Habrá sido a eso de las 11.30, yo estaba acá en la parada. De repente siento que se subieron a mi auto tres. Estaban esperando a uno más, entonces los de atrás se corrieron y le hicieron lugar a ese que faltaba, comenzó su relato Benítez, conocido taxista de la zona de la Terminal posadeña.
Vamos, metele, metele, le dijeron los misteriosos pasajeros, pero el conductor llegó a hacer apenas metros hasta que el destino se le interpuso en el camino. Ahí ví que venía la Policía y tiré el freno de mano. No había hecho ni cinco metros, relató el trabajador del volante, quien aseguró haber visto en una de las mochilas que llevaban los maleantes varios fajos de efectivo.
Benítez recién comprendió lo que sucedía y quiénes eran sus pasajeros unos cuantos minutos después, cuando los policías en el lugar se a contaban de decenas. Supe ahí que eran los que habían robado en la sodería. Gracias a Dios zafé, porque no sé qué podía haber pasado si seguía ese viaje, lanzó a este Diario.
De la reconstrucción realizada por los investigadores, trascendió que los cuatro malvivientes se bajaron del Logan, se cambiaron de ropa y luego caminaron unas tres cuadras hasta la parada de taxis en la que Benítez esperaba por clientes.
La suposición de los pesquisas es que los cuatro intentarían abandonar la ciudad hacia el sur, en dirección a la ruta nacional 14, con el objetivo de regresar a Santo Tomé, a 140 kilómetros de Posadas, de donde dijeron ser oriundos, según las primeras informaciones.
El robo
Una mañana de terror fue la que vivieron los empleados de una tradicional empresa posadeña productora de soda y otras bebidas, cuando cuatro encapuchados fuertemente armados ingresaron en un vehículo al depósito de la firma, los encañonaron e incluso golpearon para llevarse 150 mil pesos en efectivo. Cuatro de los involucrados no llegaron lejos: el sistema de GPS de un celular que también robaron permitió su aprehensión a los pocos minutos cerca de la Terminal de Ómnibus.
El atraco quedó registrado en las cámaras de seguridad de Ivess Dorita SA sobre avenida Rademacher 4.040 de Posadas. Las imágenes, además, captaron a un quinto delincuente, quien habría oficiado de campana en el acceso al depósito, y quien se marchó una vez que el vehículo con los maleantes ingresó.
Según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN, más allá de las cuatro detenciones, la Policía provincial continuaba anoche con un megaoperativo para dar con los dos prófugos que restarían para completar la banda, conformada íntegramente por oriundos de la localidad correntina de Santo Tomé. También buscaban un Renault Logan cuya chapa patente descartaron junto a prendas de vestir en el barrio San Francisco de Asís, a metros de la avenida Quaranta.
Entreguen la plata
La pesadilla comenzó minutos después de las 11, cuando el Renault Logan oscuro ingresó a toda velocidad al depósito de la empresa, con acceso por calle Neuquén. Según el testimonio de los empleados, enseguida descendieron tres encapuchados, todos con armas, y al grito de Vamos, vamos vamos y ¿Dónde está la plata? ganaron espacio hasta llegar al sector de oficinas. Mientras tanto, un cuarto maleante aguardaba tras el volante del automóvil.
Los tres ladrones vestían buzos rojos, quizás con el objetivo de confundir a las víctimas. Sin embargo, las capuchas que portaban eran de diferentes colores: una amarilla, otra blanca y la tercera, negra. Sobre el conductor, los testigos indicaron que vestía un abrigo negro con líneas blancas que correspondería a ropa de una conocida firma de origen alemán.
Ya en el interior de las oficinas, fueron directamente hacia uno de los despachos, cerrado bajo llave. Los ladrones sabían lo que buscaban, destruyeron la puerta del mismo y se alzaron con alrededor de 150 mil pesos. No fue una coincidencia: los primeros datos indicaban que ayer era día de pago en la empresa.
Ese monto pareció no ser suficiente para los ladrones, que subieron al primer piso y encañonaron a una administrativa de 23 años, a quien alcanzaron a golpear con la mano abierta en la cabeza, sin provocarle lesiones de gravedad.
Les aclaré que era pasante de la empresa, pero me dijeron que no les importaba mi rol en la firma, que querían la plata, contó brevemente la mujer -quien pidió mantener su nombre en reserva- ayer al mediodía, en diálogo con PRIMERA?EDICIÓN, mientras los criminalistas levantaban huellas dactilares en la escena.
Los ladrones siguieron su recorrida por la empresa y alcanzaron a otra oficinista, de 25 años, a quien también le sustrajeron elementos personales junto con alrededor de nueve mil pesos en efectivo que guardaba en la cartera. Afortunadamente estamos bien, alcanzó a decir a este Diario esa joven, sin brindar mayores detalles de lo sucedido.
Convencidos de que cualquier objeto de valor servía para justificar el atraco, la banda también tomó de manos de la última de esas empleadas un teléfono celular Samsung J-7 que resultó ser de propiedad de la empresa. Nunca imaginaron que ese sería el principio del fin.
El GPS del celular, la clave
Los delincuentes escaparon en el mismo Logan en el que habían llegado. Mientras lo hacían, el personal de la firma dio aviso a la Policía, que enseguida inició un operativo de búsqueda que contó con la participación de efectivos del Comando Radioeléctrico UR-I, Tercera, Decimoséptima, Decimoctava y Seguridad Vial, entre otros.
Los primeros datos provinieron del barrio San Francisco de Asís, específicamente de la intersección de las calles 71 y 130, al costado de una cancha de fútbol, a dos cuadras de la Terminal de Ómnibus. Vecinos informaron a los policías que habían visto a los malvivientes bajarse del Logan oscuro, descartar la vestimenta que llevaban y reemplazarla por otra, para luego continuar de a pie hacia la Estación de Transferencia de avenida Santa Catalina.
Los uniformados confirmaron esa versión tras el hallazgo de las prendas en un barranco, donde también encontraron dos patentes de automóvil, la primera con el código alfanumérico JOR-148 y la otra, KEJ-218. Posteriores cotejos indicaron que esas matrículas pertenecerían a vehículos robados.
Sin embargo, la prueba clave fue el seguimiento por GPS que los detectives iniciaron una vez que supieron que el teléfono Samsung contaba con esa posibilidad. La señal ubicaba al aparato sobre avenida Santa Catalina y calle 124, en la parada de taxis exterior de la Terminal de Ómnibus.
Una treintena de policías rodeó la escena y procedió a la detención de cuatro de los sospechosos, ante la mirada atónita de un centenar de testigos que contemplaba el importante despliegue policial. En poder de los acusados se secuestraron cuatro mochilas, en el interior de las cuales se hallaron las carteras de las víctimas, el Samsung J-7 de mención, una pistola Bersa calibre 45 milímetros, una Browning calibre nueve milímetros y un revólver Smith&Wesson calibre 38 milímetros.
En presencia del magistrado Fernando Verón, titular del Juzgado de Instrucción 3 y al frente de la pesquisa, los uniformados también secuestraron 95.220 pesos en poder de los sospechosos. El resto del botín, creen los investigadores, permanece en manos de los prófugos, cuya incesante búsqueda continuaba anoche.
Los apresados tienen 24, 27, 31 y 34 años y, lo ya dicho, todos son oriundos de Santo Tomé. Sin embargo, trascendió un dato al menos llamativo en las últimas horas: el menor de los involucrados es estudiante de la carrera de Arquitectura. El joven vive y cursa sus materias a escasos metros de la planta de Ivess, por lo que suponen que pudo tratarse de la pata local de la organización delictiva.
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