POSADAS. El reconocido psicólogo Fernando Osorio llegó por primera vez a esta ciudad, donde disertó anoche en el Salón Auditorio de OSDE Filial Misiones y hoy también estará en Puerto Esperanza, donde brindará una importante charla sobre el “Bullying… el acoso posmoderno”. Allí, el profesional comentará cómo han cambiado los modos de nombrar las conductas y el comportamiento de algunos niños y adolescentes en las instituciones educativas. Sin embargo, y horas antes de su presentación en Posadas donde habló sobre el valor de la puesta de límites a los hijos, y en el marco de la función que cumplen los padres, el docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires accedió a una entrevista con PRIMERA EDICIÓN donde contó detalles de los temas que afectan a los chicos, padres y docentes. El profesional, que está a cargo del Seminario de “Violencia en las escuelas” de la Facultad de Derecho, recorrió diferentes temas: relaciones entre padre-alumnos, padres-docentes, violencia educativa, entre otros, pero como prevenir la violencia escolar y cómo detectar a un caso de “bullying”, fue el disparador de la enriquecedora conversación que mantuvo este medio con Osorio, quien llegó a la provincia invitado por la Fundación OSDE. ¿Cómo se hace prevención en los casos de violencia en las escuelas?Una estrategia de prevención tiene que ver con la información que uno puede brindarle a la comunidad con respecto a muchas situaciones que viven las familias vinculadas a un contexto social muy complejo como las que se ven en la actualidad. Hay que tratar de pensar cuales fueron las transformaciones familiares de lo últimos treinta o cuarenta años, nuevas problemáticas.¿Cuál es el objetivo de estas disertaciones?Lo que intentamos hacer con éste trabajo en conjunto, entre los profesionales y OSDE, es poder pensar qué nuevas estrategias necesitan los padres para poder criar a sus hijos en un contexto favorecedor de buenas costumbres, con vínculos fuertes, de convivencia, solidaridad y también les ofrecemos a los docentes para que dentro del aula y en el contexto del proceso de aprendizaje, puedan maniobrar con las nuevas presentaciones que tiene la violencia dentro de las instituciones educativas, que fue mutando. ¿Cómo es la comunicación entre los padres y la escuela?Siempre fue fundamental el tema de la comunicación entre la escuela y las familias, lo que ocurre es que estamos en una época en la que esta comunicación se ve interferida por muchos factores externos a la familia y a la escuela. En muchas ocasiones, la sociedad tiende a minimizar los problemas y a decir: lo que ocurre dentro de los establecimientos educativos es violencia escolar, es culpa de los docentes, de los padres, de alumnos y resulta lo que se debe imponer como idea es que no se trata de violencia escolar, sino social, porque la misma agresividad que se ve en la calle, se mete, irrumpe en la escuela. ¿Están preparados los docentes para intervenir en casos violentos?Los docentes no están preparados para recibir estos tipos de situaciones, comenzaron a aparecer en las escuelas, como por ejemplo las violencia escolar, callejera, portación ilegal de armamentos, abuso de sustancias tóxicas. ¿Cuándo se debe poner un límite? La intervención del límite está relacionado con el aprendizaje, criarlos en valores implica que ellos vayan incorporando una cantidad de recursos en donde se limitan ellos mismos y no hace falta que uno vaya detrás. Otra cosa que hay que tener en cuenta es no demonizar determinados hechos, porque si los hijos son criados en valores denominados “buenos”, hay otras cosas que son de época, entonces los padres, docentes deben entender que los chicos van a tener momentos vinculados a la contestación, agresividad y que está relacionado con lo que se vive en la calle. En uno de sus artículos, usted dice que hay distintas generaciones de padres. ¿Cuáles son? ¿Cómo se diferencian entre sí? Hay tres generaciones, la de 44 a 55 que hicimos la adolescencia durante la dictadura militar, me incluyo en esta porque nos cuesta poner límites, asociamos la autoridad con el autoritarismo y tenemos un conflicto. Luego, una generación intermedia entre los que media los 35 y 45 años, que se transformaron en padres en la democracia y tienen una influencia de los pos modernidad y los medios masivos de comunicación en donde todo pasa por lo que otros dicen ser “buen padre” y estos son quienes después preguntan: qué hago con mis chicos.Y por último el grupo de 25 a 35 que son nativos de la democracia. En estos casos, la relación de los padres con sus hijos es de hermanos, ni siquiera tienen la pauta de preocupación de la generación anterior, para estos jóvenes padres las cosas son así y los pibes tienen que hacer lo que quieren. Límites tecnológicos“Los chicos son nativos virtuales y nosotros, los más grandes, somos inmigrantes”, manifestó el licenciado Osorio con respecto a la informatización de los chicos. Según comentó el educador, la incorporación de tecnología en lo cotidiano de las escuelas “tiene una doble vertiente. Por un lado, los procesos de aprendizaje deben aggionarse y por el otro tiene que ver con una imposición de la sociedad de consumo, donde todo pasa por tener”, aseguró Osorio y añadió que “los padres creen que poner límites a sus hijos, hoy pasan por retirarle estos objetos, que antes les dieron”, opinó.
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