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Se trata de un nuevo cuadro tarifario para las empresas de distribución eléctrica que será la consecuencia de una nueva reducción de subsidios económicos en el marco del fuerte ajuste fiscal que impulsa la administración de Mauricio Macri.
Es que los cuadros tarifarios vigentes para la distribución eléctrica caducan este último día de julio y el ministerio de Energía, que conduce Javier Iguacel, ya tiene lista la autorización para que las empresas puedan aumentar.
El propio ministro de Energía había anticipado recientemente que el incremento podría ubicarse entre 25% y 30%, pero desde el Gobierno no confirmaron el porcentaje en las últimas horas al guardar los nuevos cuadros tarifarios bajo un fuerte hermetismo.
Pero esta suba no solo impactará a porteños y bonaerenses, sino que la variación del precio de la energía eléctrica dependerá de la zona del país en la que viva cada usuario.
En las provincias serán los gobiernos provinciales, que controlan a las empresas distribuidoras, las que deberán decidir el porcentaje de ajuste de tarifas de las distribución eléctrica.
Eso se debe a que en Capital Federal y Gran Buenos Aires aún hay una porción mayor de subsidios en las facturas que en otras zonas del país, por lo que porteños y bonaerenses del GBA sentirán la reducción con más fuerza.
El servicio de electricidad tiene tres componentes: generación, transporte y distribución. Los dos últimos ya llegaron al precio pleno y, en teoría, sólo deben ser ajustados por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que informa el INDEC.
Eso está contemplado en la renegociación de contratos que hizo entre 2016 y 2017 el ex ministro Energía, Juan José Aranguren, con las compañías de ese sector. Es decir, los subsidios ahora sólo están enfocados al costo de generación.
Para avanzar en la reducción de subsidios comprometida con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno prevé ahora reducir los subsidios, lo que determinará un nuevo alza en las facturas que pagan los usuarios.
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Precios por el cielo
Cuando el gobierno de Mauricio Macri asumió en diciembre de 2015 el costo de la energía mayorista para los usuarios cuya demanda de potencia no alcanza los 300 Kw (como es el caso de la demanda abastecida a través de las distribuidoras) oscilaba entre los 83 y 110 pesos por Mwh. En febrero de 2016 se fijó un nuevo precio estacional de entre 321,39 y 312,26 pesos, según fuera hora pico, resto o valle.
A partir de entonces, se ha venido ajustando periódicamente y la última suba se había aplicado en diciembre con la resolución 1091 que llevó el precio a la banda 796,1 a 879,9 pesos por Mwh.
Esa norma incluía en su anexo II otra actualización a partir del 1 de febrero que llevó el precio de la energía mayorista para los consumos menores a 300 Kw a una franja que va de 977,6 y 1080,5 pesos por Mwh.
En lo que va del año, el dólar subió de 19 a 28 pesos y el costo de generar energía se disparó hasta unos 2800 pesos por Mwh porque el gobierno dolarizó a comienzos de 2017 los montos que perciben los generadores por la energía eléctrica, ya sea térmica, hidroeléctrica o de otras fuentes.
De este modo, cuánto más sube el dólar más pesos cuesta generar energía. Pese a ello, los precios mayoristas continuaron sin variantes desde la última actualización aplicada el 1 de febrero, pues la disposición 44 que fijó los nuevos precios estacionales en mayo mantuvo esos valores sin cambios.
La diferencia entre esos 1000 pesos por Mwh promedio que pagan los consumidores y los 2800 pesos por Mwh es lo que el Estado cubre con subsidios, los cuales se incrementaron sustancialmente este invierno.
La intención del gobierno es recortar parte de esos subsidios para cumplir con las exigencias del FMI.
Fuente: NA