La película, que contó con la fotografía de los realizadores misioneros Gustavo Biazzi y Fernando Lockett, muestra una tribu de cineastas que está filmando un documental sobre la figura del Gauchito Gil, suerte de Robin Hood vernáculo del siglo XIX, convertido en mito y santo popular de los marginales y delincuentes. En el camino encuentran un nuevo Gauchito contemporáneo y urbano, líder de otra banda de marginales que repite el accionar del mítico ladrón justiciero en la Bs. As. del XXI. Ambas tribus se cruzan y la historia recorre diferentes niveles y géneros: documental, ficción dentro de la ficción, puesta en abismo, thriller, ecos de tragedia shakesperiana, y hasta gauchesca.
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