Pese a las pruebas recolectadas en el expediente, no se pudo constatar quién fue el autor del puntazo fatal. La causa fue recaratulada de homicidio simple a homicidio en riña. Alejandro Saucedo (19) murió en la madrugada del sábado 29 de julio de 2017 sobre avenida Quaranta en Posadas.
Los tres jóvenes que permanecían detenidos por el crimen de Alejandro Javier Saucedo (19) a la salida de un boliche de la avenida Quaranta de Posadas fueron excarcelados en los últimos días, después de que la causa fuera recaratulada y pasara de homicidio simple a homicidio en riña.
La resolución adoptada por el magistrado César Yaya, titular del Juzgado de Instrucción 2 de la capital provincial, guarda relación con que pese a los elementos de prueba recolectados después de seis meses de investigación no se pudo determinar de manera fehaciente quién de los tres fue el autor del puntazo que acabó con la vida de la víctima.
En razón de que ni los testigos pudieron dilucidar al autor del crimen es que ahora los tres deberán compartir culpas y someterse a una imputación que permite que permanezcan en libertad mientras se sustancie el proceso. A la hora del juicio oral y público, en caso de que sean encontrados culpables, podrían recibir una pena que va desde los dos a los seis años de prisión, según reza el artículo 95 del Código Penal Argentino.
Los acusados tienen 20, 26 y 32 años, y son oriundos del barrio San Jorge, hacia el sur de la ciudad. Los testigos coincidieron en que los tres estuvieron aquella madrugada en el lugar y fueron los autores del brutal ataque que se cobró la vida de Saucedo. Sin embargo, hasta el momento resultó imposible establecer quién le provocó la muerte.
En su momento, el trío se abstuvo de declarar. Con el cambio de carátula, todos recuperaron la libertad, aunque bajo una serie de restricciones, como por ejemplo, que deberán presentarse ante la Justicia cada vez que las autoridades lo consideren necesario.
La trágica historia comenzó a gestarse alrededor de las 5.15 del sábado 29 de julio de 2017, en un local nocturno vinculado a la música tropical, emplazado sobre la avenida Quaranta y Comandante Miño de Posadas.
En ese lugar Saucedo compartía la noche junto a sus familiares cuando uno de sus allegados mantuvo un pleito con otro de los presentes. Como todos fueron expulsados del local, la familia resolvió emprender el regreso a casa.
En eso estaban cuando una situación tomó por sorpresa a propios y ajenos del otro lado de la Quaranta. Allí, entre tres jóvenes atacaban a golpes y patadas a un cuarto involucrado.
De la reconstrucción realizada por investigadores de la Dirección de Homicidios surge que Saucedo no pudo aceptar aquel abuso, cruzó el asfalto e intentó defender a aquella víctima, sin imaginar que eso le costaría la vida. En medio del caos, el trío desvió la violencia hacia él y uno de los forajidos le clavó un cuchillo en la garganta.
Ante la mirada desesperada de sus seres queridos, Saucedo intentó cruzar la avenida Quaranta de regreso, en busca de ayuda, pero no lo logró. Cayó a punto de salir del asfalto con un corte en el cuello que le provocó daños irreparables en la arteria aorta. El final fue inevitable.
El trío escapó de la escena a la carrera. Se deshizo del arma homicida en calle Peñaloza y 71 del barrio Hermoso, donde luego fue encontrada por la Policía. Ese mismo día, ya entrada la noche, los tres fueron detenidos en el barrio San Jorge. En la casa de al menos uno de ellos se encontraron prendas y calzados con manchas de sangre.
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