de edad.
Fueron efectivos de la comisaría seccional Tercera y del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional II de la Policía provincial quienes desenmarañaron una compleja realidad.
Los investigadores ahora tratan de dilucidar si la denominada madre del delito y su banda están involucrados en otros tantos hechos de características similares registrados en la zona.
Según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN, todo comenzó a salir a la luz alrededor de las 7.30 de ayer, cuando un comerciante domiciliado sobre la calle Estanislao Del Campo se presentó en la guardia de la Tercera para denunciar que había sido víctima de robo.
El hombre de 38 años contó que se había retirado de su domicilio entre las 10 y las 23.50 del viernes. Cuando regresó, descubrió que desconocidos habían hecho un boquete en la pared del depósito de su comercio para sustraer diferentes elementos.
Los autores del hecho habían escapado con una hidrolavadora, un sillón plegable, una garrafa de diez kilogramos llena, un pack de gaseosas, una radio, una bolsa de caramelos y dos mantas, estas últimas, presumiblemente utilizadas para trasladar el botín.
Salvo por el hecho de la modalidad de acceso de los ladrones, el caso parecía ser uno más entre los que suelen registrarse en la provincia. Sin embargo, la investigación de los policías comenzó a revelar un trasfondo inesperado.
Las pistas los llevaron hasta una vivienda de la calle Lago Gutiérrez, cerca de la ruta nacional 14, donde los efectivos finalmente procedieron a la demora de los tres menores, dos de ellos de 16 años y uno de 17.
En pleno procedimiento, al parecer, los propios adolescentes indicaron que eran obligados a delinquir por la madre de uno de ellos.
De la incredulidad a la realidad pasaron enseguida los uniformados. Es que los elementos recolectados dieron veracidad a esa versión, razón por la que minutos después fueron por la mujer, de 41 años, sindicada como la regenteadora de la banda integrada por los tres adolescentes.
Al parecer, la madre intentaba ocultar todos los elementos sustraídos al comerciante, que finalmente fueron secuestrados.
El curioso caso ya está en manos de la Justicia provincial, que ahora debe determinar qué grado de responsabilidad le cabe a la mujer tanto en este como en los otros robos por los que se la investiga.
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