LA PAZ, Bolivia (Diarios Digitales). Lejos del paraíso obrero e indígena que prometió Evo Morales, Bolivia se convirtió en las últimas semanas en un infierno de conflictos sociales que están debilitando la imagen del presidente y que incluso podrían complicar sus aspiraciones de acceder a una segunda reelección.El descontento con el líder cocalero ya no es exclusivo del rico oriente boliviano. Ahora se manifiesta cada vez con más fuerza entre quienes solían ser sus aliados: centrales sindicales que esta semana protagonizaron una violenta huelga en varias ciudades y cientos de indígenas que empezaron el jueves una marcha a La Paz para protestar por la construcción de una ruta en sus tierras.El malestar social es palpable en todo el territorio. Según un estudio presentado el viernes por la Fundación Unir, en marzo hubo una escalada de protestas que alcanzó el pico de 123 conflictos sociales, un 35% más que el mes previo. Esta tendencia se mantuvo durante el mes de abril.
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