Los Antunez De Sosa todavía no pueden creer la repercusión que tuvo la foto de su hijo que se hizo viral en las redes sociales, y en los noticieros nacionales, por ser el héroe sin capa que cruza tres kilómetros y dos arroyos a pie, para ir a estudiar.
Ramona Fleitas y Miguel Antunez De Sosa esperan todos los días ver volver de la escuela a sus ocho hijos cuando asoma el mediodía. Ayer, más o menos a esa hora, la sorpresiva visita de PRIMERA EDICIÓN puso a la pareja en un estado de emoción intensa, pero la verdad es que están así desde que la foto de uno de los más pequeños de la familia, Axel Yamil Antunez De Sosa (6 años), se hizo viral en el país donde emocionó verlo llegar a la escuela, tras caminar tres kilómetros y sortear dos arroyos en una zona de campo que está asolada por la helada.
Con la amabilidad que caracteriza a los colonos de las chacras de Misiones, Ramona, la jefa de familia, trajo las sillas y el mate para sentarse a contar la historia, que es también la de muchos otros en la ruralidad.
Sin ir más lejos, ella fue a la misma escuelita a la que ahora van sus hijos (el colegio cumple 87 años en julio próximo) y recordó: Ahora, por ejemplo, es posible comprarles un zapato que los proteja del frío, nosotros íbamos descalzos atravesando las mismas heladas, suspiró.
Sin darse cuenta, la mujer expresó lo naturalizado que está para los habitantes del paraje el hecho de madrugar para ir a la escuela, sin importar las condiciones meteorológicas, mucho menos las sociales. Lo cierto es que, en ese sentido, la situación de la familia no es nada fácil; sin embargo, ambos padres tienen la convicción de que la pobreza también se enfrenta estudiando. Por eso, todas las mañanas a las 6 comienza la rutina de levantar y preparar a los siete miembros que están en edad escolar. El más pequeño tiene tres y el año que viene también acompañará a sus hermanos para asistir a salita de cuatro.
Las únicas veces que los chicos se quedan en casa es porque las lluvias se vuelven tan intensas que desbordan los arroyos. Descontando eso, la asistencia es perfecta.
Un héroe sin capa, pero que necesita de todo
Muchas cosas se escribieron y dijeron sobre Axel a partir de la foto. Se destacó su compromiso con la escuela, sus ganas de estudiar y de salir adelante pese a todos los obstáculos que tiene a diario. No obstante, hay muchísimas otras necesidades que el chico tiene, y que la familia espera que ahora que se hizo famoso se empiecen a suplir.
La casita de los Antunez Sosa es de madera, todos los hermanos comparten una habitación y la cocina está a la intemperie. A un costado del terreno, el sueño de una casa digna se encuentra en ciernes: la base de material está lista, tiene las divisorias, no es muy grande pero representa la posibilidad de una calidad de vida en ascenso.
La verdad es que me fui muchas veces a la Municipalidad para conseguir algún plan de vivienda, y pese a las promesas nunca vino nadie. A lo mejor, esto que pasó con la foto de Axel nos ayuda para darles una casita mejor, se esperanzó la madre. Sobre la lucha cotidiana para sacar adelante a sus ochos hijos explicó que es muy difícil: Puedo comprar un zapato para uno cada mes, cuando completo la ronda de los ocho, al primero ya hay que comprarle otro nuevo y así igual con la ropa.
Como único ingreso mensual fijo, Ramona cobra la pensión por madre de siete hijos y Miguel se emplea en cuanta posibilidad se le presente si es que en las chacras ya no hay tabaco o yerba para cosechar. Los chicos se visten con la ropa usada que algunas familias solidarias les acercan, que en la pobreza se agradece, pero nunca es suficiente.
Así y todo Ramona sólo formuló un pedido a las autoridades municipales, en especial al intendente del pueblo: que disponga el arreglo de los caminos y que reemplacen los precarios puentes de madera por donde pasan los niños de todos los colonos para llegar seguros a la escuela y con la única preocupación de esmerarse en sacar buenas notas.
Tienen un sentido de pertenencia muy fuerte
La imagen que se pudo ver viralizada en las redes refleja la educación en la ruralidad. No sólo pasa acá, se replica en cada escuelita de las colonias. Con chicos que caminan varios kilómetros para venir a estudiar, dijo a PRIMERA EDICIÓN la directora de la Escuela provincial 196 (que el próximo 2 de julio va a cumplir 87 años). La docente Andrea Isabel Ratti, orgullosa de su comunidad, que cuenta entre sus egresados a una estudiante de medicina y varios jóvenes que también están buscando un futuro en la Educación.
La asistencia es perfecta como cualquiera puede venir a constatar, sin importar el día que nos visiten. Es muy difícil que falten. No importa si hace frío o hay heladas. Ni hablar cuando hace calor. Ellos se sienten felices. Tanto, que se pudo reflejar en la foto de nuestro alumno que camina tres kilómetros en la helada todos los días en compañía de sus hermanos.
Indicó la directora llena de orgullo: Algo se le está brindando y él valora esas oportunidades, sueños, amigos y contención que le da la escuela.
La “mae” de Axel, Andrea Sosa, maestra de primero y segundo grado, también destacó su curiosidad y sus ganas de aprender.
Para nosotros es un orgullo trabajar en esta zona, donde día a día vemos renovar un montón de valores, coincidieron en decir los docentes de la 196, quienes hablaron con este Diario y se enorgullecen de brindar educación en la ruralidad.
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