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En Argentina, una niña de 12 años se suicidó colgándose de un árbol en el fondo de su humilde vivienda de la localidad de Ingeniero Maschwitz, en el partido bonaerense de Escobar y se investiga si lo hizo realizando “una prueba extrema” del Juego del Momo.
La chica filmó toda la secuencia previa con su teléfono celular y en ese sentido, una de las hipótesis que manejan los investigadores es que se trató de un suicidio inducido.
Si bien aún no se tienen demasiadas precisiones sobre lo sucedido, las imágenes de la nena siguiendo ciertos pasos que alguien le estaría indicando hasta que empieza con la autoasfixia, atando una sábana a su cuello hasta ahorcarse, están siendo analizadas por los peritos.
En principio, publica el Diario Popular, las sospechas apuntan a un adolescente de 18 años, al que la víctima habría conocido por las redes sociales, pero que todavía no pudo ser localizado.
El viral aparece como un mensaje llegado de un número desconocido y con código extranjero (+81 y +57), con un texto que amenaza con algo malo si el receptor no sigue las instrucciones y se contacta con el número.
El reto exige llamar a “Momo”, luego de lo cual el misterioso contacto envía imágenes violentas o textos con amenazas (en el idioma en que el contacto escribió). Pide también que las fotos sean reenviadas a los amigos del contactado.
Una familia de Jujuy denunció el lunes a las autoridades que una persona identificada como Momo escribió una amenaza en WhatsApp a su hijo de 16 años: que la familia podría “desaparecer del planeta sin dejar rastro”, informó la Gaceta de Salta.
Entre las instrucciones se leen cosas como “no ser reiterativo en el chat” y “no dejar que Momo escriba más de dos veces sin obtener respuesta”. De no hacerlo -tretas de la que se valen las cadenas-, se anuncia que algo malo le ocurrirá al contacto, lo que -por cierto- es algo falso.
Además, ficticias versiones de que Momo es capaz de responder con información personal y de cercanos –probando así que misteriosamente sabe cosas del contactado- han fomentado la propagación del juego. Todo, sin embargo, es falso.
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Cómo es el juego de Momo
El contacto en cuestión tiene en la imagen de perfil al personaje femenino, y en su descripción se puede leer, en perfecto japonés, “me llaman L”.
Pero, ¿en qué consiste realmente este extraño viral? Para poder llevar a cabo con éxito el reto, el usuario que recibe el mensaje deber realizar una llamada o comenzar un chat de WhatsApp con el número de teléfono de Momo, y permitir que éste pueda enviarle imágenes de temática terrorífica o incluso amenazas. que posteriormente tendrán que ser reenviadas al resto de contactos de la agenda.
Pero como probablemente ya estés imaginando, no se trata más que de otro viral absurdo que se aprovecha de la plataforma de mensajería más usada en el mundo para intentar llegar al máximo número de personas posible.
Lo cierto es que la cara con la que se identifica a Momo no tiene ningún origen sobrenatural. Se trata de una escultura japonesa.
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Varios usuarios ya han descubierto que la terrorífica imagen por la que el viral se ha hecho famoso, corresponde en realidad a una obra artística de la exposición Vanilla Gallery de Japón.
En las redes sociales se encuentran muchísimas fotografías que los visitantes se han tomado con ella.
Los creadores de Momo decidieron aprovechar el inquietante rostro de la escultura para crear una cadena de mensajes en WhatsApp, y lo cierto es que la idea ha surtido efecto.
Redes sociales como Twitter se han inundado de mensajes al respecto del viral, así como de usuarios que reportan haber llevado a cabo el reto con espantosos resultados.
Preocupación internacional
Sin embargo, desde la Policía Nacional española y otros organismos oficiales, han querido alertar a los usuarios, y animarles a ignorar el mensaje para no dar continuidad a la cadena, además de señalar de que no está claro si el juego podría solicitar datos privados de los usuarios –al realizar el reto ya damos a sus creadores nuestro número de teléfono–, o llegar a instalar software malicioso en sus dispositivos.
Por su parte, autoridades mexicanas en ciberseguridad alertaron este miércoles sobre los riesgos que representa el reto viral Momo, difundido por WhatsApp.
Jorge Barrón, director de Investigación en Ciberseguridad de la Policía Federal de México, detalló que el reto consiste “en iniciar la comunicación con este supuesto ente que es ‘Momo’, una comunicación de WhatsApp en algunas ocasiones no contesta, en otras ocasiones es que con el número que se comunica empieza a establecer una relación, una plática. Empieza a mandarle mensajes y después lo empieza a retar a hacer cosas”.
Momo es un juego viral que podría exponer a quien acepte esa llamada de voz a varios peligros, desde robo de datos, hasta extorsión o trastornos psicológicos.
Una vez que se entabla la comunicación, comienzan los retos.
“De primera instancia, el reto que pone es ‘levántate a las tres de la mañana y sal de tu casa’. Esto sabemos que en algunas zonas del país no es recomendable, sin embargo, no se ha encontrado hasta el momento algún reto adicional, sin embargo, no dudamos que en algún momento lleguen existir otros retos en donde pueda poner en peligro la vida de las personas”, señaló el director de Investigación en Ciberseguridad de la Policía Federal.
Otros virales
Otras cadenas o retos virales ya han causado temor en el pasado como el ‘Charlie, Charlie’, donde se pide emular la ouija para invocar el espíritu de un demonio mexicano, o ‘La ballena azul’, un peligroso juego que motivaba la autoflagelación e incluso suicidio de los adolescentes.
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Otros retos también preocupan a los padres de familia. El Tide Pod Challenge motivaba a comer pequeños paquetes con detergente y el reto ‘In My Feelings’, en el que miles de personas se grabaron bajando de un auto en movimiento.
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Otros casos menos perniciosos fueron el Ice Bucket Challenge, que permitió a millones conocer sobre la esclerosis lateral amiotrófica, el ‘Harlem Shake’, o el Mockus Challenge, donde colombianos y colombianas imitaron al senador Antanas Mockus, que se bajó los pantalones en el Congreso.
Fuente: NA y medios digitales