Marisa Duarte (31) deberá responder por homicidio calificado por el vínculo. El hecho que se le endilga fue perpetrado seis meses después de que purgara una condena a ocho años.
Para Marisa Duarte (31), será la segunda vez frente al Tribunal Penal 1 de esta ciudad por homicidio. La diferencia es que ahora, en vez de los ocho años que recibió por el primer hecho, se enfrenta a una condena a prisión perpetua. La causa en su contra por el crimen de Cristian Ayala (32), su pareja, fue elevada a debate oral por el delito de homicidio calificado por el vínculo, por el que podría recibir hasta 35 años de cárcel.
El auto de elevación fue firmado horas atrás por la magistrada Nuria Allou, titular del Juzgado de Instrucción 2 de Eldorado, quien consideró más que suficientes los elementos de prueba que pesan en contra de la imputada, según informaron las fuentes a PRIMERA EDICIÓN.
La mujer permanece alojada en la Alcaidía de Mujeres de Miguel Lanús, la Unidad Penal V del Servicio Penitenciario Provincial?(SPP), donde en las últimas horas recibió la notificación correspondiente.
Al decir del expediente, Duarte convivía con Ayala en un inmueble de la calle Resistencia, sobre el kilómetro 7 de la avenida San Martín de Eldorado, cuando alrededor de las 14 del jueves 14 de diciembre de 2017 se inició una discusión que acabó de la peor manera.
Cuando los efectivos de la comisaría Primera arribaron al lugar, se toparon con el cuerpo sin vida del hombre. Consultada al respecto, Duarte habría asegurado que se había tratado de un suicidio. Sin embargo, el médico policial constató lo que luego confirmaría la autopsia: Ayala recibió un puntazo en el pecho, a la altura del corazón, que le costó la vida en apenas segundos.
Duarte fue detenida y trasladada a sede policial para identificación. Entonces trascendió su pasado. La mujer había recuperado la libertad seis meses antes, el sábado 6 de mayo de 2017, tras purgar ocho años por otro crimen.
Aquel episodio se registró, paradójicamente, a escasos metros del hecho perpetrado en diciembre. Fue el miércoles 6 de mayo de 2009 en una vivienda del barrio Nach, a la altura del kilómetro 6.
Según los archivos, en aquel lugar, la mujer mantuvo una acalorada discusión con una muchacha de 19 años identificada como Karina Villalba, aparentemente frente al concubino de la víctima.
Ese pleito verbal no tardó en pasar a lo físico y, entonces, la sospechosa tomó un arma blanca y se la clavó en el pecho a la joven, quien falleció poco después en el Hospital Samic. Minutos más tarde los uniformados procedieron a la detención de la acusada, quien meses después fue sentenciada por homicidio simple a la pena de ocho años de cárcel, la pena mínima prevista por el Código Penal Argentino para ese tipo de delito.
Aquella condena se extinguió el sábado 6 de mayo de 2017 último, cuando volvió a la libertad. La mujer pagó su deuda con la sociedad, pero en menos de un año volvió a ser detenida bajo sospechas de cometer un nuevo crimen, el de Ayala, por el que ahora deberá enfrentar nuevamente a la Justicia desde el banquillo de los acusados.
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