El acusado por el brutal crimen de la adolescente Horacelia Marasca (16) será sometido, en breve, a una pericia psiquiátrica para determinar su grado de lucidez y además, si comprende la criminalidad de sus actos, tal como anunció este Diario. No obstante, teniendo en cuenta los elementos a los que PRIMERA EDICIÓN tuvo acceso desde el inicio de la causa, dos profesionales se animaron a realizar un diagnóstico, en base a su opinión y con los datos que se hicieron públicos.Si bien una Junta Médica del Poder Judicial tendrá la última palabra, ambos profesionales trazaron un esbozo del perfil psicológico del hombre que confesó el horrendo homicidio ante el juez. Es un estudio de patrones y conductas del individuo que analizaron los profesionales con distintas metodologías. Se trata de la licenciada Laura Estela Racagni y el psiquiatra Raúl Quisamás. Sin sentimiento de culpaPara Racagni, siempre en el campo de las hipótesis, el asesino de la joven Horacelia “es un psicópata, con un cuadro de personalidad que no experimenta sentimientos de culpa, principalmente. Este tipo de trastorno indica que todo lo que va a hacer, en el transcurso de su vida, es para beneficio propio. Por ahí uno piensa que hace obras buenas y dice ‘qué altruista’, pero en realidad nada hace por el otro. Si él no va a tener un beneficio, no lo hace. Hay que clarificar que no todos los psicópatas son asesinos. Hay algunos. Muchos no llegan a quitarle la vida a otro. Convivimos con algunos psicópatas y no nos damos cuenta. Son personas muy manipuladoras, a veces muy simpáticas o muy agradables, porque en su afán de conseguir lo que quieren muestran una apariencia. Aunque parezca que se desviven por hacer algo, pero siempre para beneficio propio y lo grave es que no tienen culpa”.Con respecto al momento de la confesión, del hombre de 34 años que mencionó en detalle ante el juez Ricardo Balor el atroz crimen y posterior desmembramiento de su joven pareja, la psicóloga no dejó escapar un dato: para ella, el acusado, antes de relatar lo que hizo, habría comenzado a llorar. “En este caso, particularmente, si lloró o se quebró en llanto, si fue realmente en ese contexto, hay que ver si lo hizo porque lo descubrieron o porque estuvo presionado de alguna u otra manera. Se me ocurre que lo que más le duele es haber sido descubierto en su acto”. La relación La tormentosa relación entre la víctima y el acusado fue ratificada por testigos en las primeras declaraciones testimoniales que recepcionó el magistrado. En ese sentido la psicóloga opinó que “fue muy doloroso también que ambos involucrados construyeron una relación en base a la violencia. Lo naturalizaron como forma de relación. No se descarta que esta violencia estaba tan naturalizada como quizás podría haber sido la infancia de la víctima. Es llamativo que la madre no acudió inmediatamente a los pedidos de ayuda de su hija, en este caso la víctima. No le dijo ‘vení con tu bebé, te quedas mañana o yo voy’, al contrario, al parecer lo minimizó como que quizás era una pelea o una discusión más; que quizás terminaría en dos moretones, algo que posiblemente para ellos era natural. Evidentemente hay una construcción cultural donde la violencia es parte de la vida”.Seguidamente agregó que “el psicópata tiene una personalidad que te envuelve y convence. Lamentablemente necesitan su complementario, alguien a quien someter. Entre la víctima y victimario se fagocitan, se necesitan como en una relación enferma. Otra particularidad por lo general es que los psicópatas separan a la víctima de su familia, de sus amistades. Luego la empiezan a menoscabar en su autoestima, y se hacen frecuentes frases como ‘no servís, no valés o no podés, entre otras. Es lo que se conoce como agresiones psicológicas. Duele mucho que las víctimas de este tipo de violencia no denuncian a tiempo, porque sienten vergüenza o por otros factores, como ser cuando les surge la pregunta de ‘qué voy a hacer sola con mis hijos’, o el tema económico”. “Lo grave también es cuando la sociedad no reacciona ante los gritos de auxilio de esa persona. No hace falta golpear a la puerta, basta con llamar a la Policía, a las líneas gratuitas de emergencias”, indicó la licenciada. Deshacerse del cuerpoEl autor del hecho, tras el crimen, descuartizó a la joven y luego diseminó sus restos en bolsas de polietileno en distintos puntos de Villa Cabello. “No estamos hablando de un asesino serial, pero la discusión con ella se le fue de las manos. El modo en que procedió es como que quería deshacerse de ella de todas las maneras habidas y por haber. Más allá de que es evidente de que buscaba que no encuentren el cuerpo; intentó ocultar lo que hizo, pero con la prueba química de Luminol lo descubrieron. La lesionó en el rostro para que no la reconozcan”. El bebé“La pelea que desembocó en el trágico final está enfocada hacia ella, no hacia la criatura, por eso el bebé terminó sano y salvo”, señaló la profesional ante la consulta de si el hijo de ambos involucrados -de apenas siete meses- hubiera corrido peligro. Finalmente Racagni opinó que “un psicópata que asesina puede reincidir”.
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