El sacerdote argentino Pedro Opeka, a quién algunos llaman "La Madre Teresa con pantalones", se instaló a los 22 años en África, impactado por las horribles condiciones en las que vivía la gente. Candidato este año al premio Nobel de la Paz, logró construir una verdadera ciudad para la gente más humilde y salvó a 500 mil personas de la pobreza extrema.Opeka llegó a Madagascar en 1970, después de su ordenación. "Cuando llegué a Antananarivo, la capital, vi miles y miles de personas que vivían de uno de los basurales más grandes del mundo. Esa noche no dormí y le pedí a Dios que me dé fuerzas para rescatarlos de ahí", describió al diario Clarín.Para ganarse la confianza del pueblo y romper con el estereotipo de ser el único blanco -?algo que le tomó tiempo- el sacerdote recurrió al futbol. En 1990, el padre Opeka fundó Akamasoa ("Los buenos amigos", en idioma malgache). Ese lugar para los pobres rápidamente se convirtió en una gran ciudad con 25 mil habitantes, que cuenta con 17 barrios, cinco guarderías, cuatro escuelas, un liceo para mayores y cuatro bibliotecas. Para quedarse a vivir allí solo es necesario trabajar, enviar los hijos al colegio y respetar las normas básicas de convivencia.u000AConocido también bajo los nombres de "Soldado de Dios", "La Madre Teresa con pantalones", "El Santo de Madagascar" y "El apóstol de la basura", este año el padre Opeka fue propuesto para el Nobel de la Paz.Fuente: <a href="http://www.mdzol.com/">Mendoza On Line</a>
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