Un servicio “puerta a puerta”. Nada más sencillo: el propio contador de la entidad bancaria pasaría a buscar el dinero en efectivo por la casa de Villa Sarita para cerrar la adquisición de una propiedad. Eso aseguraría mayor seguridad para las partes. Si hubiese sido cierto, claro.Es que esa fue parte de la estrategia que los malvivientes habrían pergeñado para engañar a la mujer de 86 años que el último viernes al mediodía fue víctima de un nuevo “cuento del tío”, pretexto mediante el cual le arrebataron cerca de dos millones y medio de pesos, entre moneda nacional y extranjera.Así lo pudo saber PRIMERA EDICIÓN mediante fuentes de la investigación, quienes revelaron en las últimas horas que la pesquisa se centra primeramente en el entorno de la víctima, en virtud de que no descartan la participación de alguien de confianza de la mujer en el robo.Obviamente, los investigadores creen que ese presunto contacto cercano a la mujer sabía del movimiento de dinero de la víctima, esto es que conocía que tenía 200 mil pesos y 120 mil dólares estadounidenses en su vivienda de la calle Roque González, en el barrio Villa Sarita de la capital misionera.Así las cosas, uniformados de la seccional Primera, de la Unidad Regional I y de la Dirección Investigaciones y Delitos Complejos trabajaban ayer en pistas que les permitieran llegar a los autores del hecho.Como este diario informó en su edición del sábado, el episodio se conoció alrededor de las 11.30 del viernes, cuando la víctima, de 86 años y presidenta de una conocida firma constructora, se presentó ante la guardia de prevención de la Primera para denunciar lo sucedido.Del relato de la víctima se desprende que tenía el dinero en su casa en virtud de que se encontraba a pocos días de adquirir una propiedad que regalaría a una de sus nietas.?Por eso es que desde hace varios días había visitado algunas inmobiliarias del centro de la capital provincial en busca de oportunidades.La?Policía enseguida inició un seguimiento sobre las firmas que visitó, aunque el dato del entorno íntimo de la mujer no tardó en transformarse en una hipótesis de peso. Los investigadores creen tener la certeza de que alguien más de su círculo sabía que tenía el dinero -que, en base a la cotización actual, equivale a 2.400.000 pesos- y tramó todo para quitárselo.Y allí viene lo ya dicho. La mujer recibió una llamada el mismo viernes por la mañana. Se sospecha que la mujer del otro lado de la línea impostó a su nieta. Le dijo que estaba en una entidad bancaria del microcentro y que ya había cerrado el negocio. Sólo faltaba el dinero, que debía entregárselo al contador del banco, que iría a retirarlo personalmente.Un hombre bien vestido, de trato cordial y con un maletín, arribó a la casa de Villa Sarita haciéndose pasar por el financista. Tomó el suculento botín y se fue. Más tarde todo se supo. Había sido un vil engaño.
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