BUENOS AIRES (La Nación). La desaceleración de la actividad productiva, que en las últimas semanas se vio reflejada en suspensiones y despidos de personal en distintas industrias, amenaza con provocar efectos similares en las estaciones de servicios. La contracción del sector fabril, que en mayo alcanzó el 4,6% interanual, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec); la sequía en el campo y el menor movimiento de camiones como consecuencia del enfriamiento de la economía en general han provocado una fuerte caída en las ventas de gasoil, según representantes estacioneros.“En los últimos meses, han caído mucho las ventas de gasoil, eso da una pauta del enfriamiento de la actividad productiva, porque la industria y el campo son los sectores que más consumen ese combustible”, dijo Oscar Díaz, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha).El representante de los estacioneros indicó que en junio, frente al mismo mes del año pasado, “el consumo de gasoil bajó en promedio entre 25 y 30%, aunque el impacto es diferente en cada zona”. Díaz añadió que no ocurre lo mismo con las ventas de nafta (que se usa en vehículos particulares), que han permanecido estables frente al año pasado o han mostrado una “merma muy moderada”. Sin embargo, el gasoil representa, en promedio, el 60% de las ventas de las estaciones.Rosario Sica, presidenta de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (Fecra), coincidió con el diagnóstico de Díaz. “Ha habido un enfriamiento en la economía, que se sumó a la sequía”. Como ejemplo del parate de la actividad, Sica mencionó las suspensiones de personal en la industria automotriz y en el sector olivícola. “Todo esto tiene una gran incidencia en las ventas de combustible”, dijo.Sobra combustibleEl presidente de Cecha resumió la situación actual de su sector en pocas palabras: “Normalmente hacíamos un relevamiento entre las estaciones de servicios para saber si habían recibido el combustible que habían pedido, porque trabajábamos con cupos. Este año, en cambio, de lo que se habla es de cuánto han caído las ventas. Hoy sobra combustible de forma abundante”.Díaz no descarta que, de continuar esta situación, algunas estaciones se vean comprometidas. “La reducción en la demanda de gasoil puede poner en riesgo a las estaciones. Algunas podrían tener que reducir su personal, porque, además, los costos salariales son altos y en julio, según el acuerdo salarial firmado, tenemos un nuevo aumento.En realidad, hubo aumentos en todos nuestros costos y eso, más la caída en las ventas, es un cóctel explosivo”.Sica, por su parte, es más optimista. Ella cree que, por lo pronto, no existe un riesgo para el conjunto de las estaciones de servicios, que, según sus estimaciones, son entre 3.000 y 3.500. Cree que la información de la Secretaría de Energía, según la cual actualmente hay 4.393 estaciones que venden combustibles líquidos al por menor, está desactualizada.Un aspecto que, según Díaz, perjudica a las estaciones, particularmente a las que trabajan con YPF (alrededor de 1.200, según él, sin contar las propias de la petrolera), es que la empresa, que desde abril está bajo control del Estado, las obliga a pagar por adelantado el combustible que reciben en consignación.“Si uno recibe consignado, debería pagar cuando haya vendido el combustible. Esta situación no es nueva, viene desde la gestión anterior, pero no ha habido un cambio. Sabemos que hacerse cargo de una empresa como YPF no es fácil, pero nosotros queremos una solución”, dijo.
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