Nilda Galeano, mamá de Candela Correas De Melo, dijo a PRIMERA EDICIÓN que la adolescente no fue secuestrada, está con alguien y tiene temor de volver. Más de 200 personas marcharon ayer en San Vicente.Más de 200 personas marcharon ayer para pedir por la aparición de Candela Agustina Correas De Melo (15), de quien no se tienen rastros desde el sábado 3 de febrero. La búsqueda lleva más de dos meses de esfuerzos por parte de las autoridades, aunque aún sin resultados.
Familiares, amigos, compañeros de clases y vecinos de San Vicente participaron de la movilización, que partió alrededor de las 10 desde la Plazoleta del Colono, en el Acceso Norte de la localidad, hasta el Juzgado de Instrucción 3, donde se sustancia la causa.
En ese último lugar los padres de Candela fueron recibidos por el magistrado Gerardo Casco, al frente de la investigación, quien recibió un petitorio firmado por los presentes.
Los abajo firmantes, conmovidos por la desaparición de Candela Correas De Melo, quien se ausentó de su domicilio situado en el exkilómetro 1.274 el pasado 3 de febrero; solicitamos a las autoridades competentes en la investigación que se realicen todas las medidas necesarias a fin de dar con su paradero, pidieron.
Nilda Galeano, mamá de Candela, habló con PRIMERA EDICIÓN y brindó su parecer sobre la situación.
Para mí, Candela está con alguien y tiene miedo de volver. Yo creo que no fue secuestrada. Ese sábado me acosté a dar de mamar a mi hijo más chico y después de las 22 me acosté a dormir. Ella quedó despierta esperando por su novio, que iba a pasar a buscarla. Pero me levanté el domingo y ya no estaba, contó con dolor y agregó: lo único que vi fueron sus zapatos, que estaban en la escalera.
La mujer reveló que habló con Candela al día siguiente. Ese domingo me mandó un mensaje desde su teléfono en el que decía que se iba a ir para tener a su hijo lejos del novio. Le pregunté dónde estaba y nunca recibió ese mensaje ni las llamadas que hicimos después, se lamentó.
Galeano indicó que la adolescente dejó en casa numerosos elementos personales que eran de su predilección, lo que le llama la atención, aunque no olvidó una autorización para viajar que le había hecho la mujer para que visitara a su padre en Buenos Aires. Tengo miedo todo el tiempo, hasta de mandar a mi otra hija, de 11 años, solita a la escuela. Ella va al mismo establecimiento en el que Candela cursó desde primer grado hasta el segundo año del polimodal, sintetizó.
En la marcha también estuvo presente Pablo Correas De Melo, padre de Candela, quien relató ante PRIMERA EDICIÓN que el juez Casco nos recibió la nota y nos informó que en los próximos días van a tener los resultados de las pericias realizadas al celular de Candela. Eso nos puede dar nuevas pistas para seguir la investigación. Veremos qué otra cosa hay, la verdad es que yo ya no sé más qué hacer, declaró angustiado, aunque sin dar el brazo a torcer.
Finalmente, un testimonio no menor fue el que brindó Raquel Geraldi, vecina del barrio Unidos, quien tras participar de la marcha contó una experiencia que vivió días atrás. Mi hijo de siete años salió de la escuela turno tarde a tomar el colectivo y estuvo perdido dos horas. Dijo que unos chicos más grandes y en bicicleta lo llevaron a caminar y le hacían pedir notebooks a los vecinos. Eso me paso a mí y fueron dos horas muy angustiosas. Me imagino lo que puede estar pasando con esta mujer. Por eso vine a acompañar, finalizó.