El caso ocupó la primera plana de las páginas policiales allá por el mes de marzo de 2009 y desde entonces nadie pudo olvidarlo, por la crueldad y alevosía con que mataron a las víctimas. Las características del doble homicidio llevaron a los investigadores, incluso, a pensar en un trasfondo vinculado al mundo del narcotráfico.
Sin embargo, nada de eso salió a la luz en el debate que se lleva a cabo en el Tribunal Penal 1 de Eldorado, donde cuatro hombres están siendo juzgados como coautores del doble crimen del policía bonaerense Carlos Alberto Varela y su esposa, Marcela Agüero.
Los imputados son José Francisco Duarte, Adriano Jiménez Morales, Carlos Rojas y Juan Rojas Centurión (padre de Carlos).
En caso de ser declarados culpables, los cuatro serían condenados a la pena de reclusión o prisión perpetua. Así lo prevé el Código Penal para los delitos de “homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, criminis causa, robo y daños”.
PRIMERA EDICIÓN dialogó con el fiscal del caso, Federico José Rodríguez, quien se mostró sumamente optimista respecto de una sentencia basada en el máximo previsto por la ley.
El funcionario no dudó en expresar que “los cuatro son los responsables” del crimen de Varela y su mujer. Asimismo, dejó deslizar la teoría de que el hecho no tiene nada que ver con el trasfondo del narcotráfico.
En la visión del Ministerio Público se trató de un episodio premeditado y que no perseguía otro objetivo más que el robo, el de apoderarse de las cosas de valor de las víctimas.
Para la fiscalía, los responsables creyeron, desde un principio, en una poderosa razón para planificar las muertes del teniente y su pareja: arribaron a Misiones con una suma importante de dinero para efectuar una transacción comercial. Pero nada de eso resultó cierto.
Lamentablemente, los asesinos se percataron de ello en el escenario del luctuoso episodio criminal, ya con las víctimas asesinadas.
Fuentes judiciales indicaron que el debate continuará mañana, jornada en la que se registrarán importantes novedades en la causa, que podrían sellar definitivamente el destino de los acusados.
El hecho
Aquel 8 de junio de 2009, Varela y su esposa fueron conducidos bajo engaños hasta el ex portal “El Solar”, situado a tres kilómetros del ejido urbano de Wanda. Al parecer, los llevó Duarte y allá los esperaban Adriano Jiménez Morales, Carlos Rojas y Juan Rojas Centurión, dispuestos a todo.
Y así fue. Varela recibió un disparo de revólver calibre 32 en la nuca. Como no murió, le asestaron puntazos en el cuello con un pedazo de hierro devenido a cuchillo. Uno de ellos le atravesó el corazón.
Lo de la mujer no fue menos macabro. Le descerrajaron tres disparos de rifle calibre 22 en la cabeza y siete cuchilladas en la espalda.
Los cadáveres, posteriormente, fueron arrojados al cauce de un arroyo de la zona, de donde la Policía los rescató.
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