Así se refirió al impacto del uso de agrotóxicos en Misiones, la antropóloga María Rosa Fogeler, una de las integrantes del frente ciudadano ambientalista. El Frente Ciudadano Ambiental Capuera estuvo en la Comisión de Recursos Naturales de la Legislatura misionera, donde se analizan proyectos de ley que exigen información y establecen regular la utilización de venenos.
En la Cámara de Diputados hay tres proyectos sobre el tema que están en estudio. Uno de ellos, cuya autoría es del diputado Martín Sereno, del Partido Agrario y Social, declara prohibir la utilización de Glifosato, además de los plaguicidas que ya se encuentren prohibidos por normas nacionales o internacionales, en los ejidos urbanos; pueblos originarios; establecimientos educativos y sanitarios; Reservas Naturales; centros turísticos; y cursos de agua dulce (
) para consumo humano o para utilización para la producción agrícola ganadera.
Respaldando ésta y otras iniciativas en ese sentido, el Frente Capuera expresó la necesidad de acompañar con medidas económicas al pequeño agricultor para que pueda dejar de utilizar los venenos.
¿Quién se va a ocupar del colono?
Fue la pregunta que hizo Eric Barney, Ingeniero Hídrico, docente y productor rural, integrante de Capuera, a los diputados.
Nadie duda sobre los efectos del glifosato y otros venenos en el ambiente y en la salud de todos. Lo que planteamos es la necesidad de conocer cuáles van a ser las herramientas o qué vamos a generar para que el productor deje de utilizar el Roundup, entre otros venenos, y afronte otras prácticas para eliminar las malezas. El pequeño o mediano agricultor no está en condiciones de enfrentar solo ese cambio, tiene tractores de hace 40 años, está sin herramientas y gana muy poco, basta citar lo que vale el kilo de hoja verde de té y o la yerba mate que tiene en su chacra. El colono está en una situación muy difícil y no hay créditos accesibles para, por ejemplo, tener un tractor nuevo para limpiar yerbales. Entonces, ¿cómo se prevé cubrir esto?, planteó al tiempo que hizo notar que tiene que haber un control real y evitar por ejemplo que los venenos se traigan de Brasil o Paraguay.
Los agricultores deben participar
Martín Ferroni, abogado, señaló que tenemos elementos vigentes como la Ley de Agroquímicos y la Ley Nacional de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para el manejo integral de los envases fitosanitarios, para poder empezar a construir desde esa base, y recalcó que como complemento necesitamos una Ley de Ordenamiento Territorial que haga operativas estas normas, con base la Ley de Bosques Nativos y teniendo en cuenta la Ley que crea el Instituto Nacional del Suelo que toma como unidad de gestión a las cuencas hídricas.
Para Ferroni las soluciones son complejas y requieren de un estudio multidisciplinario, debate y participación en el territorio y, por eso, agregó que tenemos que pensar en el territorio como una construcción social, no como espacio geográfico (…). Tenemos que tener presente la gestión asociada, esto es con la participación y el acompañamiento real y efectivo de los agricultores.
Misiones está siendo una tierra arrasada
La mirada integral de María Rosa Fogeler, antropóloga, es clara y determinante. Como reveló el doctor Hugo Gómez Demaio y nos alertó el doctor Andrés Carrasco en una conferencia que dio en la Facultad de Humanidades, ya está demostrando que esto es un problema político y no científico; ya no hay mucho que demostrar en renacuajos lo que estamos viendo en la población, sostuvo ante los diputados provinciales.
Con el respaldo de investigaciones que realizó en distintas temáticas en zonas rurales, la estudiosa no dudo en afirmar que, en Misiones, el glifosato triplicó la población urbana porque liberó las tierras de miles de trabajadores rurales, los dejó a la deriva en las villas miserias que hoy nos rodean, cambió toda la estructura de Misiones en el sentido que de ser una de las provincias con mayor población rural paso a ser una provincia con chacras vacías.
Misiones está siendo una tierra arrasada, dijo, y como ejemplo contó: El tabaco Burley necesita tierra nueva siempre o sea el desmonte va a seguir, los empujan (a los colonos) a avanzar sobre el monte y la capuera que va quedando, para después decir que en las tierras improductivas (que van quedando atrás) se puede meter pino y así seguir destruyendo el monte que es biodiversidad, es nuestra riqueza y que tenemos que conocer muchos más para que sirva a las generaciones futuras.
Consideró Fegeler que una ley que regule o prohíba el uso de glifosato en Misiones quizás sea una forma de salvar a esta provincia, y recordó a verdaderos íconos en la producción, como (el productor ambientalista Alberto) Roth que ha estudiado y practicado la agricultura sin usar venenos y sin arrasar el monte; tenemos que volver a esa historia si queremos hacer realmente un cambio.
Y reveló dos temas más que preocupantes: En España se demostró que no hay tercera generación de pinos… es tierra arrasada y nunca más va a crecer un alimento; y las aguas, todas contaminadas, tanto de los ríos que nos rodean como de los arroyos, eso estamos tomando. En Oberá hay tres o cuatro enfermos de cáncer por cuadra y eso tiene que ver con cómo producimos y con lo que comemos. Sobre el bien hídrico, puntualizó la situación del arroyo Yabebiry, sobre cuyas margenes avanza el monocultivo de pino elliotis, contaminándolo y reemplazando selva en regeneración.
Biodiversidad, en riesgo
Misiones tiene menos del 1% de la superficie de la República Argentina, es la única que tiene el ambiente de Selva Paranaense, y aquí está el 50% de la biodiversidad de todo el país, con casi 400 especies de árboles. Eso tenemos que defender, por eso es importante que salga esta ley, sostuvo Rubén Maletti, impulsor de educación ambiental, del Museo de Ciencias Naturales y del Jardín Botánico de Oberá.
El destino de Misiones no son las reforestaciones con pinos, aunque no se las descarta porque cumplen su utilidad, traen trabajo momentáneo, pero después son los bosques del silencio. Lo mismo pasa con el té que está tan mecanizado que cada vez hay menos mano de obra, y con la yerba todos los años la misma cosa
y quién pierde? El productor y el tarefero, expuso.
Somos Mbya y somos parte de Misiones
Estanislao Acosta, cacique de Ita Poty Miri, comunidad guaraní ubicada en Puerto Iguazú, sumó su apoyo para evitar el uso de venenos en la tierra colorada. Para nosotros es muy importante estar presentes donde se habla de agrotóxicos porque tiene mucho que ver con las comunidades, las chacras, productores, empresarios, las multinacionales, expresó con su esposa Andrea Maciel. Es muy importante luchar por nuestro futuro.. en general nosotros nos incluimos para evitar todo lo que es tóxico para los seres vivos , la fauna, flora
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Somos mbya guaraní y somos parte de Misiones, recordó Acosta. En Ita Poty Miri donde está muy avanzado por los blancos, por grandes empresarios, vimos grandes desmontes, vimos grandes negocios, vimos nuestros animales muertos e intoxicados, y vemos algunos animales queriendo restablecerse, y para nosotros es muy importante, sabemos que algunas especies están queriendo desarrollarse, contó, destacando la importancia de asegurar un ambiente sano.
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