Balance positivo y alentador para el primer fin de semana de Estudiantina en la ciudad, donde se cumplieron con los horarios pautados y el clima, pese al frío, fue uno de los grandes aliados en ambas jornadas. Los seis y ocho grados, tanto del viernes como del sábado, quedaron opacados con el ánimo y la pasión de los 24 colegios que demostraron talento a lo largo de dos palcos, ubicados en el cuarto tramo de la costanera.Historias de duendes, seres extraños y mitológicos, sagas de reconocidas películas y videojuegos fueron parte del concepto que cada colegio llevó a la avenida. Entre trajes elaborados y otros desafiando la situación económica actual, se imprimió creatividad. Recordando sobre todo que desde abril muchos comenzaron con los ensayos, los grandes preferidos desde el público en esta edición fueron la Epet 1, en banda de música, y el Colegio Santa María, en cuerpo de baile; mientras que de la categoría B muchos indicaron que el Instituto San Alberto, el Bachillerato Humanista y el Instituto Virgen de Itatí sobresalieron en ambas noches.Si bien todos los colegios mantuvieron intacto ese espíritu festivo que los lleva a estar entre esos 24 que brindarán el próximo fin de semana su show, los jueces serán quienes elijan a los ganadores de este año. Un jurado que va cambiando cada noche, dando apertura a personas reconocidas en sus labores culturales desarrolladas en la ciudad, en el que, además, se vio una amplia participación de los músicos asociados al MPM.Desde el escenario se pudo observar cómo desde horas tempranas familias enteras buscaban lugares destacados para compartir un calentito mate. Abrigados hasta las orejas, cada uno acompañó al colegio de sus amores, un peregrinar entre escenarios que hizo pintoresca esa concepción de la fiesta en familia.Capucha y bufanda para María Marta Castelar y su grupo de amigos, que por primera vez vería pasar a Lucas, junto a la banda de música del Instituto Inmaculada Concepción. Con los puños apretados por el frío y la ansiedad, la mamá contó que “desde hace muchos meses comenzó la fiesta en nuestra casa, porque primero fueron los ensayos y después el armar los trajes. Tanto las mamás de chicos como de chicas nos sentimos con el mismo compromiso, si se quiere acompañar en cada paso a los jóvenes. Hoy hace mucho frío y esto no estaba previsto, pero acá estamos para alentarlos a todos”.Los ojos de María Marta se iluminaron cuando vio que la banda de música se acercaba al palco, nuevamente los puños apretados de esa madre que marcaba el compás como si fuera parte del grupo.Así, se fueron repitiendo las historias, como la de la abuela Martina que llegó desde Buenos Aires para acompañar a su nieta María Julia, del Colegio Santa María, “por mis nietos hago de todo. Este es el último año de mi nieta en el colegio y creo que más que nunca la familia tiene que estar unida, mi hija desde hace meses viene acomodando para que todos estemos unidos apoyando al colegio de Juli. Estoy emocionada porque recuerdo mis años de Estudiantina, también desde el Santa, que para nosotros se convirtió en una pasión”.Tal vez el gran desafío de ambas jornadas gélidas la soportaron las reinas, quienes no bailaban con la misma intensidad que el cuerpo de baile, y caminaban tomadas algunas del brazo de su rey. Lo notable también fue cómo en algunos casos se improvisaron saquitos y toleros sobre elaborados vestidos, todo indicaba que la intención no era perder la elegancia y esa gracia de representar al colegio.Mientras de un lado a otro los integrantes de la Asociación Posadeña de Estudiantes Secundarios (Apes) corrían para que cada objetivo se cumpla con total normalidad, nuevamente destacando que era necesario respetar los horarios, porque a medida que la noche caía se hacía más difícil soportar el viento frío, sobre todo la jornada del viernes.Termo de café, unos cuantos vasos descartables y llevando un changuito de mandados, la mamá Andrea Centurión hacía movimientos al compás de la música. Peregrinó junto a los chicos del Instituto Beato Arnoldo Janssen, tanto el viernes como el sábado. La sonrisa era la misma y la energía intacta. “Soy una mamá Estudiantina dijo entre risas, para mí una experiencia única que comenzó hace cuatro años y tengo un par más, porque sale uno y entra el otro de mis hijos”, contó al hablar de Gastón y Leandro, sus hijos que forman parte de la gran fiesta. “Espero que este año termine todo con la misma alegría que comenzó, estuve en una de las Asambleas de Apes y todos pedíamos lo mismo: que no haya fraude. En un país acostumbrado al fraude, sería más que un ejemplo que este gran grupo de jóvenes dieran una lección. Claro que todos queremos que gane el colegio donde tenemos a nuestro hijo, sobrino o amigo. Pero acá lo importante es que se mire en detalle la esencia, y se comparta el espíritu. Jamás imaginé que podría ser parte de esto, pero cuando el mayor de mis hijos decidió seguir en este colegio, ya sabía que se venía toda esta fiesta detrás. Porque notablemente estos colegios son estudiantineros de años, de hecho el apoyo de los padres y profesores es fundamental”.Cámaras, celulares y filmadoras en mano, también fueron otra postal para destacar. Todos capturaron “su” momento especial y con orgullo fueron compartidos en las redes sociales. Cada momento de ambas jornadas se hizo notar, incluso en aquellos colegios pequeños que desafiaron a esa amplia avenida y la hicieron suya, con baile y ritmos.El público, cada uno ubicado en lugares estratégicos, hizo sentir una misma energía. Porque delante no solo estaban sus seres queridos dando un show, sino que en muchos casos eran recuerdos entrañables que repetían una y otra vez, como el caso del papá Pedro Barrios “mis seis años en la Indu son los recuerdos más lindos de esa adolescencia, y si bien mi hija va a la Normal 10, cada año estoy presente para alentar a los muchachos de la Indu. Es pura alegría, mi familia ya se resignó y a veces acompaña. Hoy estoy solo, va solo es un modo de decir, porque entre la gente puedo ver a algunos de mis ex compañeros o ex profesores. Solo se puede entender entre quienes nos apasionamos con la fiesta”.Pasión, entrega, alegría y creatividad es lo que dejó el primer fin de semana de fiesta estudiantil. Ya a mitad de camino, cada colegio prepara su gran despedida de las noches de calle para ir trazando el final de una fiesta, donde deben ganar los mejores. Nuevamente el viernes y sábado se esperan esas corridas de chicos con trajes, instrumentos y energía contagiosa sobrepasada, con ese amplio espíritu de diversión.
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