El emprendimiento nació como un cable a tierra. Ella teje, trabaja con cerámica, cose, pinta y sigue aprendiendo. Trabaja en una casa de decoración aunque su sueño es tener la suya. Alma se llama su hijita y ella la inspiró con el nombre de su emprendimiento. Daniela Cuschasca es una apasionada del reciclaje, pero reconoce que todo lo nuevo le llama la atención y trata de hacerlo.
Con el interés innato, la joven emprendedora busca la forma de aprender algo nuevo siempre y le da su estilo a cada creación.
Comencé como un cable a tierra porque estaba pasando por un momento difícil, muy triste y para salir de esos pensamientos comencé a crear. Si bien siempre me gustó hacer cosas con las manos, esta vez fue diferente porque a mis amigas y mi familia le gustaba lo que hacía. Me daban ánimos y comencé a estudiar. En el Instituto Taller Espíritu Santo me recibí y estoy habilitada para dar clases, cuenta con entusiasmo cómo el arte le cambió la vida.
Daniela trabaja en una casa de decoración, pero sueña con tener la suya propia y seguramente lo logrará porque sus trabajos son muy requeridos.
Sí tiene un sueño mayor que es el de poder dar clases en las escuelas porque así como ella aprendió, está segura de que muchas mujeres y también los hombres pueden aprender. Trabajar con las manos te hace sentir mejor, tu ánimo cambia y si alguien desea salir adelante o ganar un dinero extra, bien puede lograrlo. Su pasión la llevó a aprender todas las técnicas del reciclado.
Me gusta ¡todo!, aseguró sin dudarlo y remarcó que como emprendedora me siento agradecida con la gente, sin su opinión y acompañamiento nada sería igual.?Son un estímulo para seguir innovando en nuevos trabajos. Reciclar me permite darle una segunda oportunidad a las cosas y así poder colaborar con el planeta. Es satisfactorio darle una utilidad a lo que ya no se usaba.
Alma Mía está en la red social de Facebook donde pueden ver más trabajos realizados por Daniela. O pueden comunicarse al WhatsApp 3764366069.
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