Como gesto de solidaridad en Cuaresma, piden colaboración a los fieles para la construcción y refacción de viviendas. En 2017 cambiaron la vida a 35 familias.
Bajo el lema Vengan benditos de mi padre, porque estuve sin techo y ustedes me alojaron, desde Cáritas invitan a todos los fieles de la Diócesis a donar el 1% de sus ingresos para ayudar a los que menos tienen. La colecta cuaresmal se realizará en todas las parroquias y capillas durante las misas de este fin de semana.
Lo recaudado tiene como destino la construcción y refacción de viviendas para los más necesitados. El año pasado, por ejemplo, la recaudación fue de 529.152 pesos y con ese dinero se construyeron 35 casas nuevas, además de realizar algunas refacciones pequeñas.
No obstante, el titular de Cáritas Diocesana, el sacerdote Alberto Barros, explicó que la idea de fondo es tener un gesto común de solidaridad durante el tiempo de Cuaresma, como preparación para la Pascua.
Obviamente que el problema de vivienda es mucho más grande (de lo que se pueda llegar a resolver con estas colectas) y no alcanza con eso, pero en este caso no importan tanto las cantidades: la idea principal es que sea un gesto genuino de servir a los que más necesitan, demostrar hasta qué punto podemos compartir. Por eso no se pide ni recibe dinero del Gobierno ni de empresas, remarcó Barros.
En ese sentido, expresó que es muy lindo crear puentes entre distintas realidades, donde la parroquia con más posibilidades económicas da todo lo que puede a los que más lo necesitan. No se trata de un padrinazgo, sino un compartir fraterno, porque esa comunidad aporta unas cosas y la comunidad más pobre nos enriquece con otras: con su ejemplo, con su esfuerzo, con su lucha.
El proceso de selección
Las viviendas se construyen de acuerdo a los proyectos que se reciben desde cada una de las 35 parroquias de la Diócesis, cada una de las cuales, con su equipo de Cáritas, arma sus pedidos de acuerdo a las situaciones más urgentes. Luego, en Cáritas Diocesana se analizan y priorizan, porque no es lo mismo un matrimonio con un hijo que una mujer sola con cinco chicos, que una familia donde hay discapacitados o ancianos, graficó Barros.
De todas formas, esa jerarquización es para empezar por las más urgentes, ya que la construcción se va haciendo por etapas, pero los proyectos se terminan concretando todos: si no alcanza con lo recaudado en la colecta, Cáritas completa los fondos por otras vías propias de financiación, pero ninguno queda afuera, remarcó.
Eso implica ya una preselección muy estricta y precisa por parte de las parroquias, pero además de Cáritas Diocesana hay un equipo especializado, con un ingeniero y una trabajadora social que trabajan ad honorem, que se reúne periódicamente con los delegados de cada parroquia para orientarlos antes de la evaluación final. Y en la fase de construcción, recorren una por una las construcciones supervisando y resolviendo problemas.
Cadena solidaria
Una vez evaluados y jerarquizados los proyectos, compramos los materiales a muy bajo costo gracias a la buena voluntad de una empresita local. La construcción la realizan los propios beneficiarios con la colaboración de los vecinos, y de la propia gente de Cáritas. Es una especie de autogestión solidaria donde todos van poniendo su parte. Es toda una cadena que también nos interesa mucho porque va generando fuertes lazos dentro de cada comunidad. Valoramos mucho ese esquema de recibo y doy, explicó Barros.
El sacerdote aclaró que lo único que no hacemos y le queda por resolver a la familia es la parte eléctrica, pero por lo general lo resuelve rápido por ese mismo camino de la solidaridad con el vecino, porque por lo general, en nuestros barrios más sencillos mucha gente trabaja en temas de construcción y es fácil que se ayuden en este tipo de cosas.
El “núcleo duro” de pobreza
Aunque no sabría hacer un balance muy claro, el padre Barros se prestó a un análisis de la controvertida actualidad de la pobreza, que en el fondo no ha cambiado mucho en las últimas décadas: En el día a día, uno ve nuestros barrios y la situación de pobreza es la misma hoy que la de hace 5 años o la de hace 10. Estamos siempre estancados en un núcleo duro, que es el gran desafío de este Gobierno, del que venga, de todos los partidos políticos juntos.
Cuando uno habla de esto tiene que tener en cuenta la macroeconomía y ese tipo de cuestiones, así que seguro que estamos en unas cosas mejor y en otras peor, pero lo que uno ve es que desgraciadamente en Argentina hay un núcleo duro de pobreza que ha venido creciendo desde hace muchísimo tiempo y que está ahí, que puede crecer dos puntos porcentuales, bajar tres, pero que en definitiva no cambia en el fondo: redondeando, siempre estamos en un tercio de la población sumida en la pobreza, y creo que llevará muchísimo tiempo cambiarlo, advirtió.
Barros cree que hasta que no haya un compromiso a largo plazo de todas las fuerzas políticas, un acuerdo nacional sincero de todos los sectores (empresarios, sindicatos, movimientos sociales), no vamos a poder salir de esto.
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