Los despidos, la finalización de contratos laborales, la sensible disminución del movimiento mercantil, las bajas recaudaciones municipales, la transformación del trabajo formal a informal son algunas consecuencias de la crisis económica que envuelve al país, con correlato en la provincia y sus municipios.
En ese contexto, en Oberá crece la preocupación de los trabajadores por el aumento de las cesantías y la precariedad laboral. Además, con sueldos por debajo de la inflación, inevitablemente bajó el consumo.
“Lamentablemente tuvimos que despedir empleados, porque las ventas bajaron muchísimo. Si no repunta el mercado interno, probablemente tendremos que seguir despidiendo personal, está muy complicado”, manifestó a PRIMERA EDICIÓN el propietario de un importante supermercado local.
Mientras que el titular de un estudio contable de reconocidos profesionales observó que se aplican con mayor frecuencia “medidas paliativas”.
Debido a que la informalización del trabajo está a la orden del día, sostener la fuente laboral aparece como una prioridad. “Me parece que no se declara todo, no se inscribe a todo el personal por la carga impositiva y contributiva, que es insostenible. Lo que tampoco se hace, ante una renuncia o baja por jubilación, es cubrir el puesto: se mantiene con lo que hay. En supermercados suele haber cajeros alternativos que podían rotar; hoy no se da, se trabaja con lo justo, no hay puestos flotantes. El que toma un empleado tampoco lo registra instantáneamente”, enumeró el contador consultado.
Y si bien desde el ámbito estatal -tanto en la provincia como en el municipio- se dijo que no habría cese de trabajadores, los gremios afirman que hay contratados a los que no renovaron el contrato.
Locales más baratos, una salida
Según manifestó Javier Carísimo, secretario de Finanzas de la Municipalidad de Oberá, no se registraron cierres de locales de manera alarmante. “Más que nada hay alternancia, cambios a locales más alejados del centro, que resultan más económicos, y también incidencia de inscripción de profesionales y emprendedores para ejercer sin local comercial, ahora que se encuadran en un régimen más económico. Se mantiene el movimiento, porque así como se da alguna baja, se da un alta”, aseguró.
No obstante, el funcionario confesó que se registró una caída en la recaudación de tasas. “Justo hubo vencimiento esta semana y la tasa de comercio viene en caída de un 10%, a pesar de que hubo pago de aguinaldo del Estado. Viene declinando el movimiento, es lo que preocupa”, manifestó.
En cuanto a la situación municipal, Carísimo admitió que “nos acercamos a un fin de año bastante complejo en lo social y económico. Tenemos la tranquilidad por la previsión que tomamos, pero si continúa este panorama, se hará muy difícil. Con los gremios seguramente estaremos reuniéndonos la semana próxima. Hay preocupación de las dos partes, pero no podemos prometer algo que no vamos a poder cumplir. La coparticipación no es un recurso que nosotros manejemos y, si se sigue reduciendo, será más complicado”, advirtió el funcionario.