POSADAS. Al llegar a los primeros 10 años de vida, después de dialogar, discutir y reflexionar en la mesa permanente yerbatera que convoca el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), se observan dentro y fuera del seno del organismo opiniones dispares y encontradas con respecto a sus logros y las cuestiones pendientes.Entrevistados por PRIMERA EDICIÓN, a una década de la fundación del instituto yerbatero, funcionarios y ex directores del ente opinaron sobre cuál es su rol principal: ¿precio? ¿capacitación? ¿asistencia? ¿tecnificación? ¿promoción?Quedan aún pendientes medidas para poner en funcionamiento el Mercado Consignatario de la yerba. Y sigue la discusión por el Fondo Especial de la Yerba Mate y otras reformas legislativas que se presentaron en el Congreso Nacional.Si en algo coinciden todos es en la necesidad de evitar el desgaste de la institución INYM con las críticas, poniendo énfasis en que los errores que se cometen son de hombres y mujeres que representan a diversos sectores. Por eso, temen que ante las diferencias, aparezca alguien que decrete el final del Instituto como ocurrió en su momento con la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM).El precio no es todo“Se fue consolidando en mi opinión la integración del ente, y a pesar del siempre presente ‘fantasma laudatorio’ de la Nación por falta de consenso en lo que para muchos de sus integrantes es lo único fundamental e importante, el precio, hoy prevalecen intenciones de orientar los estudios y trabajos que apunten a la promoción, al fomento, al fortalecimiento y a la consolidación del alimento yerba mate y sus derivados, para poder avanzar hacia un cercano futuro con mayor firmeza, que seguramente no se prolongaría más allá del año 2015”, evaluó el gerente de la Cámara Molinera de Yerba Mate de la Zona Productora; y ex director del INYM, Roberto Montechiesi, en diálogo con este diario.Sostuvo que a pesar de lo difícil que resulta en una economía de mercado generar un mecanismo directo de regulación o racionalización, el INYM debe perseguir como objetivo el equilibrio armónico entre las partes mediante la implementación de normas técnicas bien fundamentadas, de las que no deberá estar ausente el apuntalamiento, el mantenimiento y el incremento del actual consumo de la infusión en la Argentina, dijo.“Confío en que poco a poco se logrará el equilibrio deseado y, a la vez, se orientará al hasta ayer desalentado productor primario que hoy confía en el Instituto para emerger de lo que siempre consideró, por lo menos en la provincia de Misiones, como el único cultivo perenne mantenido en las chacras, único supérstite más que por ser fuente de rentabilidad, por su valor emblemático. Caso contrario no existirían en pleno siglo XXI plantaciones con rendimientos exiguos en detrimento de un recurso, cuyo aprovechamiento debe ser maximizado, por pertenecer a las generaciones venideras: el suelo misionero”, analizó Montechiesi.Graficó que “en los primeros pasos, el INYM comenzó a cumplir con las metas de catalizar las acciones y funciones de los organismos oficiales, para que cumplan con sus designios de control en materia impositiva, laboral y bromatológica como predicó el sector industrial formal, durante más de una década”.Según Montechiesi, el INYM deberá “generar informaciones confiables, actualizadas; apuntalar datos rigurosos y permanentes del área cultivada; de la producción; de los stocks; la standardización del producto por grado de calidad identificada y que las mejores yerbas calificadas logren ser premiadas por sus precios en el mercado”.Dijo que los resultados demostraron que “la historia de la regulación compulsiva no ordenó la oferta de yerba mate ya que siempre hubo períodos de sobre y suboferta, sin desconocer que por ser un cultivo perenne y muy noble agrícolamente hablando, aún en ausencia de la tecnología disponible o en ciertos casos, haber sido víctima del abandono u olvido de cuidados culturales”. “Puedo argumentar que fui testigo de yerbales que produjeron por décadas con tecnología mínima o sin ella. Si bien el INYM lo intenta, confío que alguna vez provocará la armonización del universo yerbatero. Nuestros industriales de la zona productora a quienes represento, jamás fueron reticentes al diálogo y existen cabales manifestaciones de ello, como el acompañamiento contrarreloj a la gestación del estampillado que permitió con recursos de su peculio, generar fondos para que el INYM inicie su tarea”, agregó.“Para que la actividad yerbatera funcione en todo su espectro, se deberá comprender que la mesa de diálogo deber ser ampliada no sólo al Estado, los trabajadores rurales, los productores primarios, los secadores y los industriales, sino que deben sumarse los distribuidores, las cadenas comerciales y los consumidores que permitan sortear los egoísmos y las visiones sectoriales, funcionando como un todo perfectamente ensamblado”.“Hoy, los agentes que integran la actividad se esfuerzan denodadamente por mantener puestos estables de empleo y continúan creando bienestar a la región productora, por lo que la responsabilidad del Estado deberá centrarse en controlar las actividades no formales, castigar a quienes compiten con deslealtad, pues si no existe rentabilidad para quienes trabajan dentro de la Ley, no habrá actividad digna. Bregar por la calidad de la yerba mate desde la misma plantación hasta la góndola, posibilitará la continuación de la oferta de un producto alimenticio irremplazable y de excelencia, consolidándolo como alguna vez lo expresé en el Instituto Nacional de la Yerba Mate: la Bebida del Tercer Milenio”, remarcó el también ex director del ente yerbatero.Defensa de la materia primaUno de los que estuvo presente desde mucho antes de la creación oficial del ente es el actual representante del Estado misionero en el INYM y actual presidente del Instituto de Fomento Agro Industrial (IFAI), Ricardo Maciel, quien sostuvo que “el Instituto nació esencialmente para la defensa del precio de materia prima, y una tarea de fiscalización. El escenario era el cumplimiento de precio, pero ahora a diez años de su creación, siento como que esos tres o cuatro de los primeros años el INYM tuvo la fuerte participación y acción en defensa del sector primario, sostenidos con fuertes discusiones dentro del directorio del Instituto, para ver de qué manera esa herramienta serviría para corregir el principal problema que era, la fijación de precios”, expresó.“Lastimosamente en los últimos años el organismo tomó un direccionamiento hacia otro objetivo, que n
o son los originales y es ahí donde nos encontró a mi en representación de la provincia, casi de crítica al accionar de los dirigentes o directores del organismo. Estoy de acuerdo con que es importante todo lo que es la promoción del producto y ganar mercado pero el Inym no es un organismo de promoción, es un ente de fiscalización y control de la actividad yerbatera en toda la región”, señaló el representante de la provincia en el Inym.Cooperativas: falta el MercadoDesde el sector cooperativo también destacaron los primeros años como grandes comienzos. El actual representante de la Federación de Cooperativas (Fedecoop), Roberto Buser, afirmó: “Pudimos conseguir recomponer los precios desde las primeras sesiones, pero desde el punto de vista del cooperativismo y de los últimos directores de la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM), lastimosamente no pudimos poner en marcha si bien ya lo habíamos armado. Con el objetivo sin lugar a dudas de tener la estadística real de cuánto es lo que se vende, desde la salida de molino y en todo el eslabón”.“Se destaca un trabajo en conjunto con la molinería y los diferentes sectores, en un tiempo récord se implementó y se puso en funcionamiento el sistema de la tasa de fiscalización. Además de generar los recursos para todo lo que hoy hace el Instituto, es la base información de nuestras estadísticas”Buser también destacó el trabajo promocional que se ha intensificado en los últimos años, lo que hizo que “conociera mucho más la yerba mate como producto consumible, con todas sus cualidades, una infusión tan natural, sana y ecológica prácticamente”.Sin embargo,dedicó un tramo de su análisis a una cuestión considerada por muchos como “pendiente”, la conclusión con una consolidación del Mercado Consignatario de la Yerba Mate (MCYM). “Sabemos que es una cuestión aún sumamente pendiente por lo que podría dar una sustentabilidad en los precios mínimos. Si los productores no consiguen que la molinería por falta de recursos nos paguen los precios mínimos para sostener los costos de producción, porque aveces ponemos por delante de la productividad a la sustentabilidad, y eso no nos ayuda a los productores, porque uno puede producir mucho y entonces las pérdidas son más grandes. Son temas de debate entre los sectores y sucede con frecuencia que entre más producimos, menos recibimos; lo importante para todos sería producir mucho y recibir lo justo por lo que realmente producimos”, evaluó el dirigente de Fedecoop.Para Buser la intención de modificar la Ley de creación del INYM, especialmente en el punto que pauta la fijación de precios, “es una decisión política. Creo que junto con la modificación de ese punto para fijar el precio por mayoría y no por unanimidad, también debería tener una herramienta financiera que pueda sostener esos precios que se fijan. Los precios fijados hasta esta zafra han sido superfluos valores recibidos por los productores. Hoy ya con la demanda que hay de materia prima, los precios de hoja verde han superado los centavos y ese es el escenario que no nos gusta a los dirigentes por una cuestión de oferta y demanda, la realidad supera cualquier cosa”.Por último, recordó como un anhelo desde el sector cooperativo, de que el Plan Estratégico de la Yerba Mate avance de cara a los objetivos propuestos. “Todo este trabajo de hecho viene enmarcado dentro de un plan estratégico. La opinión de nuestro sector es que todas las acciones que puedan hacerse en el rubro de la producción, tiene que estar dentro de un plan estratégico”, dijo.Evaluación de secaderosPara el actual director suplente del Inym Sergio Dellapierre (representantes de los secaderos), “este organismo que nació de la comprensión de la necesidad que impera de trabajar en defensa de los sectores más vulnerables, y de los pequeños productores, así como tareferos y secaderos; fue logrando la sintonía entre los eslabones a través de reglamentaciones que se ajustaron a la medida del tiempo. Por eso fue que también salieron todos los créditos para levantar la cosecha, para aquellos que pagaban los precios oficiales, el financiamiento de la tasa de interés, los planes que hubo para las escuelas EFAS, donde se les entrega becas a los estudiantes hijos de productores yerbateros”.“Lo que queda pendiente y por ciertos en los últimos días se volvió a retomar el tema, es la puesta en marcha del Mercado Consignatario. En esto hay que continuar trabajando, a ver si hay posibilidades en el Ministerio de Agricultura de la Nación, porque también podría ser que la posibilidad no sea esa, sino más bien sacar otro tipo de mecanismo”, sostuvo.Consultado si la puesta en marcha del MC se habría archivado a estas alturas, respondió que “según estuve hablando con directores de la producción, van a retomar la posibilidad de trabajo del MC. Cuando yo estaba en el directorio como titular, fue en el seno del Ministerio de Agricultura donde no se observó mucho interés para que este mercado se ponga en marcha oficialmente, y fue por eso que quedó un tanto archivado durante un par de años. Hay que ver qué perspectivas hay durante los próximos meses, y ver la posibilidad del tema”.Dellapierre recordó que antes de la creación del INYM en las concertaciones de precios era muy difícil ponerse de acuerdo, porque había mucha desorganización. De todos modos no podemos decir que se solucionó todo, simplemente que se comenzó a trabajar con más datos organizados, que se habían perdido. Se comenzó con la tarea de transparentar la actividad, de poner todo en registros y se empezó a conocer la realidad del sector porque a través de los medios, se le dio mucha difusión a toda la problemática. Cada vez que había discusiones de precios, saltaba la gran necesidad de los productores, de los secaderos, y un poco se lo puso más en tapete a la actividad yerbatera”, sostuvo.Para el también referente de la Asociación de Secaderos del Alto Paraná, “hoy es necesario buscar corregir algunas cuestiones dentro del organismo, creo que INYM como ente está bien dotado de todos los elementos como para fijar el precio, el problema es que le está faltando la herramienta financiera, en otras palabras el Mercado Consignatario, que permita que se logre el cumplimiento. Porque una cosa es que se analicen los costos donde uno se puede poner de acuerdo entre cada eslabón de la cadena, pero luego falta lo que le de la aplicabilidad del nuevo precio. El mercado llega un momento en que no soporta más aumento de precios, por más que subamos el precio de la hoja verde, entonces va a cumplir”.
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