PUERTO ESPERANZA. “La investigación seguirá adelante porque consideramos que no es descabellado pensar que hubo otros implicados”, decía el jueves el juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Juan Pablo Fernández Rissi, en una comunicación telefónica con este diario. Y no se equivocó. Los detectives creen que dos o más personas intervinieron en la violación y homicidio de la estudiante Liani Itatí Piñeiro, de 18 años, cuyo cuerpo fue encontrado el jueves 12 en un trillo que comunica el barrio Progreso con el Esperanza II, donde ella vivía. La teoría se afianza cada vez más con el devenir de las horas. Incluso, no se descarta que una mujer haya hecho de entregadora.Son varios los indicios y todos de solidez, que parecieran sustentar esa hipótesis. Primero que nada la demora, registrada ayer, de un amigo del sospechoso principal de la causa.Los investigadores encontraron contradicciones en su testimonio y decidieron demorarlo hasta que la situación se aclare, ya sea en su favor o en contra.Un testigo aseguró a la Policía que la noche del crimen, es decir el miércoles 11 de este mes, vio a este joven salir del Bachillerato Polivalente 20 en compañía de la víctima y una amiga.El muchacho lo negó rotundamente pero su nombre aparece en el libro de actas del establecimiento como que esa noche se retiró antes del horario de finalización de clases.“Lo mismo que ocurrió con Liani Itatí”, consignó uno de los investigadores a este diario.La teoría de una entregadora, en tanto, halla razón de ser en un cabello encontrado en la mano de la víctima. El mismo tiene setenta centímetros de largo y pertenecería a una mujer.La causa es investigada por el juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Juan Pablo Fernández Rissi. El o los autores, en caso de ser declarados culpables, serán condenados a la pena de reclusión o prisión perpetua, consignaron fuentes vinculadas con el rumbo de las pesquisas. El trabajo de la Policía Científica fue decisivoEl resultado de las pericias del equipo científico de la Policía de Misiones fue decisivo para encausar el aberrante crimen de Liani Itatí en el camino hacia su resolución total y definitiva.El reactivo de luminol, por ejemplo, fue clave para detectar rastros de sangre en la moto, en la ropa y en los borceguíes del muchacho de 18 años.Todo indica que esas muestras serán remitidas el lunes próximo a Buenos Aires o Rosario para la realización de los ADN.También se enviarán las muestras de semen que se levantaron en el cuerpo de la víctima, en la zona vaginal, rectal y en las prendas íntimas.El dato podría aparecer morboso pero es de una importancia definitoria, sobre todo para determinar la cantidad de personas que intervinieron en el hecho.Si los patrones genéticos son diferentes, una parte significativa del crimen estará resuelto y dejará de ser un misterio.AllanamientosEn la tarde de ayer, la Justicia y los investigadores policiales se disponían a realizar una serie de tres allanamientos simultáneos en Puerto Esperanza.Una fuente indicó que se llevarían a cabo cerca del domicilio de Liani.Entre las prioridades de los detectives figuraba la localización del arma blanca con que degollaron a la muchacha de 18 años.Un perito consultado por este diario indicó que “no se trata de un puñal o un cuchillo. No tenía mucho filo. Creemos que pudo haber sido una navaja multiuso, tipo navaja suiza. A la joven la degollaron más por la fuerza de contracción del atacante que por el filo del arma empleada”. Pudo haberla alzado en el caminoSi bien es demasiado pronto para conjeturar cómo se desencadenaron los hechos, los investigadores tienen una hipótesis armada al respecto.Creen que el sospechoso se dirigió a la escuela a buscar a su novia y en el camino se cruzó con Liani Itatí.Como la conocía del barrio Esperanza II, se ofreció a llevarla. Los detalles de lo que sucedió después es el gran desafío de los detectives.La posibilidad de que los asesinos fueran al menos dos crece hora tras hora, amparadas por los resultados de las pericias científicas realizadas en el escenario del homicidio.Fuentes de la pesquisa, que encabeza el juez Fernández Rissi, indicaron que el sospechoso detenido el jueves concurría al Bachillerato Polivalente Nº 20, al igual que su novia y Liani Itatí Piñeiro.Ellas iban al mismo curso, al contrario que el muchacho.Un amigo de este fue demorado ayer. El acta del colegio indica que se retiró antes de clase aquel miércoles trágico, aunque él lo niegue a rajatabla.En la tarde de ayer la Justicia iba a decidir si continuaba demorado o pasaba a condición de detenido en averiguación de este espeluznante episodio criminal.Una arista del caso sustenta aún más la teoría de dos o más asesinos. Los investigadores hallaron en la mano de la víctima muchos vellos púbicos que, sospechan, se los arrancó al violador en un intento desesperado por evitar que abusara de ella.En este sentido, trascendió que el muchacho arrestado el jueves no tenía lesiones en el pecho o en los genitales que hicieran presumir que sufrió una acción de esta naturaleza.“Ningún sector de la piel estaba siquiera irritado”, señaló un detective.Eso lleva a pensar que, tal vez, se los arrancó a otro de los partícipes del homicidio.
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