… terminamos siendo adultos incapaces de afrontar sentimientos de profundo compromiso. El cuerpo guarda memorias a las que la conciencia demora en llegar e incluso nunca logra tener acceso.
Cuando alguien entra en nuestras vidas todas estas memorias se activan y si no son lo suficientemente felices entramos en resonancia con el pasado repitiendo patrones que detestamos de nosotros mismos. Y allí estamos de nuevo, intentando huir de alguien que nos hace daño sin comprender la responsabilidad que tenemos sobre esta experiencia.
El hecho de poder identificar uno o dos momentos realmente traumáticos en nuestra vida nos abre una ventana de posibilidad para tomar conciencia de que sólo son mis chips de nuevo haciendo lo que ya saben.
Nada ni nadie en el exterior tienen tanto poder como nosotros mismos para hacernos daño. Cuando tomamos conciencia de ello es que podemos empezar a tener compasión por nosotros y por los demás.
Observa a tu alrededor ¿Qué experiencias estás viviendo? ¿Con qué otras experiencias del pasado te conectan? Al final la percepción fantaseada que tenemos de la realidad es lo que más nos lastima. La realidad siempre es relativa.
Intenta ahora imaginar cómo estarás en algunos años cuando todo esto haya terminado… ¿Lo ves? Puedes salir del sufrimiento cuando quieras porque entiendes que sólo estamos haciendo lo que sabemos hacer. Puedes aprender nuevos modos de amor todos los días siendo consciente de que nada escrito necesita ser vivido si no es feliz pero sí cuando esto signifique un gran aprendizaje para ti.
Al final el sufrimiento es sólo un gran aprendizaje de amor.
Colabora
Patricia Méndez
Biodescodificación y PNL
WhatsApp 3764670592