Los ejes del reclamo son, sucintamente, el otorgamiento de un subsidio interzafra a todos los que trabajaron en la última cosecha de yerba, asistencia alimentaria y puestos de trabajo genuino durante el período de no cosecha.A estos reclamos que ya son históricos, agregaron un análisis crítico de la aplicación del convenio de corresponsabilidad gremial; que no se compadece con los objetivos deseados. El convenio, cabe recordar, representa una reivindicación de larga data del sector de los productores primarios, concebido como mecanismo de inclusión y regularización laboral y llamado a beneficiar por igual a los tareferos y a los productores pequeños y medianos. Los tareferos advirtieron que la incompatibilidad de la Asignación Universal por Hijo con un ingreso salarial en blanco, conspira contra la regularización de la situación de más del 70% de los tareferos “que siguen trabajando en negro, fuera del convenio de corresponsabilidad gremial”. Este año, según explicaron los trabajadores, el fondo descontado a los productores, por la corresponsabilidad gremial, suma 200 millones de pesos, “y alcanzaría para pagar un subsidio interzafra de $6.000 por 4 meses a más del 50% de los tareferos de la provincia, no solamente a los casi 2 mil que año a año cobran un monto muchísimo menor y representan solo el 15% del total de 17 mil tareferos de la provincia”. El planteo evidencia una maduración en este sector de los trabajadores rurales misioneros respecto a sus derechos y a la realidad del sector. El gobierno, al contrario, no parece haber reflexionado lo suficiente respecto a la necesidad de anticiparse, mediante un canal de diálogo racional, a un incremento indeseado de la conflictividad social.
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