La motivación es la energía, el combustible que nos mueve a conseguir lo que deseamos. ¿Por qué el adolescente puede perder su motivación hacia el estudio? Hay varias razones:
A menudo los adultos podemos enviar mensajes ambiguos al adolescente o la adolescente. Le tratamos y esperamos que se comporte como adulto para determinadas cosas pero al mismo tiempo, tenemos miedos que mantienen nuestras actitudes de sobreprotección.
A pesar de que el adolescente ya tiene capacidad intelectual para pensar en su futuro, puede optar por seguir siendo un “niño” para los estudios y delegar cómodamente su responsabilidad en los adultos. Estudia porque es lo que hay que hacer y porque sus padres le dicen que es su deber, es decir, la motivación extrínseca (le viene de fuera). Por lo general, esta motivación externa es muy débil y solo funcionará en caso de que haya una recompensa muy clara y cercana: “si apruebas esta evaluación, te regalo una moto”.
Por otra parte, los valores actuales en nuestra sociedad contradicen la filosofía académica. Mientras que los adolescentes han crecido en un ambiente del “aquí y ahora”, estudiar requiere esfuerzo y no se ve recompensado inmediatamente, por lo que pueden elegir dedicar su tiempo a actividades menos difíciles y más beneficiosas a corto plazo, como ver la televisión o jugar a la play.
Además, al adolescente se le acaba de abrir un mundo de nuevas posibilidades sociales, amplía su círculo de amistades, ganan importancia las primeras parejas y los iguales y comienza a vivir nuevas experiencias más interesante que estudiar, por lo que su motivación puede dirigirse a otros estímulos.
En otros casos, el/la adolescente tiene claro qué es lo que quiere lograr en sus estudios; sin embargo, no sabe cómo alcanzar esa meta porque no dispone de las herramientas adecuadas para conseguir lo deseado. Sabe qué quiere estudiar y estudia, pero como nunca le han enseñado a hacerlo adecuadamente, fracasa en sus intentos. Esto puede llevarle a “tirar la toalla” por evitación del sufrimiento o a adoptar una postura de “pasotismo” como mecanismo de defensa.
Cuando hablamos de autoestima nos referimos al concepto que cada uno y cada una tenemos sobre nosotros mismos,
A los adolescentes se les comienza a exigir mucho más en el ámbito académico y es más probable que fracasen (puesto que son más inexpertos).
Esto puede hacer que empiecen a opinar sobre sí mismos/as que no sirven para estudiar. Van a enfrentarse al estudio anticipando el fracaso, lo que puede disminuir su motivación y su capacidad de concentración porque los pensamientos negativos están interfiriendo y descentrándole constantemente (“no sé para que pierdo mi tiempo, si no voy a aprobar”, “ahora podría estar con mis amigos”). Entonces es posible que abandonen la tarea de estudiar por otra actividad más placentera
¿Cómo podemos ayudarlos a superar esta etapa teniendo éxito en sus estudios?
* Fomentar su autonomía ofreciéndole nuestra ayuda en los momentos en que surjan dudas.
* Cambiar sus ideas negativas hacia el estudio por ideas positivas.
* Marcar objetivos a corto plazo que permitan el acercamiento a la meta final.
* No centrarnos en los resultados finales sino en el esfuerzo realizado.
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Cecilia Castillo
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