Misiones vivió una época de gloria en el tenis que trascendió nuestras fronteras con las apariciones de José Acasuso, en la rama masculina y Vanina García Sokol, en el ámbito femenino. Ambos, una vez que culminaron con sus exitosas carreras deportivas, continuaron con sus actividades personales en Buenos Aires.Ahora, después de mucho tiempo, tuvimos el agrado de reencontrarnos con Vanina que regresó a la tierra colorada con un interesante proyecto presentado al Gobierno provincial. Sobre este tema, su vida actual, su carrera deportiva y personal, diálogo con DE PRIMERA, transformándose en un imperdible tie break jugado por ambos desde el fondo de la cancha -al mejor estilo pregunta y respuesta-, pero con varias subidas de Vanina a la red, incluido un par de clásico reveses ganadores. ¿Qué te trajo de regreso a Misiones, además de visitar a parientes y seres queridos?Presentamos al Gobierno un interesante proyecto deportivo social ligado al tenis, pero centrado en la vulnerabilidad, la inclusión y a futuro, la discapacidad. Es un proyecto que apunta a los jóvenes y lo confeccionamos con Paula Bisio y Claudio Morales, ambos trabajadores sociales y con vasta experiencia en este tipo de proyectos.¿Crees que es posible introducirlo en la provincia?Por supuesto, no tengo dudas. Visité las instalaciones del Cepard y realmente me sorprendió y ya cuentan con cuatro canchas de tenis de polvo de ladrillo. Pero el proyecto que presentamos se puede aplicar en cualquier polideportivo o playón. El objetivo es, a través de la inclusión, sumar a los chicos de escasos recursos al tenis. Esto se puede lograr a través de un trabajo en conjunto, con el Gobierno, con el Ministerio de Educación, a través de las escuelas, con clubes de barrio, entre otros actores.Tenés experiencia en el trabajo con niños, ya que tras colgar la raqueta de manera profesional, comenzaste a trabajar en la Fundación Bacigalupo.Sí, en 2007 me retiré del ámbito profesional y en 2008 arranqué en la Fundación Bacigalupo. Allí trabajo con chicos con capacidades diferentes y realmente es un trabajo y una experiencia increíble, única e inigualable. Pero no hago sólo eso, también dicto clases a chicos convencionales en “La Horqueta”, un club de Buenos Aires. Además, me encargo de coordinar y organizar torneos en dicha entidad.Viajemos un rato en el tiempo… ¿Por qué creés que después de “Chucho” Acasuso y vos no apareció ningún tenista hombre o mujer que pase las fronteras?Fuimos parte de una generación increíble. Nacimos en el Itapúa, un club de Posadas, y después hicimos nuestro despegue en Buenos Aires. Pero creo que el problema, dando una opinión personal, es el click que el jugador debe hacer a los 14-15 años. Es irse a Buenos Aires y hacerse un lugar en el mundo del tenis. Sé que en Misiones ahora Fernando Damus está haciendo un gran trabajo con un grupo de jóvenes promesas. Ojalá aparezcan nuevos “Chuchos” o “Vaninas”.Fuiste la mejor jugadora de la historia del tenis de Misiones, pero me imagino lo especial de vestir la camiseta ArgentinaA los 15 años era la mejor jugadora del ranking argentino, pero jugar un juego Panamericano o la Fed Cup con la Selección Argentina es impagable. Son recuerdos imborrables y es una sensación única. No tiene comparación a jugar un torneo en cualquier parte del mundo. Ser parte de un equipo y representar a tu país no tiene comparación.¿Vas a seguir por muchos años más ligada al tenis?El tenis como un estilo de vida. Así es como yo lo adopté y lo quiero transmitir. Claro que intentaré seguir ligada a este hermoso deporte por mucho tiempo más. En Buenos Aires y por supuesto en mi querida provincia. Ojalá pueda regresar y aportar mi granito de arena para que el tenis sea lo más popular e inclusivo posible.
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