POSADAS. La Policía Científica regresará esta noche a la casa donde mataron a María Fleitas y sus dos hijos, Mauricio (10) y Betiana (14), para realizar la prueba de luminol con el objetivo de establecer la mecánica de los crímenes. En otras palabras: dónde comenzó la masacre y quién fue la primera víctima.Está claro que la mujer dormía en una habitación separada a la de sus hijos. Pese a la crueldad de la matanza, los peritos no encontraron huellas de sangre en el inmueble, más allá del desorden por la fosa común en que fueron enterradas las víctimas.El luminol es un reactivo que permite localizar manchas de sangre incluso donde hubieran tratado de borrarlas.La pericia se realiza en horas de la noche porque el reactivo fosforescente irradia mejor en plena oscuridad.Los investigadores creen que el asesino limpió el escenario de la matanza. Por eso no hallaron ninguna mancha o rastro. Lo único que se sabe de la mecánica del atroz episodio es que María Fleitas y su hijo Mauricio fueron asesinados a fierrazos, presumiblemente con el canto de un hacha.Betiana, en tanto, fue literalmente degollada. Los tres cuerpos fueron enterrados en una fosa común que el asesino Juan Orbino cavó debajo de una cama, en la habitación de los chicos.Previamente, seccionó brazos y piernas de las tres víctimas para que cupiesen en la fosa cavada a pico y pala.Fuentes de la investigación indicaron que Orbino solía quedarse a dormir en la propiedad situada en la calle 66, a unos treinta metros de la intersección con 115.La noche de la masacre se habría dado esa circunstancia. Los detectives intentan desatar el nudo respecto del supuesto móvil del horrendo episodio.Si el hombre pretendía vender la casa, cómo pensaba deshacerse de los cuerpos.No tenía dinero ni recursos para intentar nada. En el medio -según entienden los detectives- no aguantó el cargo de consciencia y se terminó entregando.El caso saltó a la luz, con la fuerza de un tsunami, el lunes 17 de este mes, a eso de las 15, cuando Orbino se presentó en la comisaría seccional Sexta y confesó lo que había hecho.Brindó precisiones escalofriantes que pusieron la piel de gallina a los uniformados.Poco después, la Policía confirmaba cada detalle del relato en la casa de la calle 66, en el corazón del barrio Yacyretá, donde fueron encontrados los tres cadáveres. El móvilTodo apunta a que el trasfondo de la masacre de Yacyretá encerró una fuerte puja por la pertenencia de la vivienda ubicada en ese conglomerado habitacional de Posadas.Hernán Ruiz, uno de los hijos de María Fleitas, aseguró que Juan Orbino, autor confeso del triple homicidio, había amenazado en varias oportunidades a su madre con matarla si no abandonaba la propiedad ubicada en calle 66, casi avenida 115.Trascendió, en este sentido, que ya había negociado la venta de la misma por 15.000 pesos.La imposibilidad de cerrar ese negocio lo habría llevado a matar a María Fleitas y los hijos que, esa noche, estaban con ella. Buscan el perfil psiquiátrico del único detenidoLa masacre en la casa de la calle 66 quedará grabada a fuego en los anales de la criminología misionera. No sólo por la manera en que fueron asesinadas las víctimas, sino fundamentalmente por el modo en que el asesino intentó deshacerse de los cuerpos, seccionándolos y enterrándolos en una fosa común.Ahora, la Justicia busca el perfil psiquiátrico del único detenido en la causa.Para los investigadores, el triple homicidio tuvo un trasfondo de intereses por la propiedad ubicada en el barrio Yacyretá.Juan Orbino la reclamaba como suya, sobre todo después de la separación de hecho con María Fleitas.Alegaba que había pertenecido a su abuela y, por esa razón, ella y sus hijos debían abandonarla.Hernán, uno de los hijos de la víctima de 47 años, confirmó esa teoría. Aseguró que incluso la había amenazado de muerte, cuestión que finalmente cumplió.Justamente, la avaricia llevaba muchas veces a Orbino a quedarse en la vivienda del barrio Yacyretá.En una de esas estadías aprovechó la ocasión para matar a Fleitas y sus dos hijos, Mauricio (10) y Betiana (14). Vecinos de Yacyretá piden prisión perpetuaPOSADAS. Mientras la Justicia continúa con la investigación del triple homicidio, el barrio Yacyretá de Posadas no sale de su asombro. Anoche, un grupo de entre 30 y 40 vecinos cortó la avenida 115 a metros de la casa donde vivía María Fleitas (47) y sus hijos, Mauricio (10) y Betiana (14).La manifestación se inició cerca de las 19 de ayer en Lucas Braulio Areco y calle 66. Los vecinos en principio tenían pensado marchar hasta la comisaría seccional Decimotercera, donde se encuentra detenido Juan Orbino (25), pareja de Fleitas y quien confesó en la comisaría ser el autor de la masacre. Sin embargo, finalmente decidieron cortar la arteria y sentar postura en el lugar.“Queremos que sea condenado a cadena perpetua, porque lo que hizo no tiene nombre”, le dijo a PRIMERA EDICIÓN Lorena Cáceres (28), vecina de la chacra 111 y una de las caras visibles del comedor “La Esperanza”, emplazado en el barrio.Alrededor de la joven, el puñado de vecinos que permanecían cuando llegó este medio confirmaban el pedido de todo el barrio, que todavía no sale de la conmoción y el estado de shock en el que entró el pasado lunes, cuando todo se descubrió.Cáceres era amiga de Fleitas y aseguró que, en vida, la víctima fatal le había dicho en varias oportunidades “que había denunciado a su pareja por maltrato psíquico. Me decía que él le maltrataba, la denigraba como mujer. Ella estaba cansada”.Ante esta situación y pese a que desde la Policía aseguran que no hubo denuncias previas de violencia de género, los vecinos piden que se haga Justicia “porque nadie hizo caso a las exposiciones que ella hizo en la comisaría Sexta”, retomó Cáceres.Por otra parte, los vecinos reconocieron que la manifestación es también para pedir justicia por todos los casos de violencia de género que se registran a diario en la ciudad, en la provincia e incluso en el país. “Todos los días mueren mujeres en manos de hombres violentos, esto no puede seguir ocurriendo”, comentó otra vecina que prefirió mantenerse en el anonimato.De regreso ante este medio, Cáceres dio un panorama del barrio y aseguró que todos en Yacyretá están conmocionados. “Nadie lo puede creer. Y esa también e
s la bronca, porque muchos acá escuchamos cuando se quejaba de la violencia que sufría”, relató.Finalmente, los vecinos aseguraron que continuarán pidiendo justicia y la condena del único detenido que tiene la causa. En ese sentido, no descartan volver a cortar la avenida en las próximas horas e incluso marchar hacia la comisaría Decimotercera.
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