Martín Fernando Monzón está detenido y con prisión preventiva por el crimen de quien fuera su mujer, Horacelia Génesis Marasca, a la que mató y luego descuartizó en el interior de un departamento de la chacra 150, en la zona oeste de esta ciudad.Tras la imputación formal, este hombre, de 34 años, fue trasladado y alojado en la Unidad Penal VI, llamado también Instituto de Encausados y Procesados, en Miguel Lanús.Su ingreso ocurrió el miércoles 9 de este mes. Justamente, ese día, al filo de la medianoche, dos integrantes del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) lo sacaron de la celda donde estaba y llevaron hasta el patio de recreo.La excusa fue que debía hacer fajina, es decir tareas de limpieza. Eran alrededor de las 23.30 cuando los dos custodios se lo llevaron al exterior del edificio.Monzón, con posterioridad, se abstuvo de radicar la correspondiente denuncia, pero al otro día dejó su versión de los hechos ante el oficial sumariante, en la causa administrativa.“Siendo aproximadamente las 11.30 de la noche, un oficial y un llavero me sacan de la celda donde estoy alojado para que haga fajina. Después de terminar de limpiar, me llevan al patio, me hacen sacar la ropa y juntar las colillas de cigarrillos de rodillas mientras me pegaban con la mano en la nuca y me pateaban en los tobillos. Después me hicieron rodar acostado por el patio, arrodillarme y que repitiera lo que ellos decían: ‘Soy el mulo de los celadores’. Después me hicieron correr unas vueltas por el patio, bañar y dirigirme a mi celda a dormir”, indicó Martín Monzón según consta en la foja 02 de la declaración recepcionada en el sumario que lleva la firma del alcaide Daniel Ayala.La trama más nefasta de esta historia ocurrió el 9 de este mes. Al día siguiente, el detenido fue trasladado al hospital de área de Fátima, donde fue atendido y curado por el médico Luis Escalante, según consta en el certificado médico extendido en ese centro de salud.Esa constancia estableció que presentaba traumatismos en distintas partes del cuerpo y sugirió la realización de placas radiográficas en la región costal y de tobillos para detectar o descartar alguna lesión ósea.Obviamente que el detenido se abstuvo de radicar la correspondiente denuncia. Quizás eso le posibilitó ser alojado en el mismo pabellón donde se encuentran al menos tres policías que afrontan causas ante la Justicia.El alcaide general Miguel Ángel Maidana dispuso el inicio de un sumario interno contra el oficial y el cabo sindicados como responsables de los tormentos a Monzón.Asimismo, giró las primeras averiguaciones al juez de Instrucción 6 de Posadas, Ricardo Walter Balor, para que adopte las medidas que juzgue oportunas.Una reacción lógicaMartín Fernando Monzón omitió radicar la denuncia penal contra los dos miembros del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) que lo sometieron a tormentos durante la noche del 9 de este mes, en el patio de recreo de la Unidad Penal VI, también conocida como Instituto de Encausados y Procesados.Es una reacción lógica. Teme por su integridad física dentro de los muros de ese complejo penitenciario, un mundo aparte que, a la luz de los hechos, pareciera tener sus propias leyes.No obstante, con buen tino, el director general del SPP ordenó igualmente el inicio de un sumario interno a los custodios implicados y su traslado a otra dependencia, consignaron las fuentes consultadas.
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