BAGDAD, Irak (AFP-NA). Al menos 60 personas murieron y 200 resultaron heridas el miércoles en una serie de atentados con bomba en Bagdad y otras ciudades iraquíes, cuando la comunidad chiita se prepara para conmemorar la muerte de uno de sus principales imanes.Es la ola de atentados más mortífera desde que el 5 de enero pasado unos atentados antichiitas en Bagdad y Nasiriya (sur) causaron la muerte de 68 personas.En total hubo al menos 40 ataques y/o atentados en Bagdad, Hilla, Kerbala, Azizia, Balad, Baquba (centro del país) y Kirkuk y Mosul (norte).De esos atentados, 18 fueron cometidos con coches bomba y 17 con artefactos. En Bagdad y Baquba se registraron en total cinco ataques armados. El atentado más mortífero tuvo lugar en la ciudad de Hilla, en el centro de Irak, a 95 kilómetros de Bagdad, donde la explosión de dos coches bomba causó la muerte de 19 personas y 38 heridos.En Bagdad, donde se registraron diez atentados, tres de ellos con coche bombas, hubo por lo menos 19 muertos y cuarenta heridos. Uno de los atentados destruyó un minibús que transportaba peregrinos hacia el mausoleo, matando al menos a cuatro personas e hiriendo de gravedad a otras tres. La bomba dejó un cráter de dos metros de profundidad.También estallaron coches bomba en el barrio chiita de Nahrawan, periferia sur de Bagdad, y en Karrada, una zona mixta en el centro de la capital, donde se llevaba a cabo una ceremonia chiita.En Baquba (sesenta kilómetros al norte de Bagdad), capital de la provincia de Diyala (centro), explotaron diez bombas en diferentes lugares de la ciudad, provocando la muerte de diez personas y 49 heridos.En una localidad cercana de Baquba, un padre de familia murió en un ataque armado y cuatro policías resultaron heridos por la explosión de un coche bomba, indicaron fuentes de seguridad y médicas.Dos personas murieron en la explosión de tres coches bomba en la ciudad petrolera de Kirkuk, donde un periodista de la AFP, Marwan Ibrahim, que cubría los atentados resultó gravemente herido, indicaron fuentes médicas.El último ataque de envergadura en Bagdad se remonta al 4 de junio pasado, cuando un atentado suicida contra la sede de una fundación religiosa provocó 25 muertos. El ataque había sido reivindicado por el Estado Islámico en Irak, un grupo afiliado a Al Qaida. IrreversibleEl ADN histórico de Irak está plagado de violencia intercomunitaria. Su origen mismo evidencia una fractura étnica sin precedentes. Irak fue un experimento de los británicos en 1932 y su conformación en ese entonces evidenciaba tensiones: 78% de árabes, 20 de kurdos; y la subdivisión religiosa con 63% de suníes y poco más del 30 de chiíes.Los niveles de agresión interna entre estos grupos sólo fue mitigado con gobiernos de hierro que tuvieron a Sadam Hussein (1979-2003) como máximo referente. Y si al clima enrarecido que se vivía en Irak se le suma una invasión por parte de Estados Unidos (marzo de 2003) se habrán generado entonces condiciones perfectas para el descalabro interno.Hasta la llegada de las fuerzas occidentales los suníes ostentaban el gobierno iraquí alimentando el odio de los chiíes. Hoy son estos últimos quienes dirigen el país y con ello el canje del resquemor del grupo religioso gobernado.Simultáneamente persiste el otro enfrentamiento. Los kurdos no ceden un centímetro su ideal regionalista e independentista que tiene a Kirkuk (capital de la gobernación de At Ta’mim y región rica en recursos petrolíferos) como centro de las discusiones con Bagdad. Así las cosas, la paz parece muy lejana.
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