Grandes moles de cemento opacan la miseria y falta de desarrollo de los cuantiosos barrios que se extienden a un lado y otro de la ruta nacional 12 y de la provincial 105. Un municipio de primera que, a pesar de ser el cuarto de la provincia en cantidad de habitantes (más de 70 mil), sigue jugando en segunda.Los lugareños no piden mucho, pero en lo más mínimo, como es la puesta en condiciones de las calles de tierra, hay desinterés, desidia. Y a pesar de las constantes protestas, las quejas caen en “saco roto”. Dirigentes políticos que buscan llegar a la intendencia y que “caminan” estos espacios desde hace varios meses, coinciden en que a diferencia de otros municipios, en Garupá hizo falta gestionar fondos y tocar las puertas de organismos a fin de que concreten las obras necesarias.Gustavo Ernst incluso ve diferencias que se establecen entre los mismos vecinos. Citó el caso del barrio Los Potrillos cuyos habitantes fueron relocalizados recientemente. “Levantaron casitas, con buena iluminación, y están en mejores condiciones que varios barrios que son más antiguos y están bastante abandonados. Las calles son un desastre, lugares sin cunetas, ni que hablar de cloacas. Encontrás pozos que tienen varios años sin que el municipio haga algo para solucionar. Siempre aducen que las máquinas no funcionan, que están ocupadas. A cien metros de Los Potrillos hay una especie de arroyito que atraviesa una arteria y que nunca arreglaron. No tiene tubo ni puente así que con el auto hay que pasar muy despacito”, graficó. Entre los barrios más viejos está el casco céntrico que también tiene sus problemas. Pero a entender de Ernst, que ya recorrió bastante, Ñu Porá debe estar entre los barrios con calles “más desastrosas. Tiene muchos caminos de tierra y lugares inaccesibles”. Fátima es una cuestión aparte. Después de la cesión de la EBY, “nunca más lo volvieron a tocar”.La misma avenida Las Américas, que es el principal ingreso al casco céntrico, presenta pozos sobre el pavimento que son parchados con tierra, piedras o ripio. “Siempre cambian el material porque como no lo solucionan definitivamente, las lluvias lavan todo y siguen los problemas”, contó.Agregó que en estos días de campaña “taparon un par de pozos, pavimentaron un par de calles, cuyo trabajo dependía de la Dirección de Vialidad, no de la Comuna. Fueron unas diez cuadras en total, en distintos lugares”. En otro tramo deben colocar tubos. Está así desde hace cinco años pero con el argumento del “más adelante, nunca se sabe cuando concluirá la obra”.A su entender el problema no pasa por que pavimenten o no y se haga todo empedrado, sino cuando a los caminos de tierra no le hacen la cuneta, el agua corre por medio del camino y termina arruinándolos. “Te encontrás con realidades como Ñu Porá que tiene la mayoría de caminos de tierra pero donde el agua no tiene por donde escurrirse y lo hace por el medio, llevando todo lo que encuentra a su paso. Esto demuestra una pésima política del Gobierno de poder solucionar el problema de los vecinos”, sostuvo.Es usual que esto ocurra en caminos de las colonias, “no en una localidad situada a diez kilómetros de Posadas, el cuarto municipio en importancia en lo que respecta a cantidad de habitantes. Estamos hablando de lugares donde no pasan tractores ni caballos. Son vecinos que sufren esta falta de gestión y lo padecen día a día. Son contribuyentes que exigen lo mínimo”, aseveró. En casi todos los barrios el panorama es similar: Ñu Porá, Santa Clara, Los Potrillos. “Los que son del Iprodha están un poco mejor porque se ubican sobre la avenida y tienen un poco de empedrado o asfaltado. En Santa Helena, sin embargo, la situación es compleja porque con los colectivos el adoquinado no resiste. Está como lo entregaron, nunca más se ocuparon. Es una constante que el municipio reciba obras de organismos pero no se ocupe del mantenimiento. No hay cuidado, no hay refacciones”, graficó. Citó dos casos puntuales. Sobre la avenida principal de Ñu Porá construyeron un empedrado que no duró un año de tan mal que lo hicieron, y sobre la avenida Guacurarí hay una obra que estaba planificada con dinero de la Nación que no avanza porque aducen que no se envía el mismo. Mientras tanto, los montículos de tierra impiden que los colectivos cumplan su normal recorrido y los pobladores deben salir a la ruta a tomar el micro que antes pasaba frente a la casa. Se quejó de la falta de transparencia en estas obras porque no hay información sobre si realmente recibieron los fondos. No hay ningún registro. Es muy difícil comprobar las cosas que dicen, si son ciertas o no, porque hay tanta falta de transparencia en la información”. “Hace falta muchísimo”Fernando Ariel Silvero es un médico que por su trabajo se ve en la necesidad de recorrer la zona de manera reiterada, viendo y palpando las carencias en primera persona. “Hay una problemática social muy grande y una desatención en lo que es la parte de infraestructura, las calles son un desastre”, disparó como si necesitara descargarse de alguna forma. Incluso, “hay extranjeros que aun no están censados tanto en los barrios Santa Clara como en el Néstor Kirchner”.“Si en la salita en la que soy responsable no hay leche o medicamentos, el error es mío porque yo soy el que debe gestionar. No debo poner de ejemplo que otros Caps no tienen. Tenés que conseguir y gestionar las cosas para el municipio”, dijo, haciendo comparaciones y tratando de explicar.“Hicimos, pero falta muchísimo. Si uno puede gestionar, las cosas cambiarían totalmente en Garupá. Dejaría de ser la parte de atrás de Posadas para ser la cara de la provincia”.Diariamente recorre Fátima, Ñu Porá, Santa Clara, Santa Inés y por ese trajín “mi auto está hecho un desastre. No hay una sola calle hecha por gestión municipal. No hablo mal del intendente pero creo que no tiene la capacidad de gestionar. El municipio es de primera pero figura como de segunda y el presupuesto es bajo. No tiene capacidad de ese cambio. Si gestionás y cambiás a un municipio de primera, inclusive la coparticipación será mejor. Digo que no tienen la capacidad de ese efecto de cambiar de segunda a primera y con ello poder conseguir más medios para la comuna que alberga a 74 mil habitantes, de los cuales votan unos 40 mil”.En caso que asuma, enumeró prioridades. Entre ellas, contactar al Programa de Mejoramiento Barrial (Promeba), la Dirección Provincial de Vialidad, la Unidad Ejecutora Provincial (UEP), además de conseguir agua para los barrios como es el caso de Altos González. Allí cuentan con unas canillas que los mismos vecinos colocaron. Lo mismo que en Santa Clara. Se unieron, tomaron la iniciativa, compraron caños y se autoconectaron.Riesgo permanenteSilvero manifestó su preocupación por lo que ocurre en el asentamiento Las Tacuaritas, que hace unos dos años se estableció sobre el Acceso Sur. Y como ese hay lugares en los que faltan muchí
;simas cosas. “Viven en la indigencia, sin agua ni luz, en un terreno fiscal que es parte de Posadas pero pertenecen a la Municipalidad de Garupá porque fue una cesión del predio por pago de deuda a la Comuna posadeña. Mientras deciden qué hacer con ellos avanzan flagelos que se podrían evitar haciendo una conexión pública general de agua potable e higiénica para que se abastezcan todos. Hay baños que comparten cuatro o cinco familias, con menores y con muchos grandes. No se puede estar en todos lados pero hay que ayudar de a poco. Llegue o no llegue lo voy a seguir haciendo porque este es mi don”, remarcó el galeno, a quien también preocupan los enganches a la electricidad con el riesgo que ello implica.
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