Por la falta de aportes del Estado provincial y nacional para la ejecución de obras públicas, esta localidad sufre intensamente el flagelo de la desocupación. A esto se suma que las pocas empresas privadas que se instalaron en el lugar no alcanzan para cubrir la amplia demanda de trabajo.
Marcelo Geroldi es un dirigente social y trabajador de la construcción que hace años encabezó una serie de marchas para exigir mayor seguridad en el pueblo. Actualmente cambió el eje de preocupación y reclama por la falta de trabajo para los habitantes de El Soberbio.
Al respecto, el dirigente señaló que la principal problemática que atraviesa hoy el municipio es la falta de trabajo: no tenemos fuentes de trabajo nuevas. Vivimos la cruda realidad que es el desempleo de nuestra gente y no tenemos conocimiento de gestiones del Gobierno provincial ni del municipal para solucionar el problema, acusó.
En El Soberbio existen solamente cuatro aserraderos y muy pocas obras en construcción. El comercio presenta etapas de altibajos, influenciado por las asimetrías con Brasil. Mientras que la única fábrica privada de esencias cerró hace más de dos años para trasladarse a la provincia de Corrientes.
El municipio posee una amplia producción de tabaco y yerba, dos productos que generan muchos ingresos en las colonias, pero que no se industrializan en la zona. El tabaco se vende en Leandro N. Alem y la yerba se procesa en San Vicente u otras ciudades de la zona, debido a que El Soberbio no tiene secadero propio de yerba mate.
Por otra parte, en El Soberbio hay cuatro aserraderos que generan empleos, pero dan trabajo a pocas personas que además se constituyen como mano de obra informal, los empleados trabajan en forma precarizada. Después, dentro del ámbito de la construcción vemos algunas pocas inversiones privadas que están construyendo, agregó Geroldi.
Al mismo tiempo, recordó que en los últimos días perdió sus ingresos medio centenar de familias que trabajaban con el cruce de mercaderías y personas sobre el río Uruguay. Son más de cincuenta las familias que viven en la costa y que se dedicaban a traer cosas de Brasil o a brindar el servicio de pase en bote, hoy no pueden trabajar porque Prefectura comenzó a controlar el río. Esas personas ahora no consiguen nuevos trabajos porque no hay fuentes laborales, contó.
En relación a esto, opinó que no se tuvo en cuenta la consecuencia directa que la instalación de Prefectura tendría sobre las familias que vivían de los ingresos generados sobre el río: Se sabía que iba a instalarse Prefectura en El Soberbio, pero nunca hubo un plan político para darle otra mano de obra a toda esta gente. Eso se agrega ahora a la desocupación que ya existía, lamentó.
Por estos motivos, el dirigente social reclamó mayor atención por parte del Estado tanto a nivel provincial como municipal para la creación de fuentes de trabajo, ya que entiende que desde esas instancias no se genera nada de mano de obra. El Gobierno la única vez que habla de trabajo es cuando hace campaña política; fuera de eso, nunca tenemos respuestas para generar empleos en el municipio, criticó.
Por su parte, un exfuncionario de Turismo municipal, Fabián Dhamer, remarcó que ese sector es el que mayor cantidad de empleos brinda en la localidad: Da trabajo para más de 500 personas en El Soberbio y en fechas de eventos aumenta aún más la demanda, indicó.
De igual manera, el funcionario consideró que falta trabajar en la conformación de un programa de inversión para el sector turístico de la ciudad, porque no contenemos al turista: los visitantes llegan, pasean por los Saltos del Moconá y luego se van como vinieron. No dejan nada, sentenció.
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