Incluso sirve de “bálsamo”, como una manera de salvar distancias para aquellos que están lejos y que a través de la fotografía de su Posadas natal buscan un poco de “cercanía” con su terruño.
Se gestó en 2009 cuando Leonardo “Leo” Duarte (36) encontró un sobre con fotografías en un montículo de basura, en las inmediaciones de avenida 115 casi López y Planes. Se agachó, alzó el sobre y lo llevó a casa. “Cuando las reviso resulta que se trataba de unas cien imágenes de la ciudad de Posadas de entre los años 70 y 80. Todas estaban muy prolijas, muy bien tomadas, pero vaya a saber por qué las tiraron. Pensé que debía ser gente que no da valor a esas cosas y las tiró con los papeles viejos”, recuerda “Leo” al referirse a los inicios de esta labor de recopilación, que lo mantiene cautivo.
Detrás de las fotografías que halló en la basura estaba escrito con lápiz el apellido Civetta. Y como la familia conocía a un médico cardiólogo con ese apellido, por calle Alvear casi Ayacucho, “me contacté con uno de sus hijos que me dijo que su papá sacaba fotos pero que no estaba al tanto de cómo podrían haber terminado ahí”.
Con Mercedes, su entonces novia y actual esposa, las clasificaron, las empezaron a limpiar, a catalogar y las armaron por lugares, por año aproximado. A fines de 2009, cuando apenas empezaban a funcionar las redes sociales en Posadas, las subió al Facebook y armó el grupo “Posadas del ayer” pero solamente con la intención que llegara a sus familiares. “La idea era que las vieran mis tíos que estaban en Buenos Aires, en el sur del país, y otros parientes, todos posadeños, pero que dejaron la tierra colorada por diferentes motivos”, agregó “Leo”, quien cumple tareas en el área de Seguridad del Concejo Deliberante capitalino.
Sorprendido, contó que a la semana de haber subido esas primeras fotos “se me agregaron dos personas de Posadas que no conocía, pero las acepté. A las cuatro semanas eran quince o veinte y hoy son 24 mil almas que se unieron al grupo (hay otro para dar me gusta)”.
24 mil personas en ocho años “es una cosa que jamás pensé tener, una cosa que nunca pensamos podría tener tantas dimensiones. Hay gente de Perú, de Chile, Japón, de Egipto. Se convirtió en una forma de unir cada punto del mundo con los misioneros que están dispersos por el planeta. La mayoría quiere fotos porque quiere acordarse como era la ciudad en otros tiempos, por ejemplo”, rememoró.
Duarte preserva 24 mil fotografías de Posadas de todos los géneros: lugares, reuniones sociales. “Trato siempre de buscar los edificios, fachadas, lugares históricos, no tanto las reuniones familiares porque hay mucha gente a la que no se puede identificar”, contó. Hay una persona que es administradora del grupo que busca contrastar lugares. Fulvia Bordón es una gran colaboradora y la encargada de realizar los contrastes.
“Pone ‘adivinen’ y la gente se prende con 300 a 400 comentarios. En algunos casos hubo desencuentros por algunas fotos. Uno de ellos por una foto del lugar donde estaba la Embajada Alemana, calle La Rioja casi San Lorenzo, lo que es la entrada a la capilla del Colegio Roque González, arriba tiene una bandera con la cruz esvástica y se armó el revuelo al punto que tuvo que desafectar algunos contactos”, confió y agregó que “hay fotos que traen incorporadas ese tipo de discrepancias, de gente que quiere esconder el pasado. Pero uno como administrador tiene que tratar de poner paños fríos, moderar”.
Las más complicadas
Una de las más difíciles de conseguir fue la foto de la cárcel que funcionaba en Ayacucho y Catamarca, donde está emplazado el CEP 4. “Fue una de las más complicadas. Me acuerdo del lugar porque cuando ya no estaba el edificio -demolido en 1985- hasta allí llegaba un parque de diversiones y me llevaban a jugar. Un día aparecieron unas treinta tomas con los presos picando piedras, engrillados. Nos sorprendió. Estaban en el Archivo General de la Nación y en el Centro de Documentación e Investigación de la Arquitectura Pública (CeDIAP)”, manifestó.
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Hay una fotografía que todavía no pudo conseguir y que es materia de búsqueda constante. Se trata de la “Vuelta al perro”, que se hacía alrededor de la plaza 9 de Julio. En ese entonces las chicas iban por un lado y los varones por otro y se saludaban con una mínima reverencia. Esa es hasta ahora “la figurita más difícil. Creo que existe porque hay fotos de 1900 y no puede ser que no haya una de esas que datan de 1950. Hay quienes tienen pero cuesta acceder. Es la más complicada pero no perdemos las esperanzas que la vamos a conseguir”, dijo, animado.
Admitió que tiene otro grupo que se denomina “Misiones del Ayer” pero “no trabajo tanto como en ese. Me dedico más al de Posadas. Siempre, constantemente, aparecen en las páginas de compra venta salen postales que descargo y comparto. La última que conseguí fue de la esquina del colegio Roque González, donde está la librería San José, donde había una garita policial en el medio, que data del año 40”.
En la “colección” también las hay del centro. “Una de las más lindas fue tomada en la esquina del Banco Nación, donde hay policías y un cartel de publicidad, tipo pizarrón, anunciando una película en el cine español del año 30 o 40”. Las hay de Posadas con calles de tierra. Hay una del asfaltado de la calle Félix de Azara, que fue una de las primeras en cubrirse de cemento. También de funerales que “pareciera que fue el morbo de la época. Se veían los carruajes con los caballos negros. Hay una muy fuerte que es de un niño cuyo carruaje es tirado por caballos blancos, como símbolo de pureza del alma”.
Mediante las imágenes recreó que el primer cementerio estuvo donde hoy se ubica el predio del Ejército en San Martín y Centenario, hasta que se trasladó a La Piedad en el año 1914/15. “Tengo una constancia que se pagaron 40 patacones para trasladar todos los restos de Centenario y San Martín hasta el actual camposanto, en la Chacra 60, en carreta”, graficó.
Libros digitales
Hace ocho años desempeñaba tareas en una fotocopiadora donde existía un sistema de digitalización y mediante eso logró digitalizar unos 500 libros de Misiones y armó la Biblioteca Virtual de la provincia, “que enviamos vía mail si no son muy pesados o los bajamos en un pen drive a la gente que necesita”. Contó que “primero me interesó la fotografía en general de Posadas, de lugares que conocía por relatos. Hasta que aparecieron los libros digitales y me adentré en la parte histórica. Armé la biblioteca de Misiones y fui buscando más libros. A pedido de la gente armé una biblioteca de Paraguay con casi 800 libros digitales que ya perdieron el derecho de autor y que se pueden compartir sin problemas”.
La idea de Duarte es que el material quede en algún espacio del Estado y que la gente tenga acceso durante las 24 horas. “Estoy en la búsqueda que alguien se pudiera hacer cargo, y que quede para las generaciones futuras. El trabajo más difícil está hecho”, alegó quien se dedica a buscar materiales en horas de la tarde que, por lo general, “tengo más libre porque trabajo de madrugada. Ese es el tiempo que tengo para actualizar la base de datos y para seguir clasificando, que es la tarea más difícil. Todos los días hay que armar un rompecabezas gigantesco que no termina”.