La situación de la comunidad educativa de la Escuela Provincial de Educación Técnica (EPET) 39 “ya no da para más”. Así lo expresó su director, Sergio Vallejos, a PRIMERA EDICIÓN. Con más de 170 alumnos en su matrícula, las clases en el Salón de Usos Múltiples (SUM) de la ciudad es cada vez más complicada: en los días lindos, de sol, profesores y alumnos salen al patio para dar clases pero el frío de los últimos días hizo imposible esta posibilidad. “El edificio colapsó, no hay más espacio”.
Hace años que la EPET 39 reclama la construcción de su edificio propio. Este año egresará la primera promoción y son chicos que nunca tuvieron su escuela. La situación es tal que en abril de este año, Vallejos presentó una nota al Concejo Deliberante de la ciudad con el pedido de que se declare la emergencia edilicia en la EPET 39. La declaración fue firmada el 28 de abril de este año por el presidente del legislativo municipal, Daniel Gauna. “Es necesario buscar por todos los medios posibles el mejoramiento de las condiciones del edificio donde se desarrollan las actividades educativas de dicha institución”, dice el primero de los considerandos de la declaración.
Sin embargo, hasta el momento, no han habido avances en el pedido de toda una comunidad educativo y la situación cada vez es peor. Para muestra de que no hay espacio basta un botón: llegó hasta la institución equipamiento del programa Aprender Conectados, que apunta a la enseñanza de robótica y programación pero en la EPET 39 no hay lugar donde conectar los equipos e instalar el laboratorio entonces “lo tenemos en el pasillo porque no podemos ponerlo en ningún lado”, relató el director. Además los baños están colapsados. “Ahora los estamos arreglando nosotros, pero es mucho dinero. Mientras arreglamos el baño de los varones debemos transformar en mixtos el de las mujeres y para ello debemos destinar docentes que controlen que no haya ningún problema. Estamos gastando recursos y energía en algo que no corresponde”, indicó el docente a la vez que remarcó que “me resisto a poner baños químicos”. No sólo eso, los talleres donde se da la parte específica de la educación técnica son de machimbre y fueron levantados por los propios chicos pero “hace frío ahí, no se puede llevar a los alumnos”, quienes además “ya no pueden soldar en el patio porque hay barro y están trabajando con cosas eléctricas. No queremos armar una carpa como otros años, entonces estamos dando clases puramente teóricas y somos una escuela técnica”, remarcó Vallejos.
Este año egresará la primera promoción de la escuela. “Son chicos que no han tenido edificio propio donde adquirir otro tipo de aprendizaje pero hicimos nuestro máximo esfuerzo y estamos orgullosos de lo que aprendieron”, señaló el docente pero sin dejar de remarcar la desazón porque dejan la institución sin poder tener su propia escuela.
Aumento de matrícula
Pese a todas las complicaciones que tiene la EPET, Vallejos destacó que “la escuela crece” y como ejemplo señaló que, luego del receso escolar, volvieron chicos que habían dejado de ir a la institución. “Tenemos 165 alumnos oficialmente, pero en los próximos días vamos a inscribir a 10 más que volvieron por lo que nos iremos a más de 170” y pese a que festejó este regreso reconoció que “no hay donde poner más pibes”. Indicó que en primer año asisten “50 y pico alumnos” y en segundo son 47 pero “no puedo desdoblar porque no sé donde los pongo”.
Entonces, a falta de aulas y cargos docentes para desdoblar el curso, profesores y alumnos idearon un sistema de audio gracias al cual los profesores dan clases con micrófonos inalámbricos para ser escuchados por todos. “Hicimos un esfuerzo, lo compramos e instalamos”, dijo el director.
Con el aumento de alumnos se hace cada vez más evidente otro tipo de problemáticas como la falta de cargos MEP y que “tenemos seis cursos a doble turno y un solo preceptor”. Aún así, la principal preocupación es la falta de un edificio propio.
Una esperanza
Para empezar a pensar en la posibilidad de su escuela, la EPET 39 debe hacerse con un terreno. Según indicó Vallejos, había uno pensado para la institución, pero la transacción terminó en un boleto compra-venta que no sirve para construir una edificio escolar porque el mismo debe tener título a nombre del Consejo General de Educación (CGE). “Me comuniqué con Catastro para saber si habían empezado el trámite para el título pero no había novedades”, indicó el director que también está en contacto con el ingeniero Fernando Branco de la Municipalidad local que “se mostró molesto porque no avanza”, pero aún así no hay novedades. “Vemos que hay avances pero está lento, ya se termina el año y seguimos sin nuestro edificio”.
Pero en medio de toda esta situación surgió la posibilidad de que sea la Asociación de Clubes Argentinos de Servicio (ACAS), una organización que construye escuelas de frontera y las asiste también con becas estudiantiles, donaciones y programas de incentivo educativo y apoyo sanitario, quien construya la escuela que tanto esperan, pero para hacerlo necesitan un terreno. “El contacto -con ACAS- se generó cuando fuimos hasta Paraje San Miguel a la inauguración de una escuela que ellos habían construido. La hija del director de esa escuela va a la EPET 39”, explicó Vallejos y agregó que “todas nuestras esperanzas están puestas en ACAS” pero que si no sale “le vamos a seguir insistiendo a las autoridades educativas por la escuela”. El director insistió en que “es urgente” y que “desde el primer funcionario hasta el gobernador, todos saben de nuestra situación”.
Los padres le están pidiendo a Vallejos una asamblea para analizar la situación y ver cómo seguir. Quizás se realice la semana próxima. “Este año egresará la primera promoción. Esa es una meta cumplida. Pero la principal es tener el edificio escolar para nuestra escuela técnica”, cerró.